Ni soy ni comparto la cultura política de “cuanto peor, mejor” o dicho de otra forma, “cuanto peor le vaya al gobierno, mejor para nuestros intereses”. No creo que esta sea una norma de conducta democrática.
Por eso reconozco que hay cosas que van
mejor en España: ha bajado de manera espectacular la prima de riesgo, hemos
empezado a tener un crecimiento económico positivo, saliendo de la recesión económica,
las exportaciones, aunque se están ralentizando algo, están yendo bien, la
calificación de la economía española por parte de las Agencias Internacionales
esta mejorando, el Estado esta colocando toda la deuda que saca a unos
intereses cada vez mas bajos, las principales entidades bancarias, incluida
Bankia, acumulan beneficios, la
Bolsa poco a poco mantiene su ritmo alcista….
Todo ello es bueno. Aunque no para todos
es igual. Les esta yendo cada vez mejor a las grandes empresas financieras o
exportadoras, a los inversores en bolsa. Pero les sigue yendo mal, muy mal, a
las PYMES, que no olvidemos son la inmensa mayoría de las de nuestro país, a
los jóvenes sin empleo, a los parados de larga duración, a las 700.000 hogares
en los que no hay ingresos procedentes del trabajo ni tienen prestaciones
sociales publicas o a las 1.978.000 hogares en los que ninguno de sus miembros
tiene trabajo, a ese 40% de parados que no tienen prestaciones por desempleo….
Efectivamente ya no se destruye empleo
con la brutal intensidad de años anteriores, pero en los últimos 12 meses el
empleo ha disminuido en 79.600 personas. Es verdad que en el ultimo trimestre
el número de parados se ha reducido en 2.300 personas, pero quedan en paro
5.933.300 personas. El número de activos, es decir la suma de los que
tienen trabajo y los que buscan trabajo, desciende en este trimestre en 187.000 hasta
22.883.900. La tasa de actividad se sitúa en el 59,46%, la más baja desde el
segundo trimestre de 2007. En un año la población activa se ha reducido en
424.500 personas.
Con estos datos desde luego es una
irresponsabilidad política y una inmoralidad social decir que estamos dejando
atrás la crisis. Salvo que nos conformemos con esperar diez o quince años hasta
recuperar los niveles de empleo del año 2008, como barajan algunos expertos.
¿Pero donde esta el problema para que
mejorando algunos indicadores económicos, no se note para nada en la vida
cotidiana de los trabajadores, de los pensionistas, de los parados, de los
jóvenes?
En mi opinión estamos ante una política económica
neoliberal profundamente ideológica y que por esa cerrazón se niega a
rectificar.
En estos seis años las recetas
neoliberales han fracasado rotundamente y este desastre asumido hasta por el
FMI, el Banco Central Europeo o la Comisión Europea , que parecía que iba a dar paso
a otras políticas, que al menos combinaran la contención y reducción del déficit
con medidas activas de inversión, sin embargo se ha quedado todo en palabras y
no se ha dado un solo paso para cambiar la dinámica del ajuste puro y duro. Es
más, un país como Francia que a raíz de la elección de Hollande dio síntomas de
buscar otra vía mas equilibrada y menos dolorosa socialmente, las presiones de
la troika no han cejado hasta torcerle el brazo al gobierno francés, que ha
terminado por asumir la esencia de las recetas conservadoras.
Sin embargo tenemos un ejemplo bien
diferente en la actitud del gobierno de Obama y de la Reserva Federal , no
precisamente de izquierdas, que ante la gravedad y duración de la crisis,
dieron prioridad a la generación de empleo por encima de la lucha contra la
inflación o el déficit. No estoy
defendiendo el modelo socioeconómico norteamericano, una realidad muy distinta a la nuestra y desde
luego no me identifico con el “american way of life”. Pero lo cierto es que han
sabido gestionar mucho mejor la crisis, han dejado de lado el férreo dogmatismo
neoliberal y el resultado de esa mayor flexibilidad esta a la vista: unos
niveles de paro que están descendiendo hasta casi llegar al 6% de la población.
Ni la Unión Europea ,
ni la mayoría de sus gobiernos, incluido de manera muy destacada el gobierno
español, han situado el empleo en el centro de sus objetivos.
No podemos seguir así.
La troika debe dejar de mandar en la Unión Europea y los
gobiernos deben dejar de apoyarse y excusarse en la troika para hacer
sumisamente lo que esta les dicta. Hay otra política alternativa que atienda a
la reducción del déficit, pero con un calendario mucho mas dilatado en el
tiempo, que impulse medidas de reactivación de la economía, desde la mejora de
los salarios y pensiones a inversión pública o apoyo a la I +D+I y que en definitiva sitúe
el empleo como la máxima prioridad.
El día 25 de mayo tenemos en nuestras
manos la oportunidad de empezar a cambiar la situación. Quien no aproveche esa
ocasión, no tendrá derecho a quejarse después.