jueves, 31 de diciembre de 2015
martes, 29 de diciembre de 2015
domingo, 27 de diciembre de 2015
¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!
Hola, amigos y amigas:
Este año entre los nervios antes y despues de las elecciones, mi operación de vesícula y el viaje a Asturias para estar con Juan y Ruben, no he tenido un momento para felicitar a tiempo y en condiciones las Navidades. Más vale tarde que nunca. La foto es de la mañana de Navidad, tras el forre de Nochebuena en casa de mis consuegros.
Voy a ir descargando en los próximos días hasta cinco vídeos de la maravillosa Judy Collins cantando canciones navideñas en 1996, cuando aun estaba en plenitud de facultades, que espero os gusten.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
ESPAÑA SÍ ES GOBERNABLE
Hemos vivido muchos meses escuchando y
leyendo que la realidad de bipartidismo de hecho de nuestro país no
representaba bien la diversidad de la sociedad española. Ahora, cuando esa
pluralidad se expresa en las urnas, nos alarman con la “ingobernabilidad”. ¿En
qué quedamos?
La inmensa mayoría de las democracias
avanzadas tienen gobiernos plurales. ¿Qué cuesta formarlos? Es evidente, pero
no pasa nada. Recomiendo la visión de la serie danesa “Borgen” muy ilustrativa
al respecto. Pero más allá de ese alarmismo, conviene analizar con rigor los
resultados electorales.
Que tras una durísima legislatura, en la
que el gobierno del PP ha tomado severísimas medidas de recorte de derechos y
servicios públicos, en la que han estado salpicados un día sí y otro también de
escándalos de corrupción y que encima han presentado un candidato desgastado y algo
acartonado, hayan obtenido casi 7’5 millones de votos es un buen resultado para
ellos y un tremendo disgusto para los demás, sobre todo para quienes
confundiendo nuestros deseos con la realidad creíamos que 4 años de mareas,
movilizaciones, huelgas, concentraciones, etc. etc. desembocarían en una clara
derrota de la derecha y en una gran victoria progresista. No ha sido así.
Llevo años escribiendo que la derecha de
nuestro país tiene un suelo electoral muy sólido, como ha quedado en evidencia
en todas las elecciones democráticas desde 1931, con la excepción del tsunami
socialista de octubre de 1982. Razones económicas, ideológicas, culturales, de
tradición familiar, religiosas, etc. están detrás de ese voto fiel, pase lo que
pase. Es verdad que han perdido 2 millones y medio de votos, que han ido a
Ciudadanos, pero es que solo faltaba que hubieran vuelto a ganar por goleada
como en el 2011.
Hay otras razones a tener en cuenta en
ese suelo de hierro del PP. La crisis no ha perjudicado a toda la sociedad española, ni mucho menos.
Mas de 10 millones de personas adultas han estado al margen de la crisis o
afectados muy colateralmente, y una parte de ellas, no desdeñable, ha mejorado
posiciones. No hay más que darse una vuelta por los barrios centrales de
nuestras ciudades, por los niveles de consumo, de viajes, etc. Sí, mucha gente
no ha sido maltratada por el gobierno del PP y no se han sentido impulsados a
dejar de votarle.
La segunda razón tiene que ver con la
perdida de la hegemonía ideológica por parte de la izquierda. Daba pavor
escuchar hace unas semanas en el programa de Jordi Evole a trabajadores de la
antigua periferia roja de Madrid como justificaban las políticas de recortes
del PP, utilizando los mismos argumentos que Cristóbal Montoro. La mayoría
electoral del PP en numerosas ciudades dormitorio, con altos niveles de paro,
solo se explica por esa perdida de hegemonía de las ideas progresistas, algo
que ya sucedió en Francia, Inglaterra y otros países del centro y norte de
Europa, donde una parte de la clase obrera dejo de votar a la izquierda y se
pasó a la derecha o a la extrema derecha. Algo no habremos hecho bien.
La tercera razón es el error estratégico
de la campaña socialista, del “y tu mas”, aparcando la presentación y defensa
de propuestas alternativas. Tras el penoso espectáculo de Pedro Sánchez frente
a Rajoy, quedé convencido del batacazo que se iban a llevar los socialistas. Sánchez
ha perdido a las clases medias urbanas e
incluso parece que no se ha molestado en
llegar a ellas. Utilizando tics propios del más rancio “guerrismo”, ha querido
emular a Pablo Iglesias (el joven, claro), cuando tenía que haber emulado a
Willy Brandt o a Olof Palme. A las clases medias urbanas con ideas moderadas,
de centro, solo se les puede ganar con un discurso constructivo y razonado,
como en cierta forma ha hecho Albert Rivera. Sánchez ha hablado para los suyos,
para los convencidos, no para los que dudaban en votar al PSOE, a Ciudadanos o
quedarse en casa. No quiero decir con esto que el PSOE tenía que haberse
escorado más hacia el centro, sino, insisto, haber hecho otro tipo de campaña,
con un formato mucho más didáctico, civilizado y moderno.
Podemos, a pesar de algunas actitudes
prepotentes de Pablo Iglesias, ha hecho una buena campaña y ha tenido
espectaculares resultados, a pesar de que el gobierno y algunos medios de
comunicación, han pretendido camuflarla, repartiendo los escaños, votos y
porcentajes. Llama especialmente la atención el triunfo en solitario en el País
Vasco, donde ha barrido a Bildu y al PSOE y adelantado en votos al PNV (que en
todo caso ha tenido un buen resultado), demostrando que “hay vida” mas allá del
nacionalismo tradicional. El desastre de Bildu es para que abran un profundo
proceso de reflexión de a donde les lleva su inmovilismo político y su ambigua
posición frente a ETA.
Además Podemos, teniendo en contra el
sistema electoral, ha entrado en provincias donde jamás la izquierda alternativa
había tenido diputados, rompiendo en mil pedazos los techos del PCE y de IU,
demostrando que también “hay vida” en la izquierda transformadora y sobre todo
renovadora y con propuestas mínimamente creíbles.
Para Izquierda Unida, a pesar de los titánicos
esfuerzos de Garzón, que ha sufrido un vergonzoso ninguneo de la mayoría de los
medios de comunicación y ha realizado una campaña casi en clave personal con la
desaparición del resto de los dirigentes, sus bajísimos resultados en Andalucía,
Asturias, Comunidad Valenciana, etc. cuestionan la viabilidad eficaz de la
organización. Y dado que la supuesta renovación no ha dado frutos, tendrán que
pensar seriamente en su futuro.
Ciudadanos ha tenido un resultado más
que digno, pero muy lejos de lo que había llegado a soñar su máximo dirigente.
Pero se han puesto de manifiesto las contradicciones ideológicas y programáticas,
los vacíos y bisoñez que aun tienen sus equipos dirigentes y que no es nada fácil
repetir la odisea centrista de Adolfo Suárez en circunstancias muy distintas a
las actuales.
Y por ultimo merece la pena resaltar el nuevo desastre de Artur Mas, cuya
desmesurada y ciega ambición se puede interpretar con ese dicho “de derrota en derrota hasta la
victoria final”. Seria deseable que convergentes sensatos montaran una
conspiración y se libraran de un político iluminado que solo crea problemas por
todas partes, tomando buena nota de la actitud y resultados de Iñigo Urkullu en
el País Vasco.
Así las cosas, con un Congreso sin mayorías
y un Senado en manos del PP (lo cual dicho sea de paso es un serio obstáculo
para afrontar reformas legales de calado), los partidos tendrán que hilar muy
fino. Sin prisas, sin dejarse presionar por las Bolsas o las Agencias
internacionales. Siendo muy conscientes, como sabemos los viejos sindicalistas,
que negociar es un trabajo complejo, difícil, largo, con ordagos y envites, con
recovecos y sobre todo con cesiones, a veces con muy importantes cesiones. Aquí
nadie va a ganar por goleada.
Recomendaría a Pedro Sánchez, a Pablo
Iglesias y hasta a Albert Rivera, que tuvieran unas conversaciones con Ignacio Toxo y Candido
Méndez y que les contaran su larga
experiencia de negociaciones con duros ministros e intransigentes patronales.
En todo caso, calma, que mas vale echar
algo de tiempo en preparar un buen acuerdo de legislatura, que situarse en la
provisionalidad y en la inestabilidad.
jueves, 17 de diciembre de 2015
MI VOTO A PODEMOS
Desde
las primeras elecciones democráticas en junio de 1977 hasta ahora, el sentido
de mi voto ha ido siempre en la misma dirección. Primero al PCE y después a IU.
Solo ha habido tres excepciones: en 1986, estando expulsado del PCE, voté al
Partido de los Trabajadores, dirigido por Santiago Carrillo; en las autonómicas
de 1999 lo hice por la candidatura del PSOE encabezada por Cristina Almeida y
en la que figuraban algunos candidatos del partido Nueva Izquierda; y por fin
el pasado mayo he votado a Manuela Carmena para el Ayuntamiento de Madrid.
En
las elecciones generales de este 20 de diciembre, por primera vez en mi vida,
he dudado a fondo sobre mi voto y he cambiado la orientación del mismo. Por
supuesto que deseo que el PP deje el gobierno, ya sea como opción en solitario
o con el apoyo de Ciudadanos. Me gustaría que el próximo presidente del
gobierno fuera Pedro Sánchez, a pesar de las diferencias que mantengo, de la
penosa imagen que nos dio el pasado lunes en la pelea a dos con Rajoy y de las descalificaciones que ha venido haciendo
de Podemos y de Pablo Iglesias, llamándole “comunista”, como si esto fuera un
delito o restregando el apoyo tiempo atrás de gente de Podemos al gobierno
chavista de Venezuela.
Pero
sobre todo quiero un gobierno que haga una política progresista, que se atreva
a afrontar los profundos retos políticos, económicos y sociales que tiene por
delante nuestro país y que sea capaz de
resistir las fuertes presiones nacionales e internacionales que una política de
reformas progresistas arrostraría.
Por
ello mi voto consciente va a ser para PODEMOS.
Cualquiera
que haya leído mis artículos políticos en el último año y medio podrá
sorprenderse, aunque quizás no tanto. Efectivamente cuando surgió PODEMOS,
compartía muy pocas cosas con su entonces aun genérico programa. No estaba de
acuerdo con la descalificación generalizada de lo que consideraban la “casta
política” y mucho menos de la “casta sindical”. No estaba de acuerdo con la
negativa valoración de la transición política ni con el rechazo a la
Constitución de 1978. No estaba de acuerdo con algunas de sus propuestas
estrella, como p.e. la renta básica garantizada para todo el mundo, ni de otras
muchas iniciativas de su programa. Ni tampoco me satisfacían los métodos de
centralismo leninista con los que se comportaba la cúpula del partido.
He
seguido con absoluta atención la rápida e intensa evolución de PODEMOS en 18
meses. Hay quienes la han calificado de oportunista, de giro a la derecha, de
electoralista. Me da lo mismo. En un tiempo de profundos cambios el que
defienda la inmovilidad o peor aún la involución, está condenado a convertirse
en un fósil.
En
mi opinión el equipo de dirección de PODEMOS y de manera muy singular su
brillante dirigente Iñigo Errejon, ha ido concretando sus propuestas, revisando
a fondo las realizadas inicialmente, con la legitima pretensión de llegar a un
electorado que fuera más allá del 10%, (frontera que fue incapaz de atravesar
el PCE e IU), que les permita ser una fuerza determinante en las Cortes y en la
política española y no una aislada y pequeña referencia moral, muy digna pero
inservible en términos de realización de
cambios reales. Además creo que PODEMOS, sin reconocerlo expresamente, ha
aprendido y mucho de lo sucedido con el gobierno de Syriza en Grecia, algo que
otros no han hecho. Y algo muy importante, la dirección de PODEMOS se están
comportando como un equipo con vocación y voluntad de gobierno y no solo de dar
discursos o de adoptar posiciones de corrección política izquierdista.
Es
cierto que sigo sin compartir determinadas cuestiones de PODEMOS, como no
estuve de acuerdo con la sinuosa y prepotente actitud adoptada ante las
peticiones de IU de buscar fórmulas electorales unitarias. Pero ya lo he
escrito y lo repito, no es posible encontrar el mirlo blanco que se ajuste a lo
que uno piensa y considero que unos potentes resultados de este partido puede
ser la mejor garantía para una política progresista en España.
Y
al otro lado del espejo, hoy no me identifico con la deriva de IU, que tras
cuestionar su pasado y en especial las históricas aportaciones a la
construcción de la democracia en España, se ha transformado en un partido con
vocación aún más minoritaria de lo que siempre ha sido. No me reconozco en ese
discurso sectario con el PSOE, ese izquierdismo de propuestas
irrealizables (y lo saben) y en esa imagen absolutamente personalista de su
candidato que, más allá de la esforzadísima campaña que está realizando, en la
práctica ha oscurecido a toda una organización (ante la pasividad de sus
órganos de dirección, todo hay que decirlo).
En
cualquier caso espero que el conjunto de la izquierda logre unos resultados
suficientes para que puedan crear una alternativa de gobierno progresista, que
garantice un cambio profundo en nuestro país y una política solidaria en la
salida de la crisis. Estamos a tiempo de conseguirlo y ello requiere que tod@s
vayamos a votar el día 20, aunque tengamos nuestras dudas y desconfianzas.
lunes, 14 de diciembre de 2015
CONTRA EL CAMBIO CLIMATICO: TRAS EL ACUERDO DE PARIS, AHORA NOS TOCA A NOSOTR@S
Pocas veces se ha logrado un acuerdo
mundial tan amplio como el conseguido en Paris contra el cambio climático. Su
importancia no se basa solo en esa casi absoluta unanimidad internacional, sino
también en la superación de los precedentes fallidos, que hacían temer que la
Cumbre de Paris se quedaría en una mera declaración de buenas intenciones.
Es muy posible que a mucha gente les
parezca un Acuerdo limitado, insuficiente para los grandes y urgentes retos que
habría que abordar. Sin embargo poner de acuerdo en unos objetivos comunes básicos
a naciones con intereses tan contradictorios como China, Estados Unidos, los países
emergentes o en desarrollo del Tercer Mundo o la Unión Europea, ha sido una
tarea compleja y muy difícil, máxime si tenemos en cuenta que hasta hace muy
poco la mayoría de los gobiernos de los países mas contaminantes no tenían el
menor interés en avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Por ello merece la pena resaltar el
papel de Barak Obama, que a pesar de tener una mayoría en el Congreso y en el Senado
hostil o desinteresada con el cambio climático, ha apostado de manera decidida
por el compromiso con la preservación del medio ambiente; demostrando, una vez
mas, la gran diferencia entre tener en la Casa Blanca a un presidente como él
en lugar de la dinastía Bush y de algunos timoratos demócratas como Clinton.
El Acuerdo de Paris tiene más valor si
cabe, dado el muy limitado nivel de movilización social que hay en el conjunto
de los estados del planeta. Los movimientos ecologistas, los partidos verdes,
organizaciones como Greenpeace, etc. son
lamentablemente una minoría, circunscrita casi a los estados del centro y norte
de Europa y poco más. En el Parlamento Europeo, los Verdes en su doble
composición más centrista y más progresista no llegan a 100 diputados de los
751.
El ejemplo de nuestro país es bien
elocuente. Tras 38 años de democracia, los Verdes no han tenido presencia en
las Cortes españolas, salvo de manera testimonial a través de “Iniciativa per
Catalunya-Verds” y “Compromis-Equo”. Es verdad que en España, al igual que en
otros muchos países, hoy día el conjunto de las fuerzas progresistas, incluidos
los sindicatos, han asumido muchos de los valores y objetivos ecologistas y de
defensa del medio ambiente, lo que quizás no convierta en una necesidad tan
perentoria la configuración de partidos verdes, como sucedió en el centro y
norte de Europa hace 3 o 4 décadas. También es cierto que en nuestro país la ciudadanía
poco a poco va interiorizando comportamientos cada mas respetuosos con
objetivos de preservación medio ambiental, pero aun y así la lucha contra el
cambio climático sigue siendo muy minoritaria entre nosotros, como quedó de
relieve en las manifestaciones, mas bien modestas, que recorrieron nuestras
ciudades hace unas semanas.
Los gobiernos han dado un paso muy
importante, aunque sujeto a interrogantes en la intensidad y velocidad de su
puntual cumplimiento. Ahora nos toca a tod@s nosotr@s movilizarnos en nuestros países
y a nivel internacional.
Hay serios riesgos de que las elecciones
en Estados Unidos o el perceptible giro a la derecha en países de Europa y no
digamos en America del Sur, unido a las presiones de los poderosos intereses
mercantiles de la industria contaminante, de las multinacionales del petróleo o
las proveedoras de la energía contaminante, consigan una ralentización del cumplimiento de
los Acuerdos de Paris.
Tendremos que apoyar a organizaciones
que trabajan incansablemente por la defensa del medio ambiente, como Greenpeace
y desde luego exigir al nuevo gobierno que salga de las urnas el 20-D, un plan
concreto y claro de cumplimiento del Acuerdo de Paris.
Insisto, ahora nos toca a tod@s nosotr@s
mantener viva y activa la lucha contra el cambio climático.
jueves, 3 de diciembre de 2015
LA LEGISLATURA DE "LOS REPARTOS"
Estamos ya en plena campaña electoral. Desde muchos ámbitos
se nos insiste en la importancia de las elecciones del 20-D. Es bien cierto y
la razón es muy evidente. En la próxima legislatura, dure lo que dure, se van a
tener que tomar decisiones claves para el futuro de nuestro país, y que yo resumiría
en que esta va a ser la legislatura de “los repartos”.
Estamos saliendo de la crisis en la que
se han tomando medidas que han alterado las bases de nuestro sistema económico,
social y fiscal. El modelo constitucional aprobado por una inmensísima mayoría en 1978 necesita reformas
y actualizaciones para adecuarlo a las nuevas realidades nacionales e
internacionales de hoy. Los cambios demográficos, los procesos migratorios,
hacia fuera y hacia dentro, requieren afrontar nuevos retos. Y los cambios tecnológicos,
los ya producidos, los inmediatos y los que vendrán próximamente, conllevan
nuevas formas de aprendizaje, de consumo, de relaciones, de comunicaciones, en
definitiva de hábitos de vida, que, entre otras cosas, exigen una adecuada
regulación.
Junto a esos profundos, diversos y
numerosos cambios, y muy vinculada con ellos, la otra característica de nuestra
sociedad postcrisis es el incremento de la desigualdad en cuestiones tan
diversas y fundamentales como la desigualdad en el trabajo, en la educación, en
la salud, en la vivienda; desigualdades en la renta, en los niveles de
vida, en los esfuerzos fiscales, en el acceso a las nuevas tecnologías;
desigualdades territoriales y entre el ámbito urbano y el rural; y por supuesto
la sempiterna desigualdad de hombres y mujeres.
Si vemos esa estrecha relación entre el
factor cambio y el factor desigualdad, se refuerza esa idea que antes señalaba
de la “legislatura de los repartos”.
El primer reparto tiene que ver con el
acceso y las condiciones de trabajo. Más y mejor empleo en un país con exceso
de jornadas sin fin (que dicho sea de
paso requeriría una intensa racionalización de los horarios de trabajo), con trabajos
precarios, sueldos elevadísimos y salarios de miseria. En el que derogar la
reforma laboral, recuperar el protagonismo de los convenios colectivos y
fortalecer el papel de los sindicatos son medidas imprescindibles.
El reparto de la educación, para que la
universalidad vaya aparejada a la calidad, desde los 0 años hasta la formación
profesional y universitaria, de forma que pueda alcanzarse el viejo objetivo socialdemócrata
de la igualdad de oportunidades, lo que requiere un mayor protagonismo y más
medios para la enseñanza pública y una renovación a fondo de los programas y
las metodologías educativas, profundizando y actualizando el camino iniciado
por la LOGSE.
El reparto territorial, que tiene varios
componentes, partiendo de una nueva redistribución de competencias y por tanto
de financiación entre las tres administraciones públicas. Ello exige un
reequilibrio que potencie las posibilidades de la administración local hoy
relegadas y maltratadas; una nueva vía de financiación autonómica, que conjugue
la solidaridad con el reconocimiento del principio de ordinalidad de la
contribución de ingresos de cada territorio. El objetivo es conseguir que
España este cohesionada socialmente y que la igualdad de derechos y deberes sea
real, se viva donde se viva.
Un mejor reparto de las cargas fiscales,
entre los diversos impuestos directos e indirectos, entre los impuestos al
trabajo y las cargas de las empresas, profesionales y autónomos; la recuperación
y mejor tratamiento de los impuestos al patrimonio y a los bienes de alto lujo;
la aplicación de impuestos ligados a las actividades contaminantes o de elevada
utilización de la energía. De forma que en base a una progresividad razonable,
se haga realidad el principio democrático que quien más tenga más contribuya,
sin caer en demagogias de tinte confiscatorio o que fomenten la deslocalización,
la fuga de capitales o la “compra” de actuaciones contaminantes.
El reparto de los apoyos a los sectores
productivos, priorizando las actividades con mas empleo estable, de calidad y
no deslocalizable, con mayor valor añadido, con más proyección de futuro, con mejor
capacidad competitiva y de exportación, con sostenibilidad energética; o el fomento del crecimiento del tamaño y
actividad de las pequeñas empresas. Todo ello requiere trazar una política
industrial a largo plazo, de la que hoy
carecemos, un papel impulsor de la iniciativa pública y dar clara prioridad a
la inversión en I+D+I. Es decir acabar, o al menos reducir sustancialmente, el
capitalismo de casino, de privilegios, de prácticas monopolistas, del fraude,
la economía irregular o la información privilegiada.
Un reparto generacional algo más
adecuado en las políticas sociales, hoy muy desequilibrado en las prestaciones
y servicios y por tanto gastos, hacia las personas mayores, en detrimento de
las políticas de apoyo a la infancia, a los jóvenes. El incremento y sobre todo
la optimización del gasto social en los próximos años deben contribuir a la recuperación
de la natalidad y de una mejor formación de los jóvenes. También el reparto más
equilibrado en el acceso a los servicios públicos y a las nuevas tecnologías de los casi 8 mil
pequeños municipios de nuestro país.
Por supuesto el nuevo gobierno tendrá
que influir activamente, con ideas claras, decisión y energía en el reparto de poder político, económico y
fiscal en el ámbito de la Unión Europea, en las reformas que se van a abordar
en los próximos años.
Y por ultimo, pero decisivo, avanzar más
y más deprisa en el reparto de los derechos y deberes de hombres y mujeres, en
la educación, en el empleo, en la prestación de cuidados y en las tareas
domesticas, en el acceso a las responsabilidades profesionales, empresariales y
políticas.
Ante este panorama, surge
inevitablemente la pregunta ¿Qué partido o coalición de partidos pueden
afrontar mejor y más de acuerdo con los intereses de la mayoría de la
población, estos decisivos retos de repartición de derechos y deberes? No soy
de los que creen que Ciudadanos es un peligro, prefiero mil veces ese centro
derecha al PP, pero no creo que su alianza, más o menos explicita, con el PP y
ni siquiera con el PSOE sea la solución. Necesitamos una coalición de la
izquierda, hoy tan fragmentada horizontal y verticalmente, con el PSOE, PODEMOS,
e IU.
A mí ya se me van aclarando algo más las
ideas. Es verdad que no hay “opciones mirlo blanco”, pero tampoco hay que ser
masoquistas y como hay que mojarse, ya diré antes de la jornada de reflexión a
quien voy a votar,
jueves, 26 de noviembre de 2015
ANTE EL TERRORISMO ISLAMISTA: MAS MIEDO, MENOS DEMOCRACIA
Es lógico que los ataques del terrorismo islamista,
brutales, indiscriminados y que por tanto pueden alcanzar a cualquiera, generen
un profundo sentimiento de miedo e inseguridad. Más aun cuando se producen y
repiten en los mas diversos lugares. La respuesta normal de la ciudadanía se puede resumir en
“acabar con esto, cuanto antes y como sea”.
Por ello podemos comprender las
reacciones iniciales de Hollande y hasta del Primer Ministro de Bélgica. Pero
los gobernantes y sí además tienen un perfil progresista como es el caso del
Presidente de Francia, no puede perder la serenidad y una visión meditada de
cómo afrontar un desafío tan profundo y complejo como este.
Pero según transcurren los días, da la
impresión de que la espiral emocional, iniciada la noche de los brutales
atentados, no tiene visos de dar paso al diseño de una estrategia democrática,
inteligente, contundente y eficaz, y que desde luego tenga en cuenta los
numerosos errores cometidos por las potencias occidentales en África y Asia
desde el final de la Segunda Guerra Mundial,
muy en especial en los países de tradición musulmana.
Las promesas de reformar la Constitución
Francesa para introducir significativos recortes de derechos civiles, aunque ya
veremos en que quedan, es de una ceguera enorme, en un país, que no lo
olvidemos, hoy lo gobierna la izquierda, pero que mañana puede volver a
gobernar Sakorzy e incluso Marie Le Pen. Y una reforma restrictiva de la
constitución que inicialmente se utiliza
para perseguir el terrorismo islamista, en un futuro se puede usar para
perseguir a otros sectores sociales, desde huelguistas, okupas, sindicalistas, pacifistas,
activistas medioambientales o en general a enemigos políticos.
Y no solo es cuestión de los riesgos que
entrañan medidas de restricción de derechos, que nacen como excepcionales y
temporales y luego no hay quien las derogue. Es que además son ineficaces.
Francia debería recordar a este respecto
que los Paracaidistas del General Massu que tomaron al asalto Argel en su lucha
contra lo que consideraban el terrorismo del FLN y generaron una brutal represión,
con la complicidad o al menos el silencio de buena parte de la sociedad
francesa e incluso de amplios sectores de la izquierda, aplazó unos meses el
proceso de liberación de Argelia pero al final fue imparable. Y lo mismo se
puede decir de la actuación brutalmente colonialista de Francia en Indochina en
los años 50, que terminó con su estrepitosa derrota en Dien Bien Phu.
Por supuesto el terrorismo islamista no
tiene nada que ver con el FLN ni con el Viet Minh. Pero fueron claros ejemplos
de que las medidas excepcionales de reducción de los derechos democráticos o
respuestas básicamente militares, a medio plazo no suelen dar resultados y
menos aun con gentes del perfil fanático, irregular, disperso, camuflado, que
caracteriza a los terroristas del ISIS.
Por no mencionar que una restricción de derechos
constitucionales en Francia seria una perfecta coartada para todos esos gobiernos
de extrema derecha, más o menos explicita, que desde Polonia a Hungría, pasando
por casi todos los Estados del Este de Europa, están propugnado políticas de
mano dura frente a minorías étnicas, religiosas, a la diversidad sexual o a
los emigrantes, etc. Con que cara la Unión
Europea va a criticar a Orban en Hungría o a Putin por sus actitudes antidemocráticas,
si un país referencia de la democracia como Francia aprueba recortes de
derechos civiles.
Y tan grave como esas intenciones de
endurecimiento legislativo, es la vuelta al siglo XIX que esta protagonizando
Hollande en las relaciones internacionales. Si de algo habían servido dos
guerras mundiales primero y después la superación de la política de bloques de
la guerra fría, era para instaurar ámbitos de actuación comunes como la ONU y
sus Agencias Internacionales y en otro orden de cosas la Unión Europea, el
Consejo Europeo y el Parlamento Europeo.
Pues no, ahora Hollande vuelve a la
nefasta política de las Alianzas unilaterales, bilaterales o multilaterales que
tanto contribuyeron a desencadenar las grandes guerras del siglo XIX y del XX.
Hollande no acude a la Asamblea de la ONU, al Consejo de Seguridad y menos aun
al Parlamento Europeo, a proponer una estrategia compartida frente al desafío
terrorista. Visita a Presidentes y Jefes de Gobierno de países que considera
que puedan ser sus aliados en las ofensivas militares, a los que presiona en términos
casi emocionales, ¿Cómo no nos vais a apoyar con lo que nos ha sucedido y nos
puede suceder? Ninguna mención al derecho internacional, a las instituciones
mundiales o continentales.
Flaco favor le esta haciendo Hollande a
la ONU, que si ya aportaba poco a la paz, el progreso y la libertad
mundial, a partir de ahora, si se
consolida esta estrategia de las Alianzas bilaterales, se puede dar por finiquitada. Y en esa dinámica,
algunos de los Estados responsables en buena medida de lo que esta sucediendo,
como Israel o las dictaduras petrolíferas,
no tienen porque preocuparse; nadie les va a llamar al orden.
En ese camino iniciado por Hollande, se
desarrolla la política vacilante y errática de nuestro país, asumida por el PP,
el PSOE y Ciudadanos, con la inteligente posición critica pero responsable de
Podemos, que si no fuera un asunto muy serio y dramático,
recordaría a aquella inigualable película de los Hermanos Marx, “Sopa de
Ganso”.
El problema de fondo es que frente a ese
miedo que el terrorismo ha extendido por los países europeos, hay gobiernos que
parece que ante todo buscan el titular y la imagen mediática para tranquilizar
e incluso recuperar popularidad, en lugar de explicar a la ciudadanía que la
lucha contra este terrorismo va a ser larga, difícil, multidireccional.
Que luego no nos sorprenda si se acentúa
la sensible derechización de la sociedad europea. Los terroristas por un lado y
la improvisación y el cortoplacismo de algunos gobiernos por otro, lo están
favoreciendo. No sería la primera vez que de la combinación de los miedos (a la
crisis económica, de las instituciones políticas y de la seguridad) salgamos
por la derecha en lugar de un cambio progresista.
sábado, 21 de noviembre de 2015
BOB DYLAN TIRA LA CASA POR LA VENTANA
Ni en mis mejores sueños adolescentes,
cuando esperaba que en España se publicara el single de Bob Dylan “Like a
Rolling stone”, imaginé que un día, 50 años después, iba a tener ocasión de
disfrutar con nada menos que 20 versiones de esta emblemática y maravillosa
canción, una detrás de otra, la totalidad de las mismas tal y como las escucharon
y disfrutaron en los estudios de la discográfica Columbia Records, los músicos,
técnicos, productores y amigos de Bob que asistieron a su grabación.
Dylan solo vive para su música y es sin
duda el artista que más ha exprimido sus grabaciones, poniendo a disposición
del público, y muy en especial de sus fieles seguidores una colección de
discos, “The Bootleg Series”, en las que se han ido recogiendo numerosas
grabaciones de la década de los 60 no incluidas en su discografía oficial, incluyendo
conciertos que circulaban en pésimas ediciones piratas, versiones diferentes o
canciones nunca interpretadas por él. Ahora se acaba de publicar el número 12
de la colección con el título “The Cutting Edge”.
Se puede decir que en esta ocasión Dylan
ha tirado la casa por la venta y a sus seguidores con ella. Nunca se ha visto,
y es difícil que se vuelva a ver, la oferta de las sesiones completas de
grabación de tres discos que en progresivo ascenso cambiaron la trayectoria de
la música juvenil en el siglo XX: ”Bringing it all back home”, “Highway 61
Revisited” y “Blonde on Blonde”, que ahora se presentan en un box con nada
menos que 18 cds.
Si Dylan ha tirado la casa por la ventana,
su discográfica, hoy “Sony”, ha hecho una apuesta asombrosa con esa edición,
que cuesta en torno a 600 euros, de la que solo se han prensado 5.000
ejemplares (no sabemos si después harán más), que solo se pueden adquirir en la
pagina web de Dylan.
Pero Dylan y Sony son “compasivos” y han
puesto a la venta una selección de 6 cds titulada “Deluxe Edition”, que cuesta
en torno a 125 euros y una tercera oferta titulada “The Best of Bootleg Series
n.12”, que es tan solo un cd doble.
Muchos se preguntaran ¿merece la pena
tal exceso? ¿O es una mera operación comercial para sacar dinero al personal,
algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la industria discográfica? Mi
respuesta es afirmativa a las dos preguntas. Pero insisto, sin duda merece la
pena, y aunque reconozco que desde los 16 años soy un fanático de Dylan,
haciendo un esfuerzo de rigor critico y tras haberlo escuchado, resumo mi
impresión en que es “fascinante”. Incluso las 24, sí 24, versiones seguidas de “Sooner
or later, one of us must know”.
La explicación es bastante sencilla. Dylan
alcanzó la cumbre de su creatividad y de su capacidad revolucionaria, tanto en
lo que se refiere a la música como a la letra, en los citados tres lps grabados
en apenas 14 meses, entre enero de 1965 y marzo de 1966, que por cierto dejaron
sin aliento a The Beatles, igualmente en plena cima de su arte en aquellos
mismos momentos. Pero además Dylan en estos tres discos se rodeó de algunos de
los mejor músicos de la historia del folk rock y del country rock, de los que
solo citare (porque la lista es amplia) a Al Kooper, a Michael Bloomfield y a
los que muy pronto formando el grupo “The Band” se convertirían en uno de los conjuntos
punteros del nuevo folkrock norteamericano y precursores de lo que después se
ha llamado estilo “Americana”.
Con esos formidables acompañantes todas
las versiones resultan magnificas, un sonido potente, brillante, y además cada
versión tiene su diversidad, ya sabemos lo que le gusta a Dylan recrear
continuamente sus canciones. Es cierto que hay tomas incompletas, versiones
exclusivamente instrumentales, hay
interrupciones, comentarios, insertos de melodías navideñas y hasta toses y risas. Pero la calidad en ningún momento
decae y el sonido es magnifico.
Y por supuesto hay canciones no
incluidas en aquellos tres discos,
aunque hubieran aparecido en diversas versiones en otros cds de anteriores
entregas de la colección “The Bootleg Series”.
Este box de 18 cds con 379 canciones, resulta
fascinante por su contenido en sí y
porque es un documento cultural de primer orden el poder conocer el proceso de
elaboración sucesiva de lo que muchos consideran la música popular más
innovadora del siglo XX y es muy posible que cuando en un futuro se quiera
profundizar en lo que supuso la irrupción y evolución del rock, se acudirá a la
escucha de estos 18 cds, como testimonio impagable.
Después de este impresionante “tour de
force”, no sabemos lo que nos deparara Dylan, que con más de 74 años sigue en
plena actividad, pero “The Cutting Edge”, podría ser un magnifico broche de oro
para una trayectoria inigualable.
miércoles, 18 de noviembre de 2015
RECORDANDO A MIGUEL ZUAZU
El miércoles de ceniza de 1969, hacia
las 12 de la mañana toqué el timbre del local que la organización FECUM (dependiente
de los Jesuitas) tenía en la calle Zorrilla de Madrid. Nunca había estado allí.
Dos días antes, a la salida del Cine
Capitol (no recuerdo que película vimos), varios de los miembros de la
Plataforma de Estudiantes de 3º de Derecho de la Complutense estuvimos pensando
donde podíamos reunirnos tranquilamente, dado que la Facultad estaba cerrada
por causa del Estado de Excepción que se había proclamado tras el asesinato de
Enrique Ruano. Nacho Montejo se comprometió a gestionar el local de Fecum,
aprovechando las buenas relaciones que tenía con ellos.
“Pasa, pasa” me dijo un tipo de unos
treinta y tantos años, “que te estábamos esperando”. En el vestíbulo se
encontraban ya unos cuantos compañeros. Por sus caras y su silencio y por la
pinta de unos cuantos adultos que pululaban por allí, rápidamente comprendí que
nos había pillado la Brigada Político Social. En poco tiempo nos juntamos Anabela
Silva, Nacho Montejo, Javier García Fernández (Panfle), José Luis Herce, Julio Martínez
Loro, Enrique Pages, Manuel Gómez (“Manolo Fes”), Miguel Zuazu y yo. La
Plataforma, una especie de estructura del ilegal Sindicato Democrático de
Estudiantes, en total éramos 10. Faltaba uno, José María González, el
confidente soplón que tras delatarnos desapareció para siempre de la Facultad.
Nos llevaron a la Dirección General de
Seguridad, donde por cierto nos interrogó Billy el Niño, aun no tan famoso como
lo fue después. En pleno Estado de Excepción no estaba vigente el límite de 72
horas de detención incomunicada y nos tuvieron 7 u 8 días a ver que podían
sacarnos. Mas tarde nos trasladaron a la cárcel de Carabanchel y a Anabela, no
se si a Ventas o a Yeserias. Estuvimos mes y medio, hasta el levantamiento del
Estado de Excepción.
Nos proceso nada menos que la Jurisdicción
Militar, aunque a los pocos meses se inhibieron a favor del Tribunal de Orden Público.
En el juicio nos defendieron Paquita Sauquillo y Gregorio Peces Barba. Fuimos
absueltos, la prueba fundamental, el soplón, no se presentó.
De aquellas intensas vivencias, de ese sumario compartido, nació una estrecha amistad que se ha mantenido hasta hoy.
De aquellas intensas vivencias, de ese sumario compartido, nació una estrecha amistad que se ha mantenido hasta hoy.
Casi 50 años después, todos seguimos en la
misma orilla, pensando lo mismo, no sucumbimos al “lado oscuro” del ejercicio
del Derecho, eso sí somos algo mas moderados que a los 20 años. La única, pero
gran diferencia es que ya no somos 9, sino 6. José Luis murió el primero, hace
bastantes años. Nacho en el verano del 2014 y en estos últimos días, Miguel.
Miguel era simpático y risueño, un guapetón
mozo navarro, rubio, con abundante y rizado pelo, que gustaba mucho a las
chicas. Lourdes, la amiga más roja de mi hermana Elisa, estaba prendada de él y
las dos se hacían las encontradizas, pero, que sepamos, no hubo manera, porque
en el fondo, al menos en aquellos tiempos, y aunque pareciera todo lo
contrario, Miguelón era tímido. Éramos un grupo políticamente variopinto, desde
luego a la izquierda del PCE. Miguel era una mezcla de acratón y trotskista. Era
buen comedor y bebedor y sobre todo una persona cariñosa.
Años después se fue a vivir y trabajar a
la Argentina. Tardamos mucho tiempo en volver a vernos. Cuando regresó a
España, Nacho y Anabela organizaron varias comidas donde volvimos a vernos. Poco
a poco en la cara de Miguel se fue reflejando el cansancio de los duros años en
el campo argentino y la aparición de la enfermedad. Aun y así conservaba su
sentido del humor y bromeaba con sus austeros
hábitos de comida y bebida a los
que veía obligado. Estaba animado, como casi todos los demás, con el 15-M, las
Mareas y la irrupción de PODEMOS.
Aunque existía el riesgo, ninguno
imaginamos la muerte de Miguel, a pesar de que después de la inesperada pérdida
de Nacho todo era posible. Anabela nos va a reunir pronto a los 6 para
recordarle, pero en estos días tremendos que estamos viviendo, no era justo no
encontrar un hueco para hablar de mi amigo y compañero Miguel Zuazu.
(En la foto, tomada por Nacho en el otoño del 2011, Miguel es el que esta más a la derecha y con pantalón vaquero. Julio no pudo venir a esa comida).
domingo, 15 de noviembre de 2015
TERRORISMO ISLAMISTA, MENOS HABLAR DE GUERRA Y MAS DE SOLUCIONES POLITICAS
Hoy las portadas de los periódicos
españoles son casi todas iguales: “Guerra al Estado Islámico”. ¿Ya nos hemos
olvidado a donde condujeron las intervenciones militares en Irak y Afganistán,
tras las masacres de las Torres gemelas de New York?
Para desgracia de las sociedades democráticas,
la lucha contra el terrorismo islamista es un camino mucho más largo y complejo,
que no se resuelve ni con una nueva intervención militar a sumar a las ya
realizadas, ni con cierre de fronteras y menos aun atizando la xenofobia.
El problema de la violencia islamista es
que esta mucho más cerca de una guerra “liquida” o “difusa” que de un activismo
terrorista clásico (de raíces ultranacionalistas o de extremismo político) y
sobre todo que sus integrantes están distribuidos y camuflados por todo el
mundo, gozan de amplios y variados apoyos, unos mas explícitos que otros, no
tienen un ámbito territorial definido y responden a causas muy profundas y de
largo recorrido.
Para empezar no podemos olvidar las
hondas raíces que la violencia tiene en la lectura y aplicación más fanática del Islam, en la carencia de una
evolución democrática del mismo, que no ha tenido, o al menos no han
prevalecido o no les han dejado, los procesos de modernización que tuvo la
civilización europea con la Ilustración del siglo XVIII, las revoluciones burguesas en el
XIX o los cambios socioeconómicos propiciados por la socialdemocracia en el siglo XX. Esas
transformaciones han ido incidiendo en las raíces católicas y protestantes
occidentales, que al igual que el Islam también arrastra una historia de
oscurantismo, fanatismo y violencia, de forma que hoy el extremismo político y
las prácticas violentas con fundamentos religiosos sean afortunadamente muy minoritarios
en nuestras sociedades.
Esa carencia, salvo excepciones, de democratización
del Islam, es solo una parte del problema, aunque en absoluto menor. Pero a
ello se suman una larga acumulación de decisiones militares, políticas y económicas
de los estados de Occidente, empezando por la arbitraria desmembración del
imperio otomano después de la primera guerra mundial, creando estados
artificiales, sosteniendo dictaduras que facilitaban la presencia y explotación
de los recursos petrolíferos por parte de poderosas multinacionales y a la vez reprimían
los movimientos de liberación de carácter progresista. A ello se añadió el apoyo incondicional a la
creación del Estado de Israel y la absoluta permisividad con su política
agresiva, en especial a partir de la
Guerra de los Seis Días y la anexión violenta de territorios palestinos.
En paralelo se han sucedido todo tipo de
actuaciones para barrer los intentos de modernización política protagonizados
desde los años 50 del siglo XX por gobiernos de corte nacionalista,
moderadamente neutralistas (en los años de guerra fría), con objetivos de
progreso social y de tintes laicos, en Egipto,
Irán, Siria, Irak, Afganistán, Libia, Líbano, Argelia o Indonesia, que aunque
no fueran un modelo de democracia, sí estaban a años luz del oscurantismo
feudal de las dictaduras “aliadas” de Occidente, facilitadoras del negocio del petróleo.
Son más de 60 años generando caos político,
miseria económica, humillación social, ausencia de futuro. Un perfecto caldo de
cultivo para el terrorismo.
No se trata, de ninguna forma, de
exculpar o “comprender” las dinámicas de organización del terrorismo islamista,
pero sí de conocer donde hunden sus raíces, porque esa será la única forma de a
medio plazo ir reduciendo su extensión y su fuerza de atracción.
Democracia política, progreso económico,
cohesión social, fin de las practicas neocoloniales y de las intervenciones
militares y reconocimiento del Estado Palestino con la vuelta a las fronteras
de 1967, son las vías para ir poco a poco superando los odios acumulados, la falta
de perspectivas de progreso y dignidad. Por supuesto en ese camino sería
fundamental que el Islam conociera procesos de “aggiornamento” similares al que
vivió el catolicismo con Juan XXIII y el Concilio Vaticano II.
No hay otra vía realista y esta llevara
su tiempo, esperemos que pocas décadas.
Las perspectivas no son halagüeñas,
porque la manipulación del terrible dolor causado por el terrorismo o en el
mejor de los casos los argumentos simplistas, generan reacciones xenófobas,
cierre de fronteras y de mentalidades, gobiernos más a la derecha, rechazo de
la inmigración y desconfianza hacia las minorías étnicas o religiosas ya
presentes en nuestros países. Es muy posible que ese giro a la derecha lo
veamos entre nosotros el próximo 20 de diciembre.
Así que menos hablar de “guerras”, que
llevamos desde hace 60 años comprobando que solo sirven para empeorar las cosas
y más hablar de soluciones políticas, económicas y sociales, que desde luego no
son incompatibles con una eficaz
persecución policial y una contundente aplicación de la ley.
lunes, 9 de noviembre de 2015
LOS FICHAJES Y LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE PODEMOS
Siempre me cayó bien el general Julio Rodríguez,
ahora aún me cae mejor. Javier Pérez Royo, en la crisis de “los renovadores”
del PCE estuvimos en posiciones enfrentadas, pero durante muchos años sus artículos
y declaraciones me han parecido rigurosos y bien fundamentados desde
concepciones progresistas. José Manuel Gómez Benítez, fue un líder comunista, carismático
y muy valiente, en la Facultad de Derecho cuando yo estudiaba y su posterior
trayectoria política y profesional ha estado siempre alineada con actitudes de
izquierda. No conozco a la jueza Victoria Rosell, exportavoz de Jueces para la
Democracia, pero esa responsabilidad la hace merecedora de respeto. Son cuatro
de los brillantes “fichajes” de la dirección de Podemos.
Resultan sorprendentes las críticas que
han recibido por ello, sobre todo en el caso del general Rodríguez. No veo fácil
que llegue a ser Ministro de Defensa, pero en mi opinión seguro que sería mucho
mejor que la mayoría de los que hemos tenido, desde Federico Trillo, por cierto
comandante jurídico, hasta José Bono, pasando por el actual Pedro Morenes.
Muchos consideran que los altos responsables del Ejercito son patrimonio del
conservadurismo, olvidando la larga e importante serie de militares
progresistas en nuestro siglo XIX o los que se mantuvieron leales a la Segunda
Republica el 18 de julio de 1936, bastantes de ellos pagándolo con su vida, la cárcel
o el exilio. Así que ha sido un gran acierto su inclusión en las listas de
Podemos, como bien refleja el cabreo, explicito o soterrado, que ello ha despertado.
Estas magnificas candidaturas honran a
los que han dado el paso, complicándose la vida en un momento, no lo olvidemos,
en que Podemos esta en descenso y a quienes les han propuesto. Pero mas allá del
profundo significado político que ello tiene, merece la pena resaltar la
acelerada evolución política de la dirección de Podemos, que les está generando
evidentes problemas entre sus seguidores mas radicalizados o mas rígidos.
Podemos, (al igual que en el ámbito del
centro Albert Rivera y Ciudadanos), esta demostrando una agilidad política que
contrasta con las actitudes y posiciones acartonadas de buena parte de las
fuerzas políticas de nuestro país.
Ya he indicado a menudo las
divergencias que tengo con Podemos y muy en especial en su actitud ante la
transición, ante los Sindicatos de clase
y ante IU y por su negativa a impulsar candidaturas unitarias, pero he
de reconocer que ahora, cuando más se esta poniendo de moda en la izquierda
meterse con ellos, cada vez tengo mas puntos de coincidencia en esa evolución
hacia los mejores valores de la socialdemocracia e incluso del eurocomunismo y
sobre todo hacia posiciones de izquierda moderna, moderada y con sentido común.
Creo que Pablo Iglesias tiene aun muchos
tics prepotentes (que en cambio ha limado bastante Iñigo Errejon), que en su
programa conviven de forma contradictoria propuestas radicales con poco
fundamento y propuestas de cambio muy razonables y zonas de amplia ambigüedad,
aunque es evidente que están haciendo serios esfuerzos por dar credibilidad y
coherencia a sus iniciativas.
Lo he comentado en otras ocasiones, no
es nada fácil esa evolución de la dirección de Podemos, con serios riesgos de
perder influencia en los sectores mas alternativos del 15-M y sin ganar
suficiente presencia en el centro-izquierda desilusionado con los socialistas,
lo que puede reflejarse en esa caída de intención de voto. Como no es fácil
conjugar decisiones organizativas, más propias de los tradicionales usos de los
partidos de toda la vida, con la aplicación de nuevas practicas de máxima
participación.
En definitiva el de Podemos es un
proceso muy complejo y a la vez muy esperanzador y sería bueno que tuvieran una
fuerte presencia en las nuevas Cortes Generales, igual que sería imprescindible
la presencia de IU. Tantas y tan importantes movilizaciones sociales de los últimos
años deben tener como colofón un fuerte apoyo electoral a quienes mejor
representan la voluntad de cambio político y avance social.
Los citados cuatro futuros diputados
seguro que realizan un excelente trabajo en la próxima legislatura, del que nos
vamos a beneficiar todas las personas con mentalidad progresista de nuestro país.
sábado, 7 de noviembre de 2015
LAS CALLES DE MADRID SE TIÑERON DE MORADO
Hoy han aparecido en la gran manifestación "casi" todos los dirigentes políticos. Están cerca las elecciones y no querían faltar en una convocatoria que afecta directa y dramaticamente al 52% de la población de nuestro país. ¡Que no se les olvide dentro de unos meses, cuando tengan que rehacer los presupuestos del año 2016! ¡Que reparen los graves recortes de los últimos años en programas de prevención de la violencia machista y de atención a las mujeres victimas!. ¡Que no se les olvide cuando haya que afrontar nuevas medidas legales en el ámbito educativo, de la salud, de los servicios sociales y de los derechos laborales para terminar de una vez con la violencia y la discriminación de genero! Hoy muchas decenas de miles de mujeres y también hombres han llenado las calles de Madrid, seguro que no va a ser en balde.
jueves, 5 de noviembre de 2015
¿CUÁNTOS VIEJOS MÁS TIENEN QUE MORIR DRAMÁTICAMENTE EN UNA RESIDENCIA?
Aplastados por el conflicto político en
Cataluña y todas sus graves consecuencias, hay otras cosas que están sucediendo
que no podemos minusvalorar. Una de ellas ha ocurrido precisamente en Agramunt
(Lérida), con la muerte de cuatro ancianas en una residencia cuya planta semisótano
en la que se encontraban fue inundada por el desbordamiento de un río cercano.
No hubiera estado mal que la Presidenta del Parlament de Cataluña hubiera
acudido a Agramunt y que los partidos que tienen tantísimas urgencia para
lograr la independencia se preocuparan de pedir una investigación al gobierno
de la Generalitat y una comparecencia de los responsables políticos. Pero ya se
sabe que los viejos con alzhéimer no votan o votan por ellos, así que ni caso.
El pasado mes de julio fue el incendio
en otra residencia de Zaragoza la que se cobró 8 ancianos abrasados. ¿Dónde será
el próximo accidente? ¿Cuántos viejos morirán? Alguien podrá pensar que estoy
haciendo demagogia, que son decenas de miles las personas que viven en
residencias y miles las residencias existentes en nuestro país y que
afortunadamente no suele pasar nada. Y es cierto, pero ello no impide la
indignación ante hechos que se podían evitar.
A finales de los años 90, con la enorme eclosión
de centros residenciales por toda España, eran noticia una semana sí y otra también,
sucesos dramáticos en residencias, muchas de ellas en la piratería o rozando la
piratería. El trabajo de los sindicatos, de algunas ONGs de mayores e incluso
de las propias patronales del sector, fue limitando y reduciendo los casos y
condiciones de las residencias piratas y poco a poco dejaron de ser noticia
frecuente las muertes de ancianos y ancianas.
Pero los recortes en servicios sociales
y muy en especial la muy escasa financiación del Sistema de Atención a la
Dependencia, explican que lo sucedido en Zaragoza en julio y en Agramunt esta
semana, no sea una desgracia inevitable.
Las residencias con personas gravemente
dependientes tienen que tener unas condiciones arquitectónicas, de equipamiento
y mobiliario y de personal, adecuadas a las condiciones del perfil de los
residentes. Tanto en Zaragoza como en Agramunt da la impresión de que no se reunían
esas condiciones y desde luego no había suficiente dotación de personal por la
noche, lo que en el caso de Agramunt obligó a pedir ayuda a una persona que
pasaba por la calle y hasta el propio alcalde se tuvo que meter en el semisótano
inundado para intentar rescatar a los ancianos, por cierto un lugar poco
adecuado para tener un dormitorio.
No me hartare de decirlo, las
residencias de personas asistidas en sí no pueden ser un negocio, ni siquiera
ser rentables, salvo casos muy excepcionales o aquellas que forman parte de una
cadena de centros que puedan aprovechar economía de escala o las de algunas
Ordenes Religiosas en las que el componente solidario reduce costes de personal.
Hacer negocio con una residencia privada
de personas dependientes solo es posible a costa de escasa, inadecuada y mal
pagada plantilla, de hacinamiento, de pocas actividades, de insuficientes
cuidados, higiene y alimentación y de obsoletos equipamientos. Puede haber
alguna excepción, pero desgraciadamente la regla es la inadecuación. Eso lo
saben, todos, todos, todos, los responsables políticos del sector de los
servicios sociales (salvo que no hayan pisado en su vida una residencia
privada); todos, todos, todos los inspectores, técnicos, gestores públicos y lo
que aun es peor, todos, todos, todos, los familiares que se hayan molestado en
ir periódicamente a ver a sus ancianos residentes.
Mientras el gasto en dependencia no sea
una prioridad social y no supere el 0’5% del PIB y los Servicios Sociales sean
la pariente pobrísima de nuestro Estado de Bienestar Social, mientras los
poderes públicos deleguen en el sector privado la responsabilidad del cuidado
de las personas dependientes, sin ejercer el adecuado y permanente control de
calidad, seguiremos encontrándonos con tragedias como la ocurrida ahora en
Agramunt.
Esperemos
que en la próxima legislatura se establezca una suficiente financiación al
Sistema de Dependencia, que permita en el futuro que situaciones como las
vividas en Zaragoza y Lérida no se puedan repetir.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
sábado, 31 de octubre de 2015
JAZZ Y FOTOGRAFIA EN EL CIRCULO DE BELLAS ARTES
La fotografía, ¡en blanco y negro por supuesto!, ha tenido desde los años 20 del siglo pasado una potente fuente de inspiración en los músicos de jazz. Tiempo después, los lps de la década de los 50 y 60 incluían en sus portadas y contraportadas formidables fotografías que los convertían en autenticas obras de arte y ello sin hablar de la maravillosa música que contenían.
Ese encuentro entre el jazz y la fotografía ha quedado reflejado en libros y catálogos que de vez en cuando tenemos la ocasión de encontrar en librerías e incluso en los Vips. Ahora el Circulo de Bellas Artes de Madrid presenta una fantástica exposición de fotografías y también de acuarelas. Desde los iniciales conjuntos de King Oliver y Louis Armstrong hasta Miles Davis y Chet Baker (cuando aun no había sido arrasado por la droga) pasando por John Coltrane (con unas expresiones impactantes), Billie Holiday, Thelonius Monk, Gerry Mulligan, Lester Young, Coleman Hawkins, Duke Ellington.....No están todos los que fueron, pero todos los que están fueron figuras decisivas en el jazz de la mitad del siglo XX. La exposición esta organizada por instrumentistas, piano, saxo, trompetas, contrabajo, batería, por interpretes vocales; hay además fotos de solistas y conjuntos, de locales y barrios donde surgió y se interpretaba el jazz, de gente bailando....Las fotos muestran la concentración, el esfuerzo, pero también la alegría y la diversión de los músicos.
Una exposición recomendable al máximo para todos las personas amantes del jazz, de la música, de la fotografía. Solo hay una pega, por razones inexplicables el contenido de cada foto no esta al lado de la foto sino agrupadas en bloques, lo que resulta realmente incomodo para ir siguiéndolas. Pero bueno, como le decían a Jack Lemmon al final de "Con faldas y a lo loco", "Nadie es perfecto".
Ah! y después de ver la exposición, podéis subir a la terraza del Circulo a disfrutar unas maravillosas vistas de Madrid tomando una cerveza.
jueves, 29 de octubre de 2015
QUERER LA UNIDAD DE ESPAÑA, LUCHAR POR LA UNIDAD Y LA COHESION SOCIAL
Ahora casi todos se proclaman defensores de la unidad de España. Muy bien. Pero como dice el refrán "obras son amores y no buenas razones". Hace diez años los independentistas se situaban en torno al 20% de la población de Cataluña. De su crecimiento exponencial algunos tienen claras responsabilidades, por sus torpezas políticas cuando estaban en la oposición y su parálisis suicida cuando han estado gobernando en estos últimos años. La derecha no ha sido capaz de defender la unidad de España, todo lo contrario, los hechos son elocuentes al respecto. Trabajar por la unidad y la cohesión social de España no es llenarse la boca de frases altisonantes o tocar arrebato cuando crece el tsunami. Es tener voluntad política para sentarse a escuchar, a hablar y a negociar; para buscar medidas concretas que lo mas seguro es que no habrían satisfecho a los sectores mas radicalizados, pero que hubieran podido reconducir la situación para que sus apoyos hubieran regresado al 20% o menos. Ahora todo es mas difícil. Menos mal que Rajoy no esta por la labor de precipitarse en adoptar medidas drásticas, pero eso no es suficiente. Tiene que mandar, con el apoyo del arco parlamentario, una propuesta de dialogo institucional, de reforma parcial de la Constitución. El tiempo va muy deprisa y no se puede esperar mucho más. Sabiendo que acertar en la distensión en Cataluña puede ser muy útil para evitar que en los próximo meses se abra otro conflicto en el País Vasco.La izquierda debería abanderar la defensa de la unidad libremente asumida de los pueblos de España y también, no lo olvidemos, de su cohesión y progreso social, con propuestas claras, como las que han apuntado el PSOE e incluso con mas timidez PODEMOS.
miércoles, 21 de octubre de 2015
CRECIMIENTO ECONOMICO Y REDISTRIBUCION SOCIAL: UNA FALSA DISYUNTIVA
El, por muchas razones, interesante y
oportuno debate entre Albert Rivera y Pablo Iglesias en la 6ª, trató uno de los
temas centrales en la divergencia entre las posiciones tradicionalmente socialdemócratas
y las liberales: la relación entre crecimiento económico y redistribución
social. Fue una lastima que Iglesias se encerrara en cuestiones genéricas y no
supiera rebatir los argumentos liberales de Rivera, expuestos con apabullante
seguridad.
Es cierto que la miseria no da pie para
redistribuir. Y también es verdad que quedarse en la mera redistribución de lo
existente sin crecimiento económico, se parece mucho a ese dicho de “pan para
hoy y hambre para mañana”. Pero esa es solo una parte y muy interesada y
sesgada de la cuestión. Y para no caer
en generalidades, vayamos a la experiencia de nuestro propio país.
En el periodo 1995 a 2007, tras una corta
crisis económica en los tres años anteriores, España tuvo un impresionante y
sostenido crecimiento económico. Cuando a principios de los años 90, los sindicatos
y un sector de la izquierda planteábamos al gobierno del PSOE que aumentara la protección
al desempleo, que asumiera los salarios sociales, que reconociera la atención a
la dependencia o que ampliara la enseñanza obligatoria, la respuesta siempre fue
la misma: en ese momento no era oportuno
ampliar el Estado de Bienestar sino favorecer el crecimiento económico y la
salida de la crisis y después ya tendríamos ocasión del aumento del gasto
social y de la redistribución.
Pues bien, llegó el crecimiento, un año,
otro, otro y así hasta doce. Y nunca se veía el momento de ampliar el gasto
social y mejorar la redistribución. Nunca había suficiente crecimiento. Lo
dijeron los gobiernos de Aznar y el primero de Rodríguez Zapatero, siempre bajo
la atenta mirada del correspondiente Gobernador del Banco de España.
Las consecuencias fueron muy claras: la
desigualdad siguió creciendo en España; el riesgo de pobreza apenas se redujo y
cientos de miles de familias siguieron en una situación de pobreza cronificada,
transmitida de generación en generación; se relajó la política fiscal porque había
ingresos procedentes del boom de la construcción; se retrasó y retrasó la
aprobación del sistema de dependencia y cuando por fin entró en vigor, coincidió
con el inicio de la nueva crisis, lo que conllevó una infradotación de medios
presupuestarios, lastrando gravemente su desarrollo; tampoco se mejoró la
cobertura del desempleo ni los salarios sociales, ni se garantizó la enseñanza
publica de 0 a
3 años y encima aumentaron las diferencias entre unos territorios y otros de
nuestro país.
Con una nueva crisis encima volvieron a
decirnos que primero salir de la crisis y crecer y luego ya mejoraríamos la redistribución
y mientras tanto cada día se incrementa más la desigualdad.
Así las cosas, estimado Albert Rivera,
¿cuándo tocará la redistribución? Como decía aquella expresión genial de la
revista de humor en la transición, Hermano Lobo, “al año que viene si Dios
quiere”.
Sabemos de sobra que combinar
crecimiento económico y redistribución social no es fácil, pero en absoluto es
imposible. Hay que evitar fugas de capitales, medidas desincentivadoras de la inversión,
hacer una política fiscal razonablemente progresiva y disponiendo de medios
adecuados para perseguir el fraude, seleccionar bien las prioridades de gasto
social, ganar amplios aliados políticos y sociales, etc. Lo hicieron en el
pasado y lo siguen haciendo, aunque con menor intensidad, países del Norte y
Centro de Europa, con resultados satisfactorios tanto para el crecimiento como
para la reducción de la desigualdad. Mas aún, esos estados que históricamente
han combinado crecimiento y redistribución, son los que mejor han aguantado los
efectos de la crisis.
Pondría un ejemplo casero, de alcance
limitado, pero sin duda significativo. El programa de Turismo Social para las
personas mayores del IMSERSO, que a finales de los años 80 puso en marcha el
gobierno del PSOE a instancias de sus ministros socialdemócratas. El programa
era y es una combinación de gasto público, cooperación con el sector
empresarial y copago muy subvencionado de los usuarios.
Los resultados han sido magníficos. Creación
y mantenimiento de decenas de miles de puestos de trabajo en el sector turístico
en temporada baja; consolidación e impulso de numerosas iniciativas relacionadas con el turismo en zonas con escasa
actividad durante la mayor parte del año; bienestar para los millones de
mayores que han participado en estos casi 30 años en el programa, muchos de los
cuales jamás habían visto el mar, salido de su comarca, montado en un avión, ni
se habían planteado remotamente hacer turismo; mayores que a su vez movilizaron
sus ahorros inactivos para disfrutar de esa etapa de la vida. Todo ello por no
hablar de otros efectos de cohesión social en las relaciones entre mayores de
los distintos territorios de España o de la influencia en la mejora del estado de salud.
Además este programa de la Administración
General del Estado ha tenido un impresionante efecto contagio en la inmensa mayoría
de las Comunidades Autónomas y en muchos Ayuntamientos. La conclusión es
evidente: la inversión pública en gasto social ha impulsado el crecimiento y la
redistribución social, ha beneficiado a empresas, a trabajadores y a jubilados.
En los años 90 se repitió la experiencia con el Programa de Termalismo Social también
con excelentes resultados, aunque lógicamente a menor escala.
Hay que decir que los sindicatos en su
inicio fuimos muy reticentes a estos programas, desconfiando de su utilización
electoral (que por supuesto ha habido y hay), pero enseguida vimos sus enormes
posibilidades y hoy somos grandes defensores.
Insisto, es un ejemplo concreto,
limitado, pero que refleja la enorme interacción que puede haber entre el impulso
al crecimiento económico como efecto de un gasto publico bien elegido y
utilizado y la generación de solidaridad entre clases sociales, generaciones y territorios.
Así que olvidemos de una vez ese falso
escenario de primero crecer y luego redistribuir. Eso sí, hay que tener
voluntad, decisión e inteligencia política para compatibilizar ambos objetivos.
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