martes, 31 de mayo de 2016

15 DIAS Y MIL KILOMETROS POR LA SICILIA


Siempre habíamos tenido ganas de conocer Sicilia. Después de haber visto la magnífica serie de televisión, “El Comisario Montalbano”, el interés se multiplicó. Y allí que nos hemos ido. Han sido 15 días y más de mil kilómetros.

Todas las expectativas se han colmado al máximo, a pesar del estado de las carreteras, incluidas autopistas recién terminadas, y de que los horarios de los trenes y autobuses son a titulo indicativo.

La primera sorpresa ha sido encontrar una isla muy montañosa (a parte del Etna), muy verde, llena de flores, de vegetación muy diversa, con una primavera exuberante; por tanto una recomendación: hay que ir en estos meses, porque además no hace calor y hay mucho menos turismo.

Lo segundo que llama la atención es que los sicilianos ni en las ciudades ni en las carreteras se rigen por el código de circulación habitual, tienen otro, secreto o no escrito. Adelantan en prohibido, se saltan los stops y ceda el paso, se meten por calles y carriles en dirección prohibida, a menudo no respetan los escasísimos semáforos…..pero aparentemente no pasa nada, no vimos ningún accidente y el caos circulatorio a su manera funciona. Incluso respetan mucho a los innumerables peatones que cruzan las calles por donde les da la gana. Y todo ello se acentúa en el caso de las motos, que aparecen por todas partes. Conducir por Catania o Palermo es una experiencia mucho más intensa que cualquiera de las atracciones peligrosas de los Parques de Atracciones o incluso hacer deporte de alto riesgo.

Lo tercero es la cantidad de puestos de frutas y verduras que hay en las calles de las ciudades y pueblos, con una gran surtido y a unos precios mucho más baratos que en España.

¡Y vaya descubrimientos culinarios que hemos hecho! Para empezar “la caponata”, una especie de pisto a base de berenjena, exquisito. Siempre que podíamos, lo pedíamos. Después, los productos con almendras, granizados y helados,  leche de almendras, dulces, etc.  casi casi tan ricos como el arnadi, la horchata y la leche merengada de Valencia. Y los sensacionales risotos, muchísimo más ricos y que no tienen nada que ver con los que preparan en los restaurantes italianos en España, incluidos los mas afamados. Los calamares, las almejas, los mejillones, la sepia, el pulpo, el pez espada, los preparan de maravilla. ¡Y que tartas y pasteles! Lo único que no nos convenció fueron los “arancini”, quizás porque no probamos los que la hacía su asistenta al Comisario Montalbano.

En definitiva en las comidas, como en otras muchas cosas, se evidencia la riqueza de influencias de los pueblos que han pasado por Sicilia, desde los griegos hasta los árabes, desde los normandos hasta los españoles. Y desde luego los precios de comer son mas baratos que en nuestro país.

Hablar de la belleza de las iglesias, de los palacios, de los monumentos griegos y latinos, es un lugar común, pero apabulla la cantidad de ellos que hay en todas las ciudades. Aunque muchos necesitarían una buena mano de pintura y en general mucho más mantenimiento. De Palermo y de Catania teníamos ya estupendas referencias, tan solo decir que cada día nos dimos paseos de entre 8 y 10 kilómetros sin dejar de disfrutar ni un minuto. Y nos encontramos con dos ciudades impactantes, Siracusa y Ragusa, que recomiendo como imprescindibles.

La cuarta sorpresa han sido el Duomo de Monreale y la Capilla Palatina de Palermo. Las pinturas de estilo bizantino nos impresionaron tanto que hacen palidecer el recuerdo de Santa Sofía de Estambul. Tan solo por ver esas dos Iglesias merece la pena visitar Sicilia.

La quinta sorpresa fue lo vivo que está el sentimiento de la lucha por la independencia y de la resistencia contra el fascismo y los nazis. Además de los monumentos y las calles y plazas, hay numerosas placas en edificios que recuerdan a personalidades y hechos relevantes de esos dos momentos fundamentales en la historia de Italia. También da un poco de envidia comprobar el sentimiento nacional, que al menos tienen los Sicilianos y que en España está hoy tan desdibujado.

La sexta sorpresa fue la cantidad de visitas escolares en los monumentos, que en España es mucho menos frecuente. Es una buena manera de conocer desde la infancia la historia y la cultura. También habíamos gente de la tercera edad y por cierto, salvo en uno, en todos los sitios había carteles avisando que se había anulado la reducción a los mayores de 65 años.

Por supuesto hicimos la peregrinación a Punta Seca donde está la casa del comisario Montalbano. Es un pueblo pequeño, agradable, con una playa muy coqueta, en la que me bañe intentando emular al comisario, con el faro y la casa tal y como sale en la serie. Y después a comer en un restaurante a pie de playa en la Marina de Ragusa (Marinella en la serie), otro playa muy bonita. Lo que no encontramos fue a esas bellísimas sicilianas que en cada capítulo caían perdidamente enamoradas de Montalbano. Tampoco vimos a Catarella, ni al subcomisario Augello, ni a Fazio, estarían de servicio.

Tuvimos tiempo para ir de compras culturales a “La Feltrinelli”, para aprovisionarnos de música y literatura en italiano. Incluso en el hotel pudimos ver, como no podía ser de otra manera, la final de la Champion, sufriendo por la inmerecida derrota del Atleti. Ah, y nos hemos hecho unos expertos en selfies.

Ls septima sorpresa y esta de tinte político. En todos los hoteles nos cobraron la tasa turística, 3 o 4 euros por noche, según la ciudad y no parece haberse resentido la afluencia de turistas, como la patronal mallorquina y catalana habían amenazado cuando la izquierda propuso una tasa de 1 euro en Barcelona y en Baleares.

Los tres únicos incidentes fueron la espera de casi una hora en la parada del autobús a Monreale; cuando el primer día en la autovía a Taormina me metí en el carril de pago automático, recibiendo una sonora pitada de la cola de coches que se formo inmediatamente detrás de mi y a los que no dejábamos pasar; por último el atasco monumental a la entrada en Palermo porque estaba cortada la calle por un cortejo fúnebre.


Sí, Sicilia es maravillosa y los sicilianos y las sicilianas son simpáticos y amables y por lo general hablan mas bajo que la gente española (lo cual es muy de agradecer).

miércoles, 25 de mayo de 2016

EL CAPITAN TRUENO HA CUMPLIDO 60 AÑOS


El Capitán Trueno ha cumplido 60 años. Es un acontecimiento de suficiente importancia como para olvidar durante unos días lo que esta ocurriendo a nuestro alrededor en España y en el mundo y dejarnos llevar a la legendaria Edad Media, donde un caballero español junto con sus dos compañeros, Crispin y Goliath, luchaba incansablemente por la justicia y contra los tiranos.
Tuve la gran suerte de que mis padres me fomentaran la lectura desde muy pequeño. A los cinco años ya sabía leer y cuando entré en el colegio todavía con seis, leía muy deprisa y perfectamente. A ello contribuyeron en gran medida los tebeos, los comics y las novelas que me compraban con cierta regularidad.
Los domingos nos compraban "Pumby", muy, muy infantil, que  a mí no me gustaba mucho, pero a mis hermanas sí. Después fue el "TBO", algo más divertido, pero tampoco me terminaba de entusiasmar. Hasta que llegó "Pulgarcito", que me parecía estupendo.
En mayo de 1956 apareció en los kíoskos el primer número de "El Capitán Trueno", pero no me di cuenta de ello. Y seguí con "Pulgarcito", hasta que en octubre de ese año, al  empezar el colegio me lo descubrieron otros amigos de clase; creo que fue Javier Lopez Martínez, que vivía en mi misma calle, quien me dejó algunos cuadernillos sueltos.
Desde la primera pagina me fascinó, todo, el dibujo, las aventuras, los personajes. Todos los demás tebeos, incluso "Azañas bélicas" o "Roberto Alcazar y Pedrin" que de vez en cuando me compraban, dejaron de tener interés para mí. "El Capitán Trueno" ocupó todo el espacio de mi imaginación infantil.
Así que le pedí a mi padre que me lo comprara, costaba 1'50 pesetas. Me dijo que seguíamos con el "Pulgarcito", que nos servía a los tres, mis dos hermanas y yo. De vez en cuando, con dinerillos que me daba mi abuela Esperanza o mis tías Casilda y María Luisa, conseguía comprarme algún ejemplar. También Lopez Martínez me los dejaba alguna vez, pero la verdad es que no era plan seguir de esa manera las aventuras de mi héroe.
Por aquel tiempo me operaron de las amígdalas, una increíble costumbre muy arraigada fuera o no necesario; mi madre se lo debió comentar a la vecina del 5º que tenía dos hijos, Luisito un poco más joven que yo y Enrique algo más mayor. La vecina les diría a sus hijos que yo estaba en la cama hecho papilla y los chavales  solidarios, me trajeron a casa un tomo con los 25 o 30, ya no recuerdo bien, primeros cuadernillos primorosamente  encuadernados. No se las veces que lo leería, pero no me quería poner bueno de la garganta para seguir con esa mágico préstamo.
Quiso la fortuna que el inmenso éxito que estaba teniendo "El Capitán Trueno", llevara a la editorial a reeditar y poner de nuevo en los kíoskos la colección desde el primer número, a la vez que seguía publicando los nuevos cuadernillos. Mis buenas notas en el colegio y la petición de mis hermanas de que en lugar de "Pulgarcito" preferían los cuentos de hadas de la colección "Azucena", convencieron a mi padre.
Me empezó a comprar todos los domingo los cuadernillos nuevos, y yo me las apañe durante unos cuantos meses para conseguir los atrasados, con las propinillas de la abuela y las tías y algunas monedas que le mangaba a mi padre, buscando en sus  chaquetas, pantalones y cajones de su librería, etc.
Logré por fin tener la colección, que guardaba en mi mesa escritorio.
Pero la dicha nunca es total, al igual que la ambición de las editoriales de tebeos no conoce limites. Y empezó una carrera de publicaciones: primero "El Jabato", después "El Cosaco Verde", también la revista  de "El Capitán Trueno Extra", más tarde "El Teniente Negro", se empezaron a publicar dos hojas centrales de "El Capitán Trueno" en "Pulgarcito" y por ello vuelta a comprar "Pulgarcito"....
Desde luego ni "El Jabato" ni "El Cosaco Verde"  ni "El Teniente Negro" (por cierto estos dos últimos de vida bastante efímera), podían compararse con "El Capitán Trueno", aunque "El Jabato" tenía el mismo guionista y muchos aspectos parecidos en sus principales personajes.
El saqueo a mi padre se incrementó. Me ingenié una fórmula para sacar las monedas de su escritorio, metiendo  un cuchillo abre cartas entre las junturas de la madera, eso sí  requería un gran destreza que desarrollé, aunque por desgracia no siempre la recolección de monedas (de 2, 5 y 25 pesetas) era la esperada. 
"El Capitán Trueno", fue la obra maestra de un gran e inigualable dibujante valenciano Miguel Ambrosio,  "Ambros" y de un guionista catalán, Victor Mora (que muchos años después todos supimos que era comunista del PSUC y represaliado político, con cárcel y todo). Ese dúo artístico  terminó rompíendose por la increíble presión que la editorial ejercía sobre "Ambros" para que asumiera los dibujos de los nuevos proyectos en torno a "El Capitán Trueno".
"Ambros" se hartó y se largó y "El  Capitán Trueno", "Goliath", "Crispin" y "Sigrid" ya nunca volvieron a ser los mismos. El interés de las aventuras también decayó poco a poco y se fueron haciendo muy repetitivas. Aproximadamente diez años después "Ambros" volvió a la editorial con un nuevo personaje, "El Corsario de Hierro", que recuperó parcialmente la magia de "El Capitán Trueno". Muchos esperamos el milagro de que de nuevo "Ambros" y Victor Mora volvieran a "El Capitán Trueno", pero una vez mas comprobamos que los milagros no existen.
Un verano, a finales de los años 60, mientras la familia estábamos de vacaciones en Xativa, a mi padre se le ocurrio "ordenar los armarios" de nuestra casa de Madrid. El resultado fue que me tiró todas mis colecciones de tebeos, además de muchos soldaditos, el "Fuerte Apache" y algunos otros juguetes. Cuando al regreso de vacaciones descubrí destrozado el irreparable destrozo, mi padre me argumentó y creo que con sinceridad, que siendo ya universitario y encima comunista, no se imaginaba que todavía tuviera interés por aquellos tebeos y juguetes de la infancia. 
El grandísimo hueco dejado en mi vida por "El Capitán Trueno", lo fueron ocupando en años sucesivos  los comics históricos norteamericanos, en primerísimo lugar "Principe Valiente", que durante los muchos años que lo dibujó e hizo los guiones Harold Foster, me parecio tan magnifico como ·El Capitán Trueno", y ya por detrás "Flash Gordon", "Mandrake", "El Fantasma", "Secret Agent X", "Tarzan", "Buck Rogers" "Dick Tracy",...etc. 
También recuperé tres personajes de mi infancia, que inicialmente me gustaron mucho, pero que después abandoné por el hechizo de "El Capitán Trueno" y que fueron "El Guerrero del Antifaz" y "El Espadachín enmascarado" de Gago y "El Cachorro" de Iranzo. 
Mucho tiempo después, empezaron a aparecer nuevas ediciones, siempre incompletas, siempre desordenadas, pero siempre fascinantes, de las aventuras de "El Capitán Trueno" y me las volvi a comprar, ahora ya sin tener que mangar a mi padre. Su enésima lectura me sigue causando el mismo placer que a los 7 años. También se han publicado nuevas aventuras, con nuevos dibujantes y guionistas, pero no me han enganchado de la misma manera, como tampoco me entusiasmó la película que se estrenó hace unos años. 
Y como cientos de seguidores de "El Capitán Trueno", y en especial de la Asociación de Amigos del Capitán Trueno (que realiza una labor más que meritoria de mantenimiento de su reuerdo), sigo esperando la reedición, en condiciones dignas,  de las publicaciones de "Trueno Extra" y de los episodios aparecidos en "Pulgarcito".
¡60 años con "El Capitán Trueno", toda una vida! Mi mayor reconocimiento y agradecimiento a "Ambros" y Victor Mora, ellos nos hicieron la existencia mucho más agradable a cientos de miles de niños de nuestro país.
 
 

sábado, 14 de mayo de 2016

DILMA ROUSSEFF: UNA EXPULSION INDIGNA, UN MOTIVO DE REFLEXION


Lo que no consiguieron en las urnas democráticas, lo han logrado con maniobras parlamentarias y judiciales de dudosa legalidad y nula legitimidad: el Partido de los Trabajadores ha sido expulsado de la presidencia de Brasil.

En los últimos meses de del año 2002 escribí un articulo en la Gaceta Sindical de CCOO sobre el acoso de los mercados financieros a Lula da Silva, todavía candidato a la presidencia. Amenazas que se recrudecieron una vez ya próxima su toma de posesión. Los argumentos, que por cierto hemos oído en otros muchos sitios, incluidos nuestro país en 1982 y ahora también: los capitales saldrían, las empresas se deslocalizarían, no habría nuevas inversiones, la moneda se hundiría, la inflación y el paro se dispararían….etc.

Lula asumió la presidencia con un panorama económico y social muy difícil, herencia de gobiernos de centro derecha (aunque con nombres de apariencia progresista). La sorpresa fue que este obrero metalúrgico, esforzado sindicalista, creador de un partido de izquierdas, no solo no hundió Brasil, sino que consiguió una brillante etapa de crecimiento económico, fuerte disminución de la deuda, control de la inflación y el déficit, aumento del empleo y una impresionante disminución de la pobreza y el analfabetismo, males endémicos de ese país.

Lula logró poner a Brasil en el primer plano de la política internacional, impulsando las iniciativas de los grandes países emergentes. Se convirtió en un líder mundial respetado y un claro factor de atracción para otros muchos estados latinoamericanos, que querían compatibilizar democracia política, crecimiento económico y lucha contra la desigualdad. Incluso consiguió un buen entendimiento con Estados Unidos y en especial con el presidente Obama.

No voy caer en la beatificación de Lula, de sus gobiernos (fruto de complejísimos pactos variables), ni del Partido de los Trabajadores. Junto a sus impresionantes logros, cometieron errores, algunos muy serios. No consiguió evitar prácticas corruptas en el partido y en ámbitos del gobierno o de las empresas públicas, ni tampoco escapó al clientelismo. Tomó decisiones muy discutibles, guiado por el afán de dar realce mediático internacional a Brasil, sin tener en cuenta los inmensos costes que ello conllevaba (Olimpiadas y Mundial de Futbol).

Dilma Rousseff, asumió la presidencia el 1 de enero del 2011, cuando se percibían en el horizonte algunos importantes nubarrones políticos y económicos. Dilma, con  un perfil muy diferente al de Lula, economista, procedente de la clase media, con un pasado intachable de luchadora por la democracia y con una muy dilatada y diversa experiencia en la gestión política, parlamentaria y administrativa,  fue la primera mujer presidenta de Brasil y la cuarta de todo Latinoamérica.

Dilma, elegida con el 56% de los votos, apostó por la continuidad de las políticas de Lula. Las presiones y maniobras para lograr su dimisión  fueron continuas desde el primer momento. La inestabilidad política de sus gobiernos fue creciendo, la crisis económica también llegó al Brasil y la situación económica empezó a deteriorarse. Se sucedieron las dimisiones en su gobierno, en su administración y en el Partido por razones de corrupción y clientelismo; se produjeron procesamientos, condenas y algunos encarcelamientos. Se frenaron importantes inversiones públicas y se ralentizaron los programas sociales. Dilma cambió en más de una ocasión de responsable de las políticas económicas, buscando la estabilidad y la confianza de los mercados, sin lograrlo. La derecha política y económica percibió las dificultades de Dilma y arreciaron los ataques, además con un fuerte contenido machista.

Muchos pensaban que no lograría la reelección a finales del 2013 y sin embargo las urnas le volvieron a dar la victoria, porque mas allá de los errores, de las campañas mediáticas y de las operaciones judiciales y parlamentarias, buena parte de los brasileños compartían y se habían beneficiado de los cambios económicos y sociales de los sucesivos gobiernos de Lula y Dilma.

Es posible que la Presidenta del Brasil, su gobierno y sobre todo la dirección del  Partido de los Trabajadores, no fueran suficientemente conscientes de los daños que les estaba produciendo los casos de corrupción y clientelismo o la mala gestión de algunas grandes empresas publicas, como Petrobas. Lo que la ciudadanía tolera a la derecha, no se lo permite a la izquierda política o sindical y con razón (Brasil no es el único caso, como muy bien sabemos en España).

Si a todo ello se añade el gran dominio de la derecha en los medios de comunicación social y en la judicatura, sumado a la extendida corrupción de parlamentarios y otros partidos políticos, era de manual que el intento de echar a Dilma era un objetivo alcanzable. Y también salieron a la calle. Sao Paulo, Río y otras ciudades conocieron grandes manifestaciones contra Dilma, en determinados casos con marcados tonos golpistas. El recuerdo de lo sucedido en Chile en los primeros meses de 1973, nos vino a la cabeza a muchos, siendo tan distintas las circunstancias.

Dilma recurrió a Lula, pero ya era tarde. También estaba tocado. Las maniobras para evitar la destitución se intensificaron, hasta que lo han logrado.

Dilma, Lula, el Partido de los Trabajadores y muchas gentes de izquierda de Brasil, de Latinoamérica y de todo el mundo, han hablado de golpe de estado por la vía parlamentaria. Es comprensible la tremenda indignación ante este hecho inédito en Brasil, cuando han tenido presidentes y gobiernos corruptos hasta la medula, ineficaces, injustos  y en varios casos cómplices de las diversas dictaduras militares que ha sufrido este país.

Pero la izquierda no podemos quedarnos en la mera condena de la destitución de Dilma. Brasil es una referencia muy importante para las políticas de progreso y su perdida debe abrir una profunda reflexión autocrítica. La izquierda latinoamericana, en sus diversas formulaciones, no pasa por buenos momentos ni en Argentina, ni en Perú, ni en Ecuador, ni en Bolivia, ni en Venezuela ni en Colombia, ni en Nicaragua….Y la culpa no la tienen solo los otros, la derecha política y económica de ámbito nacional e internacional.

La izquierda debe ser implacable con la corrupción y el clientelismo en sus filas y apostar por la buena y eficiente gestión. En unas sociedades cada vez mas informadas (y por supuesto con mas riesgos de manipulación), la ciudadanía, lo vuelvo a repetir, no admite que la izquierda TAMBIEN sea corrupta, clientelar o sumida en una gestión errática.

Esperemos que pasados los 180 días de suspensión de la presidencia Dilma pueda volver. No es nada fácil, pero no imposible. En todo caso, aprendamos todos, todos, la lección. También nosotros en España, sobre todo cuando nuevos partidos o coaliciones de la izquierda están gobernando o cogobernando por primera vez en muchos Ayuntamientos y alguna Comunidad Autónoma y es posible (y deseable)  que lo vayan a hacer en el gobierno de España. 


lunes, 9 de mayo de 2016

PODEMOS E IU: UN PACTO NECESARIO


Los pactos electorales suelen ser de conveniencia, pero además casi siempre son convenientes. Ya lo dice ese viejo refrán de que la unión hace la fuerza.

Aun desconociendo la letra pequeña del pacto, el acuerdo alcanzado por PODEMOS e IU me parece una buena noticia (como en su momento me lo pareció el acuerdo PSOE-Ciudadanos, siendo por supuesto de características muy distintas).

Para alguien que entró en el PCE en 1970, es duro reconocer que a IU ya hace tiempo que se le había pasado la oportunidad de influir en la política de nuestro país. Con muy decreciente influencia en el sindicalismo de clase, sin apenas presencia en las ONGs de solidaridad, desbordada, salvo contadas excepciones, por la innovación de las mareas, sin interlocución con el cristianismo progresista, sin lograr conectar con los jóvenes y encima cuarteados entre varias “familias”…, IU hoy es una historia cargada de luchas, de buen trabajo institucional, de cuadros valiosísimos, pero pasado al fin y al cabo.

No podemos seguir mirando hacia atrás pensando en lo que fuimos, lo que peleamos y lo injusta que ha sido la sociedad española por no reconocer nuestro importante dedicación. El riesgo de convertirnos en estatuas de sal, como la mujer de Lot, es una realidad. Si por algo dejé las organizaciones izquierdistas de mi juventud universitaria y me hice comunista, fue porque aprendí de Carrillo y también de Marcelino Camacho, que había que estar donde estaban las clases populares y hoy no están con nosotros o lo están en una medida ínfima.

Se nos pasó la oportunidad porque no supimos ver los cambios que se estaban produciendo a nuestro alrededor y sería demencial perder el último tren que ha aparecido. Sinceramente yo hubiera sido partidario de haber pactado una confluencia organizativa de IU en PODEMOS,  ordenada, digna y con consecuencias políticas de fondo y no solo repartos de presencia en los órganos de dirección, pero esta vía levantaba demasiadas suspicacias entre buena parte de la militancia de IU y lo respeto y por ello no he dado el paso individual.

En todo caso, si pudiera votar en el referéndum interno, (y no lo puedo hacer porque Garzón y la actual dirección de IU cometió el error y el desafuero de echar a toda la organización de Madrid, pensáramos lo que pensáramos), votaría afirmativamente al acuerdo. No comparto muchas posiciones de Garzón y en bastantes temas estoy mucho más cerca de Teresa Aranguren, Gaspar Llamazares o Paloma López, pero en esta cuestión creo que est@s compañer@as,  a quienes respeto muchísimo, se equivocan.

Es cierto que la gestión de este pacto no va a ser nada fácil, ni durante la campaña ni después de las elecciones, pero en definitiva creo que este acuerdo electoral es positivo para la izquierda alternativa, puede contribuir a consolidar las posiciones de izquierda en PODEMOS y puede tener positiva influencia para cambiar la correlación de fuerzas parlamentaria y para evitar la abstención progresista el 26 de junio. No hay más que ver como están reaccionando el resto de las fuerzas políticas.

Y lo están haciendo de la forma mas rancia y trasnochada que uno imaginarse pueda, agitando el fantasma del comunismo. Que lo haga el PP, esta dentro de la lógica de la vieja guardia corrupta que domina ese partido. Menos comprensible es que también lo hagan los dirigentes de Ciudadanos, que quieren convertirse en un centro derecha moderno, algo muy necesario y que yo he defendido y defenderé. Y desde luego resulta insoportable e indignante escuchárselo a dirigentes socialistas.

Hay una persistente tendencia en sectores socialistas de agitar el anticomunismo en cuanto ven problemas a su izquierda. Olvidan varias cosas al respecto. En primer término que los comunistas en España, que es de lo que se trata, a pesar de nuestros errores, hemos contribuido de manera muy destacada a la lucha por la libertad y a consolidar el estado democrático. Yo no juzgo al PSOE por las malas amistades de Felipe González (de las que nos acaba de dar una buena prueba), ni por políticos con adscripción socialista como Boyer, Solchaga, Corcuera o Roldan y nunca haré antisocialismo, todo lo contrario, considero y consideraré que sin el PSOE no hay posibilidades de progreso en España.

En segundo lugar, me parece cínico atacar con el burdo anticomunismo a una coalición electoral con la que inevitablemente el PSOE va a tener que contar si quieren llegar a gobernar. Y en tercer lugar, esos dirigentes socialistas deslenguados deberían recordar que en sus filas están miles de antiguos comunistas, algunos en puestos de responsabilidad, que habrán roto políticamente con las políticas del PCE o de IU, pero que en su inmensisima mayoría no han abjurado de su pasado comunista. Por supuesto que los socialistas tienen plena legitimidad para criticar los contenidos programáticos del acuerdo y también el propio hecho del pacto, pero es exigible otro tipo de argumentos. 

En este mes y medio vamos a asistir a numerosos y muy variados ataques a la nueva coalición electoral, que habrá que aguantar, evitando el “y tú más” y generando ilusión y movilización electoral.


viernes, 6 de mayo de 2016

PELICULA "TRUMBO": LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA EN ESTADOS UNIDOS


En los años 30 y 40 del siglo XX, que muchos consideran la edad de oro del cine norteamericano, una parte de los directores, guionistas, actores y actrices de Hollywood se vincularon de una u otra forma a las ideas progresistas de Franklin y Eleanor Roosevelt, plasmadas en las políticas del New Deal. Algunos dieron un paso más en su compromiso político y ayudaron la causa republicana en la guerra civil española y también hubo quienes se afiliaron o apoyaron al Partido Comunista de los Estados Unidos.

Muerto Roosevelt, terminada la guerra contra el nazismo e iniciada la guerra fría, buena parte de las elites políticas, militares y económicas de Estados Unidos, decidieron impulsar un giro derechista en la sociedad norteamericana y para ello era necesario acallar y atemorizar a todos los sectores culturales con posiciones de izquierda, que por cierto muchos de ellos eran de origen judío y procedencia centroeuropea. En esa dinámica, el Comité de Actividades Antinorteamericanas,  creado en los años 30 por el Congreso para perseguir las actividades pronazis, cambió sus fines  y se centró en la persecución de comunistas y personalidades de la izquierda.

Como era de esperar, el Hollywood progresista se convirtió en uno de sus principales objetivos. Muchos resistieron con gran dignidad, otros se vieron obligados a abjurar de sus ideas e incluso a denunciar a amigos y compañeros, cercados por el miedo o la desesperación ante la perdida del trabajo, al ser incluidos en las listas negras.

Esta pagina de la historia de Norteamérica, de héroes y villanos, perseguidores y perseguidos, ha sido tratada tangencialmente en algunas películas. También ha sido motivo de una película de 1976 de Martín Ritt (director perseguido en su día), titulada “The Front” y protagonizada por Woody Allen. Mas tarde, en el año 2005, George Clooney realizo una formidable y premiadísima película, “Buenas noches y buena suerte”, centrada en este caso en el papel de periodistas en la lucha por los derechos democráticos.

Y ahora llega a nosotros “Trumbo”, una muy interesante y recomendable película, sobre el escritor, guionista y director Dalton Trumbo.

La película, que sorprendentemente ha tenido críticas regulares en medios españoles, no es un panfleto, ni tampoco una versión beatifica de Trumbo. Es una excelente expresión de cine de hondo calado político, pero destinado a llegar a todos los públicos y no solo a los previamente convencidos.

La película describe el ambiente contradictorio, sin duda como la vida misma, de unos intelectuales de prestigio, bien situados económicamente, pero por encima de todo alineados con las causas progresistas y de defensa de los trabajadores, también de los trabajadores de los estudios de Hollywood. Describe los efectos demoledores en sus vidas y condiciones de trabajo a partir de iniciarse su persecución política y las listas negras y por supuesto las dramáticas rupturas personales, las consecuencias en las familias. Todo ello con una visión muy matizada, nada de brochazos gordos o lugares comunes.

A este respecto resultan de gran interés las discusiones de Trumbo con su mujer y su hija, con Arlen Hird (guionista que aguantó la persecución) o con el fantástico actor Edward G. Robinson (que acabó traicionando). O las relaciones entre la líder de los anticomunistas de Hollywood, la periodista amarilla Hedda Hopper y el actor Kirk Douglas y el productor Frank King. O la actitud de un compañero de cárcel negro, influido por la manipulación anticomunista, o las reacciones de los vecinos de un barrio de clase media.

La película es fiel a la realidad de lo que sucedió y por la pantalla desfilan personajes como John Wayne, el citado Kirk Douglas, el director de cine Otto Preminger. Y nos recuerda que Trumbo, además de ser el guionista de grandes películas como “Vacaciones en Roma”, “Espartaco” o de “Éxodo” (filmada en un contexto diferente a la actual realidad de Israel y Palestina y a la que muy posiblemente hoy Trumbo hubiera dado otro enfoque), fue el director de “Johnny cogio su fusil”, una sobrecogedora película antibelicista, basada en un libro que el mismo había escrito en 1939; una de las películas que mas me ha impresionado en toda mi vida y con la que soñé angustiadamente durante mucho tiempo.

Si “Trumbo” es una película estupenda, se debe también a la formidable interpretación de Bryan Cranston, inolvidable protagonista de la gran serie “Breaking Bad”. La cantidad y calidad de los registros de Bryan,  consigue hacernos entrar en un  personaje fascinante y complejo. Como también son excelentes las interpretaciones de Helen Mirren, en la detestable Hedda Hopper y el breve pero desternillante papel de John Goodman, cada día mas gordo y mejor actor, representando al productor de películas de bajo coste Frank King.

El director de “Trumbo”, Jay Roach, no se había caracterizado hasta ahora como un director brillante, comprometido o innovador. Pero aquí hace un trabajo honesto, serio, complejo y también comercial. Todo un logro que recomiendo efusivamente.

Y un curioso detalle. Al terminar la película el público del cine Verdi de Madrid, aplaudió, algo que no es habitual.





lunes, 2 de mayo de 2016

EL MALESTAR DE LA IZQUIERDA Y LA ABSTENCION



Por suerte tengo numerosos y diversos grupos de amigos (compañeros del Colegio, de la Facultad, camaradas del PCE, veteranos sindicalistas, amigos de RTVE, amantes de la música, compañeros abogados laboralistas, amigos de las vacaciones o de ir al cine…etc.), con sus consiguientes tertulias. La gran mayoría son progresistas, votantes de las diversas opciones de la izquierda. Lógicamente en estas últimas semanas el tema central de conversación ha sido todo el proceso postelectoral y los intentos de formar gobierno.

Prácticamente todos están indignados y con una clara frustración por no haber conseguido un gobierno de progreso. Las conclusiones van desde quienes no piensan ir a votar, hasta los que van a votar en blanco, pasando por los que no tienen nada claro a quien hacerlo o los que apuestan por el partido que les genera menor rechazo.

No sé si los dirigentes de los partidos de la izquierda son conscientes de ese estado de ánimo de su potencial electorado y de los gravísimos riesgos que ello puede generar.

Ningún dirigente ha pedido disculpas o dado convincentes explicaciones por lo sucedido en estos cuatro meses; tan solo echan la culpa a los demás.

Pero no voy a caer en la descalificación simplista de los partidos políticos y de sus cúpulas dirigentes. Formar un gobierno estable y coherente no era tarea fácil con una muy fragmentada composición del Congreso de los Diputados, con una evidente falta de costumbre de negociar un pacto político de gobierno y legislatura y en la que dos fuerzas decisivas, PODEMOS y Ciudadanos, tenían escasísimo rodaje político y un liderazgo en pleno proceso de consolidación. Y encima en un contexto muy complicado al tener que hacer frente a la reversión de importantes y variadas medidas de recorte adoptadas por el gobierno del PP y a la vez gravemente condicionados por las exigencias de reducción del déficit de todas las Administraciones Públicas.

A todo ello se añade los incomprensibles vetos cruzados que han atenazado las negociaciones. La intolerante actitud de PODEMOS ante Ciudadanos, sin entender la carga positiva que tiene la reaparición en nuestro panorama político de una opción centrista que le dispute el terreno al PP y que en temas de derechos civiles y otros han asumido posiciones realmente progresistas. Es una ceguera política, que también afecta a IU y a otros ámbitos de la izquierda. Por su parte Ciudadanos ha mantenido la misma actitud intransigente ante PODEMOS, fiándose mas de los tertulianos de extrema derecha que de la evolución que en los últimos meses ha tenido este partido, cada día mas alejado de los espejismos radicales de sus primeros días. Y por último, los límites impuestos por Susana Díaz y los barones socialistas, que han atado de pies y manos a Pedro Sánchez, dejándole sin apenas margen de maniobra.

Con todos esos condicionantes, efectivamente no era nada fácil alcanzar un acuerdo. Por eso, medio en broma medio en serio, en artículos anteriores yo recomendaba echar mano de la probada experiencia de los sindicalistas que llevan toda su vida negociando con empresas y gobiernos, en condiciones a menudo más difíciles. La verdad es que los Secretarios Generales de CCOO y UGT no han cesado de clamar en el desierto por la necesidad de un acuerdo reformista y progresista.

Pero dicho esto, también hay que reconocer que negociación, lo que se entiende por negociación, solo ha habido entre Ciudadanos y el PSOE. El acuerdo que ambos lograron (que personalmente no me atrevería a descalificar así sin más y ojala lo que tengan que negociar un gobierno de progreso este verano no sea una versión descafeinada) fue un punto de partida básicamente positivo, sin embargo no fue bien manejado por Pedro Sánchez, que se aferró dogmáticamente a él y lo presentó casi como un trágala a IU, a PODEMOS y a sus aliados. El candidato socialista debería haber sido más flexible y haber forzado a Ciudadanos a negociar para lograr al menos la abstención de PODEMOS, con modificaciones del acuerdo inicial.

Aunque todo esto es ya agua pasada, sería conveniente no olvidarlo de cara al próximo proceso de negociación.

Aún es pronto para hacer pronósticos muy rigurosos sobre los resultados del 26 de junio, pero hay síntomas crecientes de que el resultado de todo esto puede ser que la izquierda haya perdido la ocasión de acceder al gobierno, para realizar una política progresista. El tren de la historia no suele esperar y menos aún dar marcha atrás para volver a parar en la misma estación. Y un nuevo gobierno del PP, con apoyo explicito o implícito de Ciudadanos, que no es una hipótesis descartable,  puede consolidar las políticas conservadoras en nuestro país por un periodo que podría ser largo y mientras la izquierda a lamerse sus heridas y a protestar en la calle.


En esta campaña la primera tarea de las fuerzas de izquierda tiene que ser combatir la amenaza de la abstención progresista, lo que no será ser fácil. Y después vendrá el momento de convencer a cada votante de para qué va a servir su voto.