jueves, 26 de noviembre de 2015

ANTE EL TERRORISMO ISLAMISTA: MAS MIEDO, MENOS DEMOCRACIA


Es lógico que  los ataques del terrorismo islamista, brutales, indiscriminados y que por tanto pueden alcanzar a cualquiera, generen un profundo sentimiento de miedo e inseguridad. Más aun cuando se producen y repiten en los mas diversos lugares. La respuesta  normal de la ciudadanía se puede resumir en “acabar con esto, cuanto antes y como sea”.

Por ello podemos comprender las reacciones iniciales de Hollande y hasta del Primer Ministro de Bélgica. Pero los gobernantes y sí además tienen un perfil progresista como es el caso del Presidente de Francia, no puede perder la serenidad y una visión meditada de cómo afrontar un desafío tan profundo y complejo como este.

Pero según transcurren los días, da la impresión de que la espiral emocional, iniciada la noche de los brutales atentados, no tiene visos de dar paso al diseño de una estrategia democrática, inteligente, contundente y eficaz, y que desde luego tenga en cuenta los numerosos errores cometidos por las potencias occidentales en África y Asia desde el final de la Segunda Guerra Mundial,  muy en especial en los países de tradición musulmana.

Las promesas de reformar la Constitución Francesa para introducir significativos recortes de derechos civiles, aunque ya veremos en que quedan, es de una ceguera enorme, en un país, que no lo olvidemos, hoy lo gobierna la izquierda, pero que mañana puede volver a gobernar Sakorzy e incluso Marie Le Pen. Y una reforma restrictiva de la constitución que inicialmente  se utiliza para perseguir el terrorismo islamista, en un futuro se puede usar para perseguir a otros sectores sociales, desde huelguistas, okupas, sindicalistas, pacifistas, activistas medioambientales o en general a enemigos políticos.

Y no solo es cuestión de los riesgos que entrañan medidas de restricción de derechos, que nacen como excepcionales y temporales y luego no hay quien las derogue. Es que además son ineficaces.

Francia debería recordar a este respecto que los Paracaidistas del General Massu que tomaron al asalto Argel en su lucha contra lo que consideraban el terrorismo del FLN y generaron una brutal represión, con la complicidad o al menos el silencio de buena parte de la sociedad francesa e incluso de amplios sectores de la izquierda, aplazó unos meses el proceso de liberación de Argelia pero al final fue imparable. Y lo mismo se puede decir de la actuación brutalmente colonialista de Francia en Indochina en los años 50, que terminó con su estrepitosa derrota en Dien Bien Phu.

Por supuesto el terrorismo islamista no tiene nada que ver con el FLN ni con el Viet Minh. Pero fueron claros ejemplos de que las medidas excepcionales de reducción de los derechos democráticos o respuestas básicamente militares, a medio plazo no suelen dar resultados y menos aun con gentes del perfil fanático, irregular, disperso, camuflado, que caracteriza a los terroristas del ISIS.     

Por no mencionar  que una restricción de derechos constitucionales en Francia seria una perfecta coartada para todos esos gobiernos de extrema derecha, más o menos explicita, que desde Polonia a Hungría, pasando por casi todos los Estados del Este de Europa, están propugnado políticas de mano dura frente a minorías étnicas, religiosas, a la diversidad sexual o a los  emigrantes, etc. Con que cara la Unión Europea va a criticar a Orban en Hungría o a Putin por sus actitudes antidemocráticas, si un país referencia de la democracia como Francia aprueba recortes de derechos civiles.

Y tan grave como esas intenciones de endurecimiento legislativo, es la vuelta al siglo XIX que esta protagonizando Hollande en las relaciones internacionales. Si de algo habían servido dos guerras mundiales primero y después la superación de la política de bloques de la guerra fría, era para instaurar ámbitos de actuación comunes como la ONU y sus Agencias Internacionales y en otro orden de cosas la Unión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo.

Pues no, ahora Hollande vuelve a la nefasta política de las Alianzas unilaterales, bilaterales o multilaterales que tanto contribuyeron a desencadenar las grandes guerras del siglo XIX y del XX. Hollande no acude a la Asamblea de la ONU, al Consejo de Seguridad y menos aun al Parlamento Europeo, a proponer una estrategia compartida frente al desafío terrorista. Visita a Presidentes y Jefes de Gobierno de países que considera que puedan ser sus aliados en las ofensivas militares, a los que presiona en términos casi emocionales, ¿Cómo no nos vais a apoyar con lo que nos ha sucedido y nos puede suceder? Ninguna mención al derecho internacional, a las instituciones mundiales o continentales.

Flaco favor le esta haciendo Hollande a la ONU, que si ya aportaba poco a la paz, el progreso y la libertad mundial,  a partir de ahora, si se consolida esta estrategia de las Alianzas bilaterales,  se puede dar por finiquitada. Y en esa dinámica, algunos de los Estados responsables en buena medida de lo que esta sucediendo, como Israel o las dictaduras petrolíferas,  no tienen porque preocuparse; nadie les va a llamar al orden.

En ese camino iniciado por Hollande, se desarrolla la política vacilante y errática de nuestro país, asumida por el PP, el PSOE y Ciudadanos, con la inteligente posición critica pero responsable de Podemos,   que si no fuera un asunto muy serio y dramático, recordaría a aquella inigualable película de los Hermanos Marx, “Sopa de Ganso”.

El problema de fondo es que frente a ese miedo que el terrorismo ha extendido por los países europeos, hay gobiernos que parece que ante todo buscan el titular y la imagen mediática para tranquilizar e incluso recuperar popularidad, en lugar de explicar a la ciudadanía que la lucha contra este terrorismo va a ser larga, difícil, multidireccional.

Que luego no nos sorprenda si se acentúa la sensible derechización de la sociedad europea. Los terroristas por un lado y la improvisación y el cortoplacismo de algunos gobiernos por otro, lo están favoreciendo. No sería la primera vez que de la combinación de los miedos (a la crisis económica, de las instituciones políticas y de la seguridad) salgamos por la derecha en lugar de un cambio progresista.



sábado, 21 de noviembre de 2015

BOB DYLAN TIRA LA CASA POR LA VENTANA


Ni en mis mejores sueños adolescentes, cuando esperaba que en España se publicara el single de Bob Dylan “Like a Rolling stone”, imaginé que un día, 50 años después, iba a tener ocasión de disfrutar con nada menos que 20 versiones de esta emblemática y maravillosa canción, una detrás de otra, la totalidad de las mismas tal y como las escucharon y disfrutaron en los estudios de la discográfica Columbia Records, los músicos, técnicos, productores y amigos de Bob que asistieron a su grabación.

Dylan solo vive para su música y es sin duda el artista que más ha exprimido sus grabaciones, poniendo a disposición del público, y muy en especial de sus fieles seguidores una colección de discos, “The Bootleg Series”, en las que se han ido recogiendo numerosas grabaciones de la década de los 60 no incluidas en su discografía oficial, incluyendo conciertos que circulaban en pésimas ediciones piratas, versiones diferentes o canciones nunca interpretadas por él. Ahora se acaba de publicar el número 12 de la colección con el título “The Cutting Edge”. 

Se puede decir que en esta ocasión Dylan ha tirado la casa por la venta y a sus seguidores con ella. Nunca se ha visto, y es difícil que se vuelva a ver, la oferta de las sesiones completas de grabación de tres discos que en progresivo ascenso cambiaron la trayectoria de la música juvenil en el siglo XX: ”Bringing it all back home”, “Highway 61 Revisited” y “Blonde on Blonde”, que ahora se presentan en un box con nada menos que 18 cds.

Si Dylan ha tirado la casa por la ventana, su discográfica, hoy “Sony”, ha hecho una apuesta asombrosa con esa edición, que cuesta en torno a 600 euros, de la que solo se han prensado 5.000 ejemplares (no sabemos si después harán más), que solo se pueden adquirir en la pagina web de Dylan.

Pero Dylan y Sony son “compasivos” y han puesto a la venta una selección de 6 cds titulada “Deluxe Edition”, que cuesta en torno a 125 euros y una tercera oferta titulada “The Best of Bootleg Series n.12”, que es tan solo un cd doble.

Muchos se preguntaran ¿merece la pena tal exceso? ¿O es una mera operación comercial para sacar dinero al personal, algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la industria discográfica? Mi respuesta es afirmativa a las dos preguntas. Pero insisto, sin duda merece la pena, y aunque reconozco que desde los 16 años soy un fanático de Dylan, haciendo un esfuerzo de rigor critico y tras haberlo escuchado, resumo mi impresión en que es “fascinante”.  Incluso las 24, sí 24, versiones seguidas de “Sooner or later, one of us must know”.

La explicación es bastante sencilla. Dylan alcanzó la cumbre de su creatividad y de su capacidad revolucionaria, tanto en lo que se refiere a la música como a la letra, en los citados tres lps grabados en apenas 14 meses, entre enero de 1965 y marzo de 1966, que por cierto dejaron sin aliento a The Beatles, igualmente en plena cima de su arte en aquellos mismos momentos. Pero además Dylan en estos tres discos se rodeó de algunos de los mejor músicos de la historia del folk rock y del country rock, de los que solo citare (porque la lista es amplia) a Al Kooper, a Michael Bloomfield y a los que muy pronto formando el grupo “The Band” se convertirían en uno de los conjuntos punteros del nuevo folkrock norteamericano y precursores de lo que después se ha llamado estilo “Americana”.

Con esos formidables acompañantes todas las versiones resultan magnificas, un sonido potente, brillante, y además cada versión tiene su diversidad, ya sabemos lo que le gusta a Dylan recrear continuamente sus canciones. Es cierto  que hay tomas incompletas, versiones exclusivamente instrumentales,  hay interrupciones, comentarios, insertos de melodías navideñas y hasta toses  y risas. Pero la calidad en ningún momento decae y el sonido es magnifico. 

Y por supuesto hay canciones no incluidas en aquellos  tres discos, aunque hubieran aparecido en diversas versiones en otros cds de anteriores entregas de la colección “The Bootleg Series”.

Este box de 18 cds con 379 canciones, resulta fascinante por su contenido en sí  y porque es un documento cultural de primer orden el poder conocer el proceso de elaboración sucesiva de lo que muchos consideran la música popular más innovadora del siglo XX y es muy posible que cuando en un futuro se quiera profundizar en lo que supuso la irrupción y evolución del rock, se acudirá a la escucha de estos 18 cds, como testimonio impagable.

Después de este impresionante “tour de force”, no sabemos lo que nos deparara Dylan, que con más de 74 años sigue en plena actividad, pero “The Cutting Edge”, podría ser un magnifico broche de oro para una trayectoria inigualable.





miércoles, 18 de noviembre de 2015

RECORDANDO A MIGUEL ZUAZU


El miércoles de ceniza de 1969, hacia las 12 de la mañana toqué el timbre del local que la organización FECUM (dependiente de los Jesuitas) tenía en la calle Zorrilla de Madrid. Nunca había estado allí.

Dos días antes, a la salida del Cine Capitol (no recuerdo que película vimos), varios de los miembros de la Plataforma de Estudiantes de 3º de Derecho de la Complutense estuvimos pensando donde podíamos reunirnos tranquilamente, dado que la Facultad estaba cerrada por causa del Estado de Excepción que se había proclamado tras el asesinato de Enrique Ruano. Nacho Montejo se comprometió a gestionar el local de Fecum, aprovechando las buenas relaciones que tenía con ellos.

“Pasa, pasa” me dijo un tipo de unos treinta y tantos años, “que te estábamos esperando”. En el vestíbulo se encontraban ya unos cuantos compañeros. Por sus caras y su silencio y por la pinta de unos cuantos adultos que pululaban por allí, rápidamente comprendí que nos había pillado la Brigada Político Social. En poco tiempo nos juntamos Anabela Silva, Nacho Montejo, Javier García Fernández (Panfle), José Luis Herce, Julio Martínez Loro, Enrique Pages, Manuel Gómez (“Manolo Fes”), Miguel Zuazu y yo. La Plataforma, una especie de estructura del ilegal Sindicato Democrático de Estudiantes, en total éramos 10. Faltaba uno, José María González, el confidente soplón que tras delatarnos desapareció para siempre de la Facultad.

Nos llevaron a la Dirección General de Seguridad, donde por cierto nos interrogó Billy el Niño, aun no tan famoso como lo fue después. En pleno Estado de Excepción no estaba vigente el límite de 72 horas de detención incomunicada y nos tuvieron 7 u 8 días a ver que podían sacarnos. Mas tarde nos trasladaron a la cárcel de Carabanchel y a Anabela, no se si a Ventas o a Yeserias. Estuvimos mes y medio, hasta el levantamiento del Estado de Excepción.

Nos proceso nada menos que la Jurisdicción Militar, aunque a los pocos meses se inhibieron a favor del Tribunal de Orden Público. En el juicio nos defendieron Paquita Sauquillo y Gregorio Peces Barba. Fuimos absueltos, la prueba fundamental, el soplón, no se presentó.

De aquellas intensas vivencias, de ese sumario compartido, nació una estrecha amistad que se ha mantenido hasta hoy.

Casi 50 años después, todos seguimos en la misma orilla, pensando lo mismo, no sucumbimos al “lado oscuro” del ejercicio del Derecho, eso sí somos algo mas moderados que a los 20 años. La única, pero gran diferencia es que ya no somos 9, sino 6. José Luis murió el primero, hace bastantes años. Nacho en el verano del 2014 y en estos últimos días, Miguel.

Miguel era simpático y risueño, un guapetón mozo navarro, rubio, con abundante y rizado pelo, que gustaba mucho a las chicas. Lourdes, la amiga más roja de mi hermana Elisa, estaba prendada de él y las dos se hacían las encontradizas, pero, que sepamos, no hubo manera, porque en el fondo, al menos en aquellos tiempos, y aunque pareciera todo lo contrario, Miguelón era tímido. Éramos un grupo políticamente variopinto, desde luego a la izquierda del PCE. Miguel era una mezcla de acratón y trotskista. Era buen comedor y bebedor y sobre todo una persona cariñosa.

Años después se fue a vivir y trabajar a la Argentina. Tardamos mucho tiempo en volver a vernos. Cuando regresó a España, Nacho y Anabela organizaron varias comidas donde volvimos a vernos. Poco a poco en  la cara de Miguel se fue  reflejando el cansancio de los duros años en el campo argentino y la aparición de la enfermedad. Aun y así conservaba su sentido del humor y bromeaba con sus austeros  hábitos de  comida y bebida a los que veía obligado. Estaba animado, como casi todos los demás, con el 15-M, las Mareas y la irrupción de PODEMOS.

Aunque existía el riesgo, ninguno imaginamos la muerte de Miguel, a pesar de que después de la inesperada pérdida de Nacho todo era posible. Anabela nos va a reunir pronto a los 6 para recordarle, pero en estos días tremendos que estamos viviendo, no era justo no encontrar un hueco para hablar de mi amigo y compañero Miguel Zuazu.

 (En la foto, tomada por Nacho en el otoño del 2011, Miguel es el que esta más a la derecha y con pantalón vaquero. Julio no pudo venir a esa comida).


domingo, 15 de noviembre de 2015

TERRORISMO ISLAMISTA, MENOS HABLAR DE GUERRA Y MAS DE SOLUCIONES POLITICAS


Hoy las portadas de los periódicos españoles son casi todas iguales: “Guerra al Estado Islámico”. ¿Ya nos hemos olvidado a donde condujeron las intervenciones militares en Irak y Afganistán, tras las masacres de las Torres gemelas de New York?

Para desgracia de las sociedades democráticas, la lucha contra el terrorismo islamista es un camino mucho más largo y complejo, que no se resuelve ni con una nueva intervención militar a sumar a las ya realizadas, ni con cierre de fronteras y menos aun atizando la xenofobia.  

El problema de la violencia islamista es que esta mucho más cerca de una guerra “liquida” o “difusa” que de un activismo terrorista clásico (de raíces ultranacionalistas o de extremismo político) y sobre todo que sus integrantes están distribuidos y camuflados por todo el mundo, gozan de amplios y variados apoyos, unos mas explícitos que otros, no tienen un ámbito territorial definido y responden a causas muy profundas y de largo recorrido.

Para empezar no podemos olvidar las hondas raíces que la violencia tiene en la lectura y aplicación  más fanática del Islam, en la carencia de una evolución democrática del mismo, que no ha tenido, o al menos no han prevalecido o no les han dejado, los procesos de modernización que tuvo la civilización europea con la Ilustración del  siglo XVIII, las revoluciones burguesas en el XIX o los cambios socioeconómicos propiciados por la   socialdemocracia en el siglo XX. Esas transformaciones han ido incidiendo en las raíces católicas y protestantes occidentales, que al igual que el Islam también arrastra una historia de oscurantismo, fanatismo y violencia, de forma que hoy el extremismo político y las prácticas violentas con fundamentos religiosos sean afortunadamente muy minoritarios en nuestras sociedades.

Esa carencia, salvo excepciones, de democratización del Islam, es solo una parte del problema, aunque en absoluto menor. Pero a ello se suman una larga acumulación de decisiones militares, políticas y económicas de los estados de Occidente, empezando por la arbitraria desmembración del imperio otomano después de la primera guerra mundial, creando estados artificiales, sosteniendo dictaduras que facilitaban la presencia y explotación de los recursos petrolíferos por parte de poderosas multinacionales y a la vez reprimían los movimientos de liberación de carácter progresista.  A ello se añadió el apoyo incondicional a la creación del Estado de Israel y la absoluta permisividad con su política agresiva,  en especial a partir de la Guerra de los Seis Días y la anexión violenta de territorios palestinos.

En paralelo se han sucedido todo tipo de actuaciones para barrer los intentos de modernización política protagonizados desde los años 50 del siglo XX por gobiernos de corte nacionalista, moderadamente neutralistas (en los años de guerra fría), con objetivos de progreso social  y de tintes laicos, en Egipto, Irán, Siria, Irak, Afganistán, Libia, Líbano, Argelia o Indonesia, que aunque no fueran un modelo de democracia, sí estaban a años luz del oscurantismo feudal de las dictaduras “aliadas” de Occidente, facilitadoras del negocio del petróleo.

Son más de 60 años generando caos político, miseria económica, humillación social, ausencia de futuro. Un perfecto caldo de cultivo para el terrorismo.

No se trata, de ninguna forma, de exculpar o “comprender” las dinámicas de organización del terrorismo islamista, pero sí de conocer donde hunden sus raíces, porque esa será la única forma de a medio plazo ir reduciendo su extensión y su fuerza de atracción.

Democracia política, progreso económico, cohesión social, fin de las practicas neocoloniales y de las intervenciones militares y reconocimiento del Estado Palestino con la vuelta a las fronteras de 1967, son las vías para ir poco a poco superando los odios acumulados, la falta de perspectivas de progreso y dignidad. Por supuesto en ese camino sería fundamental que el Islam conociera procesos de “aggiornamento” similares al que vivió el catolicismo con Juan XXIII y el Concilio Vaticano II.

No hay otra vía realista y esta llevara su tiempo, esperemos que pocas décadas.

Las perspectivas no son halagüeñas, porque la manipulación del terrible dolor causado por el terrorismo o en el mejor de los casos los argumentos simplistas, generan reacciones xenófobas, cierre de fronteras y de mentalidades, gobiernos más a la derecha, rechazo de la inmigración y desconfianza hacia las minorías étnicas o religiosas ya presentes en nuestros países. Es muy posible que ese giro a la derecha lo veamos entre nosotros el próximo 20 de diciembre.


Así que menos hablar de “guerras”, que llevamos desde hace 60 años comprobando que solo sirven para empeorar las cosas y más hablar de soluciones políticas, económicas y sociales, que desde luego no son incompatibles con una eficaz  persecución policial y una contundente aplicación de la ley.

lunes, 9 de noviembre de 2015

LOS FICHAJES Y LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE PODEMOS



Siempre me cayó bien el general Julio Rodríguez, ahora aún me cae mejor. Javier Pérez Royo, en la crisis de “los renovadores” del PCE estuvimos en posiciones enfrentadas, pero durante muchos años sus artículos y declaraciones me han parecido rigurosos y bien fundamentados desde concepciones progresistas. José Manuel Gómez Benítez, fue un líder comunista, carismático y muy valiente, en la Facultad de Derecho cuando yo estudiaba y su posterior trayectoria política y profesional ha estado siempre alineada con actitudes de izquierda. No conozco a la jueza Victoria Rosell, exportavoz de Jueces para la Democracia, pero esa responsabilidad la hace merecedora de respeto. Son cuatro de los brillantes “fichajes” de la dirección de Podemos.

Resultan sorprendentes las críticas que han recibido por ello, sobre todo en el caso del general Rodríguez. No veo fácil que llegue a ser Ministro de Defensa, pero en mi opinión seguro que sería mucho mejor que la mayoría de los que hemos tenido, desde Federico Trillo, por cierto comandante jurídico, hasta José Bono, pasando por el actual Pedro Morenes. Muchos consideran que los altos responsables del Ejercito son patrimonio del conservadurismo, olvidando la larga e importante serie de militares progresistas en nuestro siglo XIX o los que se mantuvieron leales a la Segunda Republica el 18 de julio de 1936, bastantes de ellos pagándolo con su vida, la cárcel o el exilio. Así que ha sido un gran acierto su inclusión en las listas de Podemos, como bien refleja el cabreo, explicito o soterrado,  que ello ha despertado.

Estas magnificas candidaturas honran a los que han dado el paso, complicándose la vida en un momento, no lo olvidemos, en que Podemos esta en descenso y a quienes les han propuesto. Pero mas allá del profundo significado político que ello tiene, merece la pena resaltar la acelerada evolución política de la dirección de Podemos, que les está generando evidentes problemas entre sus seguidores mas radicalizados o mas rígidos.

Podemos, (al igual que en el ámbito del centro Albert Rivera y Ciudadanos), esta demostrando una agilidad política que contrasta con las actitudes y posiciones acartonadas de buena parte de las fuerzas políticas de nuestro país.

Ya he indicado a menudo las divergencias que tengo con Podemos y muy en especial en su actitud ante la transición, ante los Sindicatos de clase  y ante IU y por su negativa a impulsar candidaturas unitarias, pero he de reconocer que ahora, cuando más se esta poniendo de moda en la izquierda meterse con ellos, cada vez tengo mas puntos de coincidencia en esa evolución hacia los mejores valores de la socialdemocracia e incluso del eurocomunismo y sobre todo hacia posiciones de izquierda moderna, moderada y con sentido común.

Creo que Pablo Iglesias tiene aun muchos tics prepotentes (que en cambio ha limado bastante Iñigo Errejon), que en su programa conviven de forma contradictoria propuestas radicales con poco fundamento y propuestas de cambio muy razonables y zonas de amplia ambigüedad, aunque es evidente que están haciendo serios esfuerzos por dar credibilidad y coherencia a sus iniciativas.

Lo he comentado en otras ocasiones, no es nada fácil esa evolución de la dirección de Podemos, con serios riesgos de perder influencia en los sectores mas alternativos del 15-M y sin ganar suficiente presencia en el centro-izquierda desilusionado con los socialistas, lo que puede reflejarse en esa caída de intención de voto. Como no es fácil conjugar decisiones organizativas, más propias de los tradicionales usos de los partidos de toda la vida, con la aplicación de nuevas practicas de máxima participación.

En definitiva el de Podemos es un proceso muy complejo y a la vez muy esperanzador y sería bueno que tuvieran una fuerte presencia en las nuevas Cortes Generales, igual que sería imprescindible la presencia de IU. Tantas y tan importantes movilizaciones sociales de los últimos años deben tener como colofón un fuerte apoyo electoral a quienes mejor representan la voluntad de cambio político y avance social.

Los citados cuatro futuros diputados seguro que realizan un excelente trabajo en la próxima legislatura, del que nos vamos a beneficiar todas las personas con mentalidad progresista de nuestro país.    


sábado, 7 de noviembre de 2015

LAS CALLES DE MADRID SE TIÑERON DE MORADO


Hoy han aparecido en la gran manifestación "casi" todos los dirigentes políticos. Están cerca las elecciones y no querían faltar en una convocatoria que afecta directa y dramaticamente al 52% de la población de nuestro país. ¡Que no se les olvide dentro de unos meses, cuando tengan que rehacer los presupuestos del año 2016! ¡Que reparen los graves recortes  de los últimos años en programas de prevención de la violencia machista y de atención a las mujeres victimas!. ¡Que no se les olvide cuando haya que afrontar nuevas medidas legales en el ámbito educativo, de la salud, de los servicios sociales y de los derechos laborales para terminar de una vez con la violencia y la discriminación de genero! Hoy muchas decenas de miles de mujeres y también hombres han llenado las calles de Madrid, seguro que no va a ser en balde. 

jueves, 5 de noviembre de 2015

¿CUÁNTOS VIEJOS MÁS TIENEN QUE MORIR DRAMÁTICAMENTE EN UNA RESIDENCIA?



Aplastados por el conflicto político en Cataluña y todas sus graves consecuencias, hay otras cosas que están sucediendo que no podemos minusvalorar. Una de ellas ha ocurrido precisamente en Agramunt (Lérida), con la muerte de cuatro ancianas en una residencia cuya planta semisótano en la que se encontraban fue inundada por el desbordamiento de un río cercano. No hubiera estado mal que la Presidenta del Parlament de Cataluña hubiera acudido a Agramunt y que los partidos que tienen tantísimas urgencia para lograr la independencia se preocuparan de pedir una investigación al gobierno de la Generalitat y una comparecencia de los responsables políticos. Pero ya se sabe que los viejos con alzhéimer no votan o votan por ellos, así que ni caso.

El pasado mes de julio fue el incendio en otra residencia de Zaragoza la que se cobró 8 ancianos abrasados. ¿Dónde será el próximo accidente? ¿Cuántos viejos morirán? Alguien podrá pensar que estoy haciendo demagogia, que son decenas de miles las personas que viven en residencias y miles las residencias existentes en nuestro país y que afortunadamente no suele pasar nada. Y es cierto, pero ello no impide la indignación ante hechos que se podían evitar.

A finales de los años 90, con la enorme eclosión de centros residenciales por toda España, eran noticia una semana sí y otra también, sucesos dramáticos en residencias, muchas de ellas en la piratería o rozando la piratería. El trabajo de los sindicatos, de algunas ONGs de mayores e incluso de las propias patronales del sector, fue limitando y reduciendo los casos y condiciones de las residencias piratas y poco a poco dejaron de ser noticia frecuente las muertes de ancianos y ancianas.

Pero los recortes en servicios sociales y muy en especial la muy escasa financiación del Sistema de Atención a la Dependencia, explican que lo sucedido en Zaragoza en julio y en Agramunt esta semana, no sea una desgracia inevitable.

Las residencias con personas gravemente dependientes tienen que tener unas condiciones arquitectónicas, de equipamiento y mobiliario y de personal, adecuadas a las condiciones del perfil de los residentes. Tanto en Zaragoza como en Agramunt da la impresión de que no se reunían esas condiciones y desde luego no había suficiente dotación de personal por la noche, lo que en el caso de Agramunt obligó a pedir ayuda a una persona que pasaba por la calle y hasta el propio alcalde se tuvo que meter en el semisótano inundado para intentar rescatar a los ancianos, por cierto un lugar poco adecuado para tener un dormitorio.

No me hartare de decirlo, las residencias de personas asistidas en sí no pueden ser un negocio, ni siquiera ser rentables, salvo casos muy excepcionales o aquellas que forman parte de una cadena de centros que puedan aprovechar economía de escala o las de algunas Ordenes Religiosas en las que el componente solidario reduce  costes de personal.

Hacer negocio con una residencia privada de personas dependientes solo es posible a costa de escasa, inadecuada y mal pagada plantilla, de hacinamiento, de pocas actividades, de insuficientes cuidados, higiene y alimentación y de obsoletos equipamientos. Puede haber alguna excepción, pero desgraciadamente la regla es la inadecuación. Eso lo saben, todos, todos, todos, los responsables políticos del sector de los servicios sociales (salvo que no hayan pisado en su vida una residencia privada); todos, todos, todos los inspectores, técnicos, gestores públicos y lo que aun es peor, todos, todos, todos, los familiares que se hayan molestado en ir periódicamente a ver a sus ancianos residentes.

Mientras el gasto en dependencia no sea una prioridad social y no supere el 0’5% del PIB y los Servicios Sociales sean la pariente pobrísima de nuestro Estado de Bienestar Social, mientras los poderes públicos deleguen en el sector privado la responsabilidad del cuidado de las personas dependientes, sin ejercer el adecuado y permanente control de calidad, seguiremos encontrándonos con tragedias como la ocurrida ahora en Agramunt.

 Esperemos que en la próxima legislatura se establezca una suficiente financiación al Sistema de Dependencia, que permita en el futuro que situaciones como las vividas en Zaragoza y Lérida no se puedan repetir.