La movilización del aparato socialista al final dio resultado. Por los pelos, pero ganaron. El miedo a la renovación pudo mas. Así que tenemos continuismo asegurado. Mas de lo mismo. Chacon no garantizaba el reforzamiento de las posiciones de izquierda, ni una puesta al día de la política socialdemocrata, pero al menos cabía la duda y la esperanza de que fuera un revulsivo positivo en el PSOE y sus aledaños. Ahora ya sabemos que no, que con Rubalcaba todo seguirá igual. Y lo que es peor, este es un apaño transitorio. Los socialistas tendrán que abordar en un futuro nada lejano un nuevo proceso de búsqueda del candidato para enfrentarse al PP, ¿o es que esperan que Rubalcaba dentro de cuatro años vuelva a presentarse?
La que nos espera.
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