viernes, 27 de abril de 2018
martes, 13 de marzo de 2018
ASESINATO DE GABRIEL Y PRISION PERMANENTE REVISABLE
Cada cierto tiempo se producen crímenes atroces que provocan
fuertes y emotivas reacciones en sectores de la opinión pública. Lo vimos hace
unas semanas con el asesinato de Diana Queer y lo estamos viviendo ahora mismo
con la muerte de Gabriel Cruz.
Los intentos de casi linchamiento de la presunta culpable han
llenado las portadas y reportajes de los medios de comunicación, especialmente
de algunos más propicios al sensacionalismo. Si la agresión a una presunta
criminal nunca puede ser admisible ni justificarse como reacción lógica de
dolor y condena, menos aún puede entenderse que se aproveche el clima emocional
para hacer jugarretas electoralistas por parte de medios de comunicación, de
dirigentes y grupos políticos.
Nadie debería agitar el malestar y fomentar incluso bajas
pasiones, que sabemos dónde empiezan, pero nunca donde acaban.
Aunque seamos muchos los que nos quejamos de que las cárceles
están muchísimo más llenas de condenados por delitos individuales de sangre o
de tráfico de drogas, que por delincuentes de cuello blanco, en sus diversas
modalidades, es evidente que nuestra legislación penal, reformada con cierta
frecuencia y casi siempre con pretensiones de endurecimiento, así como nuestro
sistema judicial, cuentan con suficientes y a veces excesivos instrumentos para
perseguir los delitos y castigar con firmeza a los y las criminales.
Recuerdo cuando en los primeros años de la transición democrática,
hubo varios indultos no estrictamente políticos y algunas reformas legales que
actualizaron y moderaron las leyes autoritarias heredadas del franquismo o
incluso del siglo XIX, se desataron campañas sobre el presumible aumento de la
violencia y la delincuencia y a un supuesto “miedo a salir de casa” que nos había
traído la democracia, algo que nunca se llegó a demostrar.
No son nuevos, por tanto, los intentos de aprovechar crímenes
horrendos para endurecer la legislación penal, algo que igualmente surgía cada
vez que ETA acometía alguno de sus muchos actos terroristas.
La petición de estos días de “la prisión permanente revisable”,
o dicho en lenguaje de la calle, “la cadena perpetua”, por gente indignada ante
el asesinato de un niño, que puede ser entendible aunque nunca justificable, no
puede ser aprovechada políticamente para arañar más votos.
Hay que recordar que esa nueva figura legal, aprobada en la
anterior legislatura con los únicos votos favorables del PP, ha sido
fuertemente cuestionada por juristas y expertos, por jueces y fiscales, y por
la mayoría de los partidos políticos, que recientemente pidieron su supresión,
en este caso con el voto en contra del PP y la incomprensible abstención de “Ciudadanos”
(olvidando sus pretensiones de ser un partido moderno, liberal, avanzado…).
Los políticos de la derecha y centro derecha, que compiten
por ver quien es más duro con ese crimen, saben de sobra que con la actual legislación
penal el castigo para la persona culpable va a ser tremendo, ya que se dan, en
principio, muchas circunstancias agravantes para ello. Y por tanto lo que se
pretende no es tanto castigo como venganza: “que se pudra y muera en la cárcel,
que bien merecido lo tiene”.
Una sociedad democrática avanzada como la nuestra, no puede
asumir esas posiciones. Al igual que en el pasado logramos erradicar la pena de
muerte, tenemos que asumir que la cadena perpetua en la práctica destierra
cualquier perspectiva de rehabilitación, de arrepentimiento, de recuperación para
la vida social; un derecho que todas las personas, incluidos los y las
criminales más horrendos, deben tener. Y no valen argumentos justificativos, de
que la condena puede ser revisada, que lo puede ser, pero en un contexto de difícil
aplicación. Como también hay que tener presente que esta reforma legal se
produjo en un momento de ascenso del terrorismo yihadista, algo muy distinto a
lo que pueden ser los crímenes de individuos particulares.
De ahí que resulte todavía más inaceptable que en las filas
del PSOE, un partido que a lo largo de su historia ha tenido grandes juristas,
grandes defensores y luchadores por los derechos humanos, surjan dudas ante
esta cuestión y temor a perder votos si aparecen con una “imagen débil”.
La prisión permanente revisable debería desaparecer de
nuestro Código Penal y desde luego bajo ninguna presión emocional ni interés electoral
partidista, ampliar su campo de aplicación.
Ya estamos teniendo diversos retrocesos en materia de aplicación
del Código Penal y de la legislación vigente, como acaba de poner de relieve el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como para dar más y más contundentes
pasos en esa dirección de limitación de derechos.
(RECUERDO QUE YA ESTA ABIERTO MI NUEVO Y MAS COMPLETO BLOG: https://hectormaravall-blog.es )
(RECUERDO QUE YA ESTA ABIERTO MI NUEVO Y MAS COMPLETO BLOG: https://hectormaravall-blog.es )
lunes, 5 de marzo de 2018
VIVAS, LIBRES, UNIDAS POR LA IGUALDAD: 8 DE MARZO
El movimiento obrero,
los sindicatos de clase y los partidos de izquierda vienen celebrando desde ya
un lejano año 1911, el 8 de marzo como el día de la mujer trabajadora. Las
organizaciones feministas que se fueron desarrollando a lo largo del siglo XX,
se sumaron a este día de lucha y reivindicación.
Con el paso de los años
hasta instituciones internacionales como la ONU han apoyado a esta conmemoración.
Todos los 8 de marzo
quienes luchan por la igualdad de derechos, sin discriminación en el empleo y
en el salario, han salido, hemos salido, a la calle con las banderas y lemas
morados. Estas luchas han dado resultado. Hoy la situación de las mujeres en
los países democráticos y socialmente avanzados, tienen ya poco que ver con la
realidad de los primeros años del siglo XX. Aun y así la plena igualdad sigue
siendo un objetivo no alcanzado plenamente, ni en lo laboral, ni en lo
político, ni en lo cultural y educativo, ni en la convivencia familiar y en lo
religioso.
Pero a la vez que se ha
progresado en derechos, se han acentuado, o han emergido con mayor claridad,
las diversas formas de violencia de genero.
Este año la lucha por
la igualdad ha dado un importante salto cualitativo: un paro internacional de
dos horas por turno. Y en nuestro país el lema unitario recoge la expresión
“VIVAS, LIBRES, UNIDAS, POR LA IGUALDAD”, añadiendo, como no podía ser de otra
manera, la lucha contra las diversas formas de violencia de genero.
Lamentablemente esta
iniciativa no ha contado con un apoyo unánime en nuestra sociedad y peor aún,
ha habido criticas infundadas, manipulaciones y burlas, incluso desde ámbitos
gubernamentales.
La movilización va a
ser un gran éxito en ese camino sin vuelta atrás por la igualdad. Y sin olvidar
que aún hay cientos de millones de mujeres y niñas que en numerosos países
sufren una brutal discriminación y violencia, que se inicia en la más tierna
infancia y dura toda la vida.
(RECUERDO QUE YA ESTA ABIERTO MI NUEVO Y MAS COMPLETO BLOG: https://hectormaravall-blog.com )
LA DIGNIDAD DE LOS POLITICOS
Hace unos días asistí a
un acto de homenaje en memoria de Javier Martínez Lázaro (Tito), un gran juez
progresista. En las numerosas intervenciones que se sucedieron, las dos frases más
repetidas fueron “ojalá los políticos de hoy fueran como Tito” y “fue un hombre
que siempre buscaba consensos y tendía puentes entre posiciones distantes”. Fue
un líder estudiantil en los últimos años del franquismo, militante del PCE,
periodista, abogado laboralista de CCOO, juez, miembro de Jueces para la
Democracia, del Consejo del Poder Judicial… y siempre mantuvo una coherente
lucha por mejorar las condiciones de vida de la gente.
Como Tito hay y ha
habido muchos hombres y mujeres en la lucha política, dignos, responsables,
honestos, rigurosos, coherentes con sus ideas, trabajando por la gente,
especialmente por las clases populares.
Sin embargo, la imagen
que recibimos todos los días a todas horas es corrupción, ineficacia, lejanía,
ir a lo suyo, en definitiva, aquello que resumió muy bien el 15-M cuando hacía
referencia a “la casta”. He terminado por ver solo un programa de televisión,
“El intermedio” y es soportable por la inteligente e intensa dosis de humor con
que trata el cumulo de noticias tremendas y es entonces cuando recuerdo aquella
vieja canción de Peret, “Es preferible reír que llorar”. Otras veces viendo “El
intermedio”, pienso que García Berlanga se quedó bien corto en sus geniales películas
retratando las clases dominantes de nuestro país.
Es normal preguntarse cómo
se ha llegado a esta situación de desfachatez, de sensación de impunidad, de
avaricia sin límites, en muchos casos por parte de personas que ya estaban muy
bien situadas económicamente y que son capaces hasta de timar a sus consuegros
como uno de los implicados en el caso Palau de Barcelona.
¿Cómo es posible la red
tan amplia de complicidades, de silencios, de permisividad, que en algunas
zonas de nuestro país alcanzó a numerosas personas, que en muchos casos se
beneficiaron en mayor o menor medida de las anchas pirámides de corrupción?. Y
lo más increíble de todo ¿como esas arraigadas, sistemáticas, duraderas
conductas, apenas han pasado factura a quienes las han practicado o tolerado?
La desideologización,
la falta de cultura política, de conocimiento de la historia, de comprensión de
los retos de un mundo globalizado y complejo, que caracteriza a buena parte de la
sociedad española y a buena parte de sus elites gobernantes, puede ser una
explicación. Las ideas, los modelos de sociedad, las propuestas de
transformación y por supuesto los principios morales y religiosos, se han
desdibujado tanto en la izquierda como en la derecha.
No me gusta ser “abuelo
cebolleta” y añorar melancólicamente el pasado, pero lo cierto es que la
transición y los primeros años de la construcción de la democracia la
protagonizaron en la izquierda, en el centro y en la derecha, gente que tenía
ideología y luchaba por sus ideas. Y repito en la izquierda, en la derecha y en
el centro. Tuve la suerte de conocer y tratar a muchos de ellos y la
inmensísima mayoría estaban en la política no por ganar dinero sino por
defender sus principios. Para no hablar de mis amigos comunistas, citare tres
ejemplos para mi inolvidables: Jerónimo Saavedra, Fernando Abril Martorell y
Antonio Garrigues Walker. Socialista y ugetista el primero de ellos, bien
alejados de mis ideas los otros dos (Garrigues había sido nada menos que
miembro de la Comisión Trilateral), y sin embargo lucidos y conscientes
luchadores políticos para hacer de España un estado moderno, democrático y mas
justo y solidario.
También conocí a muchos
y excelentes altos funcionarios y cargos públicos, que yo resumiría en la
persona de Adolfo Jiménez, largos y decisivos años Secretario de la Seguridad
Social, con el que discutía, a veces con mucha dureza, pero del que sabía sin
genero de duda que luchaba como yo por un Sistema de Seguridad Social solidario
y sostenible. Adolfo, que era independiente, pero no apolítico, se afilió al
PSOE el mismo día en que este partido en el año 1996 perdió las elecciones
generales, algo que hoy parecería inconcebible.
Era una clase política
que en absoluto participaba de esa desgraciada frase que se atribuye a Felipe González
de que “gato blanco o gato negro, lo importante es que cace ratones”, ni
tampoco de lo que dijo Alfonso Guerra “el que se mueva no sale en la foto”. Dos
terribles opiniones que estoy seguro hicieron temblar a socialistas tan
valiosos y honrados como José María Maravall, Matilde Fernández o Gregorio
Peces Barba.
Insisto que ha habido y
hay muchos políticos dignos, pero la dignidad no viene del aire, se construye y
se garantiza día a día, año a año. Requiere formación cultural, sustento ideológico,
principios morales, talante dialogante y voluntad de negociación, trabajar en
su profesión antes y después de ser cargo público, salir y escuchar a la gente
normal y corriente, ir al cine, al mercado, al centro de salud, de tapas, a
pasear por un parque, poner la lavadora y el friegaplatos, hacer la cama,
llevar a los niños al cole, hacer los deberes y jugar con ellos…
sábado, 24 de febrero de 2018
ME PONGO AL DIA
En junio del 2011, tan cerca y ya tan lejos, empecé mi blog. Han sido casi 760 entradas de muy diversos temas: actualidad política, sindicalismo, estado de bienestar, música, opera, cine, pintura, viajes, recuerdos de mi vida....Unos tuvieron buena acogida, otras menos y otras muy escasa. Aunque siempre he sentido el apoyo de seguidoras y seguidores incondicionales y sobre todo amables y cariñosos.
Pero el mundo va muy rápido y los cambios son inevitables. Me paso a un nuevo y mucho mas ambicioso formato, mezcla de pagina web y blog en world press. He tenido la inmensa suerte de conocer a un profesional creativo, innovador y al día, que me ha diseñado la nueva oferta (Paco Fernandez; paco.fdez74@gmail.com).
Este es un anuncio de cambio, y de forma inmediata empezare a publicar.
Gracias por vuestro apoyo y nos vemos en https://hectormaravall-blog.com/
Hector Maravall
viernes, 16 de febrero de 2018
INTERMON OXFAM: EN DEFENSA DE LAS ONGS SOLIDARIAS
Soy socio de Intermón
Oxfam desde hace bastantes años y muy probablemente lo seguiré siendo. Cuando
me apunté a esta ONG, hubo quien me dijo que cómo lo hacía, siendo una
organización mas o menos vinculada a la Iglesia Católica y en concreto a los
Jesuitas. A pesar de que desde hace mucho tiempo es una organización laica e
independiente, ni me importaba antes ni me importa ahora.
El terrible escándalo
sexual que han protagonizado algunos de sus miembros y dirigentes, de características
parecidas a otras que tuvieron como artífices a militares en misión de paz o a
cooperantes civiles, es una vergüenza y hasta un delito que debe ser castigado
con absoluto rigor, además de que Intermón
Oxfam tome las medidas oportunas para que nunca más se vuelva a repetir.
Pero también resulta
vergonzoso que aprovechando esas practicas intolerables y la hasta cierto punto
tardía y dubitativa reacción de la dirección de I.O., se ha desatado una
campaña en algunos países y muy en especial en España, atacando a esta ONG y
cuestionando su actividad. El escandalo les ha venido de perlas a quienes
llevan mucho tiempo molestos por sus informes, o siendo señalados por su
responsabilidad en la falta de apoyo a la cooperación internacional con el
hambre y la miseria en el Tercer Mundo o con el crecimiento de la pobreza y
exclusión, como consecuencia de las políticas neoliberales frente a la crisis,
caso evidente en lo que se refiere a nuestro país.
Intermón Oxfam es una
ONG incomoda, porque no tiene pelos en la lengua, porque es rigurosa en sus
denuncias y en sus propuestas, y porque no se limita a dar la vara, sino que
desde hace mucho realiza programas de cooperación en numerosos países del mundo
con resultados muy positivos bien contrastados.
Es cierto que muchas
ONGS levantan suspicacias tanto en el ámbito de la izquierda como en la
derecha, por razones, claro está, muy distintas. La derecha quisiera que se
limitaran a ejercer su trabajo sin meterse en más líos de denuncias políticas,
económicas o sociales, no hablar de causas ni de responsables. Y en la
izquierda hay quienes consideran que las ONGS hacen caridad, ponen parches a la
explotación capitalista y viven de unas subvenciones o ayudas que estarían
mucho mejor empleadas por parte de la gestión pública.
Admito que, en mi caso,
procedente de una ortodoxa tradición política y sindical, pensaba algo
parecido. Tuve la oportunidad como Director General del IMSERSO de conocer la
realidad de las ONGS. De la cantidad de papeletas que nos resolvían a las
administraciones públicas, fuera por la insuficiencia de nuestros recursos,
centros, programas, etc. o por las dificultades de tramitación urgente y
diversificada de las posibles soluciones.
Por no citar más que
unas pocas, recuerdo con admiración la gestión de Caritas, Cruz Roja o Andalucía
Acoge, cuando el tremendo conflicto de El Ejido (Almería) y los campamentos
infrahumanos de inmigrantes en Ceuta y Melilla. O el apoyo recibido del MPDL en
la guerra de los Balcanes. O la colaboración en numerosos proyectos de
accesibilidad, empleo especial, integración social, etc. de personas con
discapacidad por parte del CERMI. O la respuesta inmediata de las ordenes
religiosas integradas en LARES, ante la demanda no cubierta de plazas
residenciales para mayores gravemente dependientes. La presencia constante de
Mensajeros por la Paz para resolver problemas urgentes no suficientemente
contemplados en el ámbito de actuación del IMSERSO……
También conocí algunas
ONGS, contadas con los dedos de la mano, que eran ineficaces, que abusaban de
sus relaciones o presiones políticas, o que no tenían una gestión clara. Pero
eran una ínfima minoría, de las que el propio movimiento asociativo se
desmarcaba. Y es verdad p.e. que en los años 90 Cruz Roja padeció una mala
gestión en su cúpula política, pero la organización remontó pronto y bien y fue
decisiva en la atención a los inmigrantes sin papeles.
No solo no he vuelto a
ser reticente con las ONGS, incluidas las vinculadas a la Iglesia Católica,
sino que soy firme partidario de poner la X en la casilla del IRPF destinada a
su financiación y así lo he hecho con mi declaración siempre y así lo he
defendido públicamente.
Por último, me parece
una desvergüenza que el ministro Montoro, corresponsable de un gobierno que se
ha caracterizado por eliminar prácticamente las ayudas a la cooperación al
desarrollo y que milita en un partido corroído por la corrupción, se atreva a
criticar a Intermón Oxfam. Una razón más para seguir colaborando con I.O., lo que
no es óbice de una firme exigencia de sanción y erradicación de prácticas como
las que hemos conocido en estos días.
miércoles, 7 de febrero de 2018
UN GOBIERNO PARALIZADO
Es sabido que algunos
presidentes republicanos de los Estados Unidos no eran capaces de hacer dos
cosas a la vez. Ya no tienen esa exclusiva. A nuestro gobierno le pasa algo
similar.
En casi año y medio de
legislatura no han sido capaces de gobernar, más allá de las tardías y
equivocadas actuaciones ante el conflicto independentista. No voy a
minusvalorar la tremenda importancia e implicaciones de todo tipo del conflicto
político y social en Cataluña y la necesidad de resolverlo cuanto antes y de la
mejor manera. Pero siendo una evidente prioridad política, social y económica,
no se puede limitar la acción de gobierno a este problema, por muy importante
que sea (y encima sin una estrategia coherente y sensata).
La realidad de España,
de Europa, de nuestro mundo globalizado, no puede esperar a que por fin se
solucione el conflicto independentista, que por otra en el mejor de los casos
va a tardar años en resolverse.
Si por algo se
caracteriza esta época que nos ha tocado vivir, es por el tremendo dinamismo de
los cambios políticos, económicos, tecnológicos, sociales, medio ambientales…que
exigen prospección, información, debate, toma de decisiones, actuaciones,
evaluaciones, replanteamientos, visión a medio y largo plazo. Y como dice el refrán
“camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Nuestro gobierno esta
dormido, pero lo malo es que la corriente nos puede llevar a todo el país.
En estos 15 meses el
gobierno ni ha legislado y lo que es peor ha boicoteado las iniciativas
políticas de los grupos parlamentarios, incluidas aquellas que incluso ha
apoyado su peculiar socio de gobierno y a la vez rival, Ciudadanos.
La parálisis
gubernativa también nos tiene alejados de los debates europeos, donde cada vez
tenemos menos influencia, incluso el presidente del gobierno no se ha molestado
en ir a la Conferencia de Davos, que más allá de la opinión que nos merezca su
composición y actitudes, sin duda es un foro de gran importancia política y
económica. Macron y Merkel llevan meses proponiendo iniciativas para dar un
nuevo impulso a la Unión Europea y no se conoce aportación alguna de nuestro
país al respecto.
Se están produciendo
importantes reequilibrios geopolíticos y económicos, con una presencia cada vez
mas activa de China y en segundo lugar de la India, y aquí no tenemos nada
pensado al respecto.
La revolución
tecnológica cada día más acelerada, está cambiando y va a cambiar aún más y más
rápidamente las comunicaciones, las relaciones empresariales, la educación, los
transportes, las formas de producción y trabajo, los movimientos de capitales…etc.
Y aquí estamos saliendo de la crisis con innumerables bares, cafeterías, fruterías,
negocios de esoterismo, tiendas de alimentación alternativa, gimnasios, locales
de cuidados estéticos, de uñas y pestañas…
Mientras, la inversión
en I+D+I está bajo mínimos, el sistema educativo cada vez está respondiendo menos
a las necesidades de los nuevos procesos productivos, volvemos paulatinamente a
la burbuja inmobiliaria empezando por el desmadre de los alquileres, rehuimos
un debate en serio sobre las necesidades energéticas, pasamos de adoptar
medidas estructurales en relación al cambio climático o ralentizamos
infraestructuras esenciales como el corredor mediterráneo o la Y vasca y
nuestras pequeñas y medianas empresas se mueven en la confusión o la ignorancia
sobre cual va a ser el modelo productivo de nuestro país.
En definitiva, estamos
saliendo de la crisis en buena medida con la inestimable ayuda del Banco
Central Europeo, del terrorismo islámico que nos rebota millones de turistas, y
de la coyuntural contención del precio del petróleo. Nuestro gobierno no se ha
molestado en abrir una seria reflexión y debate público sobre la crisis y la
salida de la crisis y sobre todo en relación al nuevo modelo productivo que nos
evite volver a las andadas. Esta debería ser una de las prioridades del
Congreso de los Diputados, donde por cierto se han sucedido una serie de
comparecencias de altos responsables públicos y privados relacionados con el
sector financiero de nuestro país y es vergonzoso que se hayan ido de rositas tras
haber admitido (menos Rodrigo Rato), los graves errores y equivocaciones
cometidos en la gestión de la crisis económica y bancaria.
Pero no solo es urgente
debatir y diseñar un nuevo modelo productivo, es que también hay que abordar
con urgencia y rigor, las consecuencias sociales de casi 10 años de crisis. Una
gravísima ruptura del modelo de relaciones laborales, con la precarización del
empleo, con la cronificación de amplios colectivos en situación de pobreza y/o
exclusión social, con la aparición de la nueva realidad de trabajadores pobres,
con la explotación del empleo joven y la desigualdad salarial entre hombres y
mujeres. El deterioro del Sistema Nacional de Salud y del Sistema Educativo, la
debilidad del Sistema de Atención a la Dependencia, el insuficiente desarrollo
de los servicios sociales o los déficits de vivienda digna y accesible. Se
demora el análisis y propuestas ante los riesgos que el aumento del paro y la
precarización laboral esta produciendo en nuestro Sistema de pensiones.
Los costes sociales de
la crisis ni se pueden dejar a ver si el mercado lo va resolviendo o peor aun acostumbrarse
a convivir con una parte importante de la población marginada y excluida del
crecimiento económico y del bienestar social.
Este gobierno no puede
seguir paralizado. Los partidos parlamentarios de la oposición e incluso los
socios-rivales del gobierno, tienen que reaccionar o el precio que
pagaremos en los próximos años la ciudadanía española será muy elevado y
posiblemente irreversible.
martes, 23 de enero de 2018
sábado, 20 de enero de 2018
"LOS ARCHIVOS DEL PENTAGONO": EXCELENTE PELICULA POLITICA DE SPIELBERG
Con toda razón, Steven
Spielberg esta considerado como uno de los grandes directores de la historia
del cine, aunque como otros genios también haya realizado alguna película olvidable.
Con “The Post”, traducida en España como “Los archivos del Pentágono”, en mi opinión
ha alcanzado otra de sus cimas creativas.
Por desgracia cada día
es menos frecuente encontrar películas políticas de calidad. Esta es quizás la
mejor película política de los últimos años. Con un añadido, es una obra de
profundo contenido ideológico, intensa, y a la vez muy dinámica y entretenida. Consigue
hacer pensar y disfrutar. Claro que para ello cuenta con una actriz fuera de
serie como es Meryl Streep, con una interpretación llena de matices que
engancha desde el primer momento. Como también resultan excelentes Tom Hanks,
superando su acartonamiento interpretativo de sus ultimas películas, y el resto
de los protagonistas.
La película es una
profunda defensa de la libertad de prensa frente a la manipulación de gobiernos
con actitudes autoritarias; una denuncia absoluta de la intervención norteamericana
en Indochina desde principios de la década de 1950 hasta principios de la década
de los 70 y una critica a las manipulaciones de presidentes republicanos como Eisenhower
y Nixon y demócratas como Truman, Kennedy y Johnson.
Spielberg no revela
nada que no supiéramos en sus aspectos generales, pero desarrolla a la perfección
los entresijos del funcionamiento de los grandes medios de comunicación y su relación
con los gobiernos y con el telón de fondo de la financiación de los mismos.
El magnifico guion pone
de relieve la complejidad de las actitudes personales y corporativas de periódicos
de las características del Washington Post o del New York Times; la dificultad
de tomas de decisiones en temas de enorme trascendencia y repercusión. Spielberg
y sus actores, huyendo de planteamientos simplistas o maniqueos, desmenuza de
manera soberbia las dudas, las presiones, las esperanzas, los miedos, la valentía,
de todo un gran periódico, desde la propiedad hasta los trabajadores de las
rotativas, así como las amenazas y represalias políticas, judiciales y económicas
desde el poder.
Es pura historia de la
lucha por la democracia, con hechos y personajes reales, que sucedieron hace
mas de 40 años, pero cuya vigencia es absoluta en nuestros días, como muy bien
ha quedado de manifiesto en los enfrentamientos entre Donald Trump y la prensa demócrata
norteamericana. Como también es de enorme actualidad e interés el papel que los
jueces pueden y deben desarrollar en la interpretación de los principios
constitucionales, con rigor e independencia política.
Habrá quien considere que
aquellos años dorados de la gran prensa liberal norteamericana han quedado atrás,
arrastrados en buena medida por los cambios en la propiedad familiar de los periódicos
y sobre todo por los cambios tecnológicos y el predominio de las redes de
internet y las nuevas formas de comunicación, mucho mas expuestos a la manipulación
y al simplismo de los mensajes, frente al rigor y la profesionalidad de un
periodismo solvente.
Spielberg es implacable
con el presidente Nixon, en tantos aspectos parecido a Trump, y las últimas imágenes
de la película enlazan con el siguiente escandalo protagonizado por aquel
presidente, el Watergate, que a la postre provocó su dimisión.
En todo caso salí del
cine pensando que ojalá nosotros en España hubiéramos tenido y tuviéramos ahora
unos medios de comunicación como el Washington Post y el New York Times. Realidades
como la corrupción hubieran sido denunciadas mucho antes y con mayor contundencia,
por no hablar de otros abusos de los diversos gobiernos, grandes empresarios e
instituciones de nuestro país.
En definitiva, una gran película, que
recomiendo absolutamente, de algo menos de dos horas en las que ni en un minuto
decae el interés y la atención y que debería ser proyectada y comentada en los
colegios y universidades.
jueves, 18 de enero de 2018
¿Y SI GANARA CIUDADANOS AL PP?
Tuve ocasión de escuchar
a Albert Rivera hace varios años, cuando aún su actividad política se limitaba
a Cataluña. Resultaba interesante su forma ágil de comunicación y su discurso
mezcla de socialdemocracia light y liberalismo moderado. Tiempo después escuché
a Inés Arrimadas, como joven promesa de Ciutadans y la impresión fue todavía de
mayor sorpresa.
Cuando su proyección se
fue ampliando por el conjunto de España, hubo muchas voces en la izquierda que
les calificaron como la marca blanca del PP y como la alternativa de las clases
dominantes al previsible desgaste de Rajoy y su gobierno. Incluso hay quienes
hoy dicen que Ciudadanos son más peligrosos que la derecha tradicional
encarnada por el PP, ya que mostraban una imagen amable y renovada, que podía generar
más simpatías en el electorado y ponerlo más difícil a la izquierda.
Nunca he compartida esa
visión de la política de que mas vale enfrentarse a una derecha reaccionaria y
corrupta que a un centro derecha modernizado, que en el fondo enlaza con la idea
de “cuanto peor, mejor”.
Es cierto que Ciudadanos
se ha ido desmarcando de su inicial propósito de ocupar el espacio de centro-centro,
lindando con el PSOE y disputando a los socialistas sus votantes más moderados.
De hecho, en su último Congreso se despojaron de la referencia socialdemócrata,
para situarse de manera mucho mas contundente en el centro derecha, fijando su
prioridad en atraer al votante moderado de la derecha, harto de la corrupción y
de la parálisis gubernamental del PP.
En todo caso Ciudadanos
ha sabido jugar con inteligencia su papel de partido bisagra. Apoyando al PSOE en
Andalucía o al PP en Madrid y Murcia. Pactando un Acuerdo con el PSOE, que en
mi opinión era moderadamente positivo, para la investidura de Pedro Sánchez
(que como todos recordamos fracaso por el voto en contra decidido por Pablo
Iglesias) y más tarde un Acuerdo con el PP para la elección de Rajoy. Es muy
legitimo que muchos consideren este juego a dos bandas como puro oportunismo,
pero es muy típico de los partidos centristas en todos los parlamentos democráticos.
Esa actitud flexible en
las alianzas, el no estar implicados en ningún caso de corrupción al no haber
tenido todavía oportunidad de gobernar, y la posición tajante en el conflicto
independentista de Cataluña, les has sido muy rentables en los últimos meses,
tanto en las elecciones como en las encuestas.
Pero ese crecimiento de
Ciudadanos, en mi modesta opinión, no va a suponer a corto plazo el
desmoronamiento del PP y su sustitución política por el Partido de Rivera. A
diferencia de lo que sucedió con la UCD de Adolfo Suarez, el PP es un partido
muy implantado en España, salvo en Cataluña, con amplia estructura organizativa,
con muchos miles de militantes y cargos públicos, con estrechísimas relaciones
con las clases dominantes de nuestro país y hoy por hoy con el firme apoyo de
la mayoría de los medios de comunicación. Y como hemos visto bastante resistente
a los escándalos de corrupción, que la mayoría de su electorado no castiga
mucho.
Sin embargo, Ciudadanos
no tiene esas solidas bases de las que goza el PP. Es un partido de clases
medias, de profesionales, de jóvenes sin mucha carga política o ideológica,
pero sin gran implante en la España profunda, ni en los pensionistas, ni en amplios
sectores de la derecha más tradicional, y además sin ninguna experiencia de
gobierno, que es algo que valora mucho el votante conservador. Es evidente que con el tiempo el partido de
Albert Rivera puede ir superando esas limitaciones y terminar por desbancar al
PP de su posición hegemónica en el voto de la derecha y podría suceder que las
clases dominantes y los medios de comunicación fueran paulatinamente confiando
mas en ellos que en el PP, pero no va a ser cuestión inmediata.
Lo que si resulta
evidente es que Ciudadanos va a ser el partido decisivo para la gobernabilidad
de España, tanto para la continuidad del gobierno del PP, como para una posible
alternativa moderada de centro izquierda liderada por el PSOE.
Así las cosas,
sinceramente yo prefiero sin lugar a dudas que el voto de la derecha moderada y
del centro derecha vaya a Ciudadanos que al PP. Prefiero una derecha
dialogante, moderada, modernizada, que, a un partido reaccionario, inmovilista
y con amplias zonas de corrupción. Con un centro derecha como el que hoy
encarna Ciudadanos, nos será mucho más fácil a la izquierda entendernos para
temas decisivos como la reforma constitucional, la consolidación del estado de
bienestar social, el reimpulso de la Unión Europea o nuevos avances en una sociedad
más laica, que sin mayorías parlamentarias muy cualificadas no podremos lograr.
Si tener un centro
derecha de esas características nos quita algunas banderas a la izquierda y nos
lo pone más difícil para afinar nuestras propuestas y lograr apoyo electoral,
pues tendremos que espabilarnos. Lo que seria un craso error, es que por
nuestra cerrazón echáramos a Ciudadanos de manera definitiva en los brazos del
conservadurismo español.
martes, 9 de enero de 2018
GARANTIZAR EL SISTEMA DE PENSIONES DE FORMA EFICAZ Y ESTABLE
Una propuesta esbozada
por Pedro Sánchez, secretario general del Psoe, sobre la reforma de las
pensiones, ha vuelto a generar una previsible polémica, al hacer referencia a
un nuevo impuesto al sistema bancario para ayudar a la financiación del sistema
público de pensiones.
Algunas observaciones
al respecto. Merece la pena saludar el reiterado interés del PSOE y en especial
de Pedro Sánchez, de abordar cuanto antes un imprescindible proceso de retocar
el modelo de pensiones públicas de nuestro país. Sin embargo, da una cierta
sensación de insuficiente reflexión sobre el alcance de ese posible nuevo
impuesto (que en todo caso es solo una parte, y no la mas importante, de las
propuestas que vienen haciendo los socialistas al respecto), sobre todo cuando
era previsible el revuelo que se va a montar. Cuando se propone una iniciativa
arriesgada políticamente, y establecer un impuesto a la banca sin duda lo es,
los riesgos políticos deben compensar los resultados esperados. Con una banca
como la que tenemos en España y con unos medios de comunicación
mayoritariamente de derechas, hacer esa propuesta para conseguir 800 o 1000
millones de euros, menos del 1% del gasto en pensiones, es realmente poco adecuado.
No es que el sistema financiero no debiera contribuir al bienestar social, más aún
tras las ayudas públicas nacionales e internacionales que ha recibido, es que,
si abres ese melón, al menos que merezca la pena. Y en mi opinión, tal y como
parece estar diseñado, lo merece muy poco.
Para empezar a abordar
el tema, hay que repetir una vez más, que la estabilidad financiera de la Seguridad
Social no es tarea fácil ni económica ni políticamente. La mayoría de las
reformas, o mejor sería decir “contrarreformas” del sistema de pensiones de los
últimos diez años, se ha centrado sobre todo en un recorte del crecimiento del
gasto presente y futuro. Es evidente que sería irresponsable no analizar la
evolución del gasto y afrontar cómo es posible su contención en términos
razonables, sin generar un recorte generalizado presente o futuro: la necesidad
de abordar un mejor tratamiento de pensiones como las de viudedad, creadas en
una época socioeconómica muy diferente a la actual; o la ubicación más adecuada
de prestaciones que tienen mucho más que ver con políticas de apoyo a las
familias o a la natalidad, que con el sistema de pensiones y que por lo tanto
requerirían una financiación diferente a las cotizaciones, situándola
estrictamente vía impuestos.
Pero más allá de
reajustes de cierta importancia en la racionalización del gasto, insisto
siempre sin recortar derechos legítimamente adquiridos tras largos años de cotización,
el centro de atención debería ser la obtención de ingresos.
El crecimiento del
empleo, la mejora de los salarios, y en primer lugar del salario mínimo, y la
lucha contra la económica sumergida y la defraudación en las cotizaciones, son
elementos decisivos para incrementar los ingresos de la Seguridad Social. Sin
embargo, tanto el incremento del empleo como la mejora de los salarios, no se
puede garantizar legalmente de forma eficaz, salvo en lo que se refiere al aumento
del Salario Mínimo, que sí está en manos del gobierno y recientemente se ha
firmado un acuerdo positivo, aunque modesto, al respecto.
En cambio, en lo que se refiere a la persecución de las
diversas formas de fraude en las cotizaciones, la propia Administración de la Seguridad
Social tiene sobrada experiencia, si hay voluntad política en sus máximos
responsables para mejorar su persecución, como se demostró hace 30 años con la
creación e impulso de las Unidades de Recaudación Ejecutiva y otras medidas de
reforzamiento normativo y de medios personales y materiales de la Tesorería de
la Seguridad Social. Seguramente un buen funcionamiento de la represión del
fraude daría a medio plazo muchos mejores resultados que el nuevo impuesto a la
banca anunciado por Pedro Sánchez.
Pero además de esas
actuaciones, hay que afrontar otras vías de incremento de los ingresos.
En mi modesta opinión,
habría que descartar la financiación parcial del sistema de pensiones a través
de aportaciones sistemáticas y estables de los Presupuestos Generales del
Estado. La función redistributiva que tienen los PGE está fuertemente escorada
hacia el apoyo a un segmento de la población, las personas mayores de 65 años,
sobre todo en el ámbito de la sanidad, servicios sociales y dependencia. Dado
el punto de partida de los años 70 y 80, en que ser viejo era sinónimo de
desamparo y pobreza, era imprescindible tal prioridad presupuestaria.
Afortunadamente hoy las personas mayores de nuestro país son las que
globalmente mas han mejorado sus condiciones de vida y han reducido en mucha
mayor medida las situaciones de riesgo de pobreza. Es, por tanto, el momento de
sin perder esos avances, fijar como prioridad la situación de las y los jóvenes.
La adecuada formación educativa y profesional, el acceso a la vivienda, el
apoyo a la inserción laboral, la ayuda a la natalidad y al cuidado de los hijos…deben
ser objetivos fundamentales de las políticas sociales. En definitiva, no se deberían
retraer nuevos recursos de los PGE para sostener el sistema de pensiones.
Hay que afrontar que el
actual modelo de cotización responde a unos criterios ya desfasados, tanto en
lo que se refiere a las cotizaciones empresariales como las de los trabajadores
por cuenta ajena, funcionarios y autónomos. El modelo de cotización debe superar
los criterios tan rígidos y uniformes que les caracterizan y amoldarse a la
enorme diversidad del mercado de trabajo, público, privado y autónomo. A título
de ejemplo, no tiene ya ninguna lógica que proporcionalmente coticen con el mismo
parámetro empresas intensivas en mano de obra y empresas de reducida plantilla y
alta productividad; pequeños talleres o comercios y empresas multinacionales como
Zara, Movistar o el Banco Santander; pequeños autónomos y prestigiosos
profesionales liberales de elevados ingresos…y un amplio etc.
En lo que se refiere a
las cotizaciones de los trabajadores, hay que abordar el peliagudo tema del
incremento selectivo de los tipos de cotización. Más importante que el destope
de las cotizaciones, que hay seguir manteniendo paulatinamente, hay que incrementar
el tipo de cotización a partir de determinado nivel salarial, que bien podría fijarse
desde los 1000 euros mensuales, elevando algunas décimas el tipo, incremento
que iría aumentando progresivamente en la medida que fueran mayores los
ingresos. Incremento del tipo de cotización que podría entrar en vigor de forma
paulatina y que al final podría establecer el tipo máximo de cotización para
los salarios más altos al menos en el 6%; y en función de sus resultados se debería
reevaluar periódicamente.
Es evidente que es una
medida que no caerá bien a todo el mundo, por lo que los sindicatos de clase deberían
implicarse a fondo en su explicación y defensa, bajo la idea de que es mejor
garantizar el futuro de las pensiones con una mayor contribución, redistributiva
y solidaria, durante la vida laboral y evitar los riesgos de recorte futuro.
Estoy convencido de que la mayoría de la gente compartiría este tipo de reforma,
para garantizar el futuro de unas pensiones dignas.
Es evidente que la diversificación
en las cotizaciones hace más compleja la gestión de la Tesorería General de la
Seguridad Social y de los instrumentos de control del mercado de trabajo. Igualmente
es muy posible que un sector empresarial, en connivencia con sus trabajadores
mejor retribuidos, busquen fórmulas para ocultar o camuflar una parte de los
ingresos reales. Sabemos que las Administraciones Públicas por costumbre son
reacias a la diversidad en la gestión y prefieren la homogeneidad, pero con los
enormes avances tecnológicas e informáticos actuales, gestionar bien la
diversidad es posible.
En definitiva, reformar
el sistema de cotización es una vía, solidaria, redistributiva y eficaz, (desde
luego no exclusiva) para incrementar los ingresos del sistema de pensiones. Eso
sí, hay que tener la firmeza y coherencia política y sindical para asumir este
tipo de propuestas, que en todo caso exigirían una ejecución escalonada en el tiempo,
pero que sin duda en lo inmediato levantarían críticas e incomprensión desde ámbitos
oportunistas, demagógicos o simplemente desinformados.
miércoles, 3 de enero de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)