viernes, 12 de octubre de 2012

LA PATRIA







Cuando era muy joven y muy de izquierdas cantaba aquello “Dicen que la patria es un fusil y una bandera, mi patria son mis hermanos que están labrando la tierra”. La compuso Chicho Sánchez Ferlosio y la hicieron famosa los Quilapayún.

Hoy se ha celebrado el día nacional de España. La izquierda, o al menos una parte de ella, no hemos sido nada dados a celebrar fiestas patrióticas. Por ser internacionalistas y también por rechazar el modelo de patria que nos habían inculcado en el franquismo y que recordábamos cada vez que pasábamos por delante de un cuartel militar o de las fuerzas de orden publico y leíamos aquello de “Todo por la Patria”.  Ni siquiera simpatizábamos con el equipo de futbol nacional.

Reconozco que cuando viajaba por otros países me daba una cierta envidia el apego y el respeto a la bandera y la identificación general de toda la población, por encima de las ideologías, con la idea y los símbolos patrióticos. Algo que no sucedía en España.

Como también ha sido una seña de identidad  de parte de la izquierda hablar de “Estado Español”, o aun peor, de “este país”, como sucedáneo de España.

No siempre fue así  entre la izquierda. En el siglo XIX, desde las Cortes de Cádiz, las fuerzas del progreso se identificaron con la Nación Española, con la Patria, con la bandera. En la Guerra Civil, una parte de los republicanos, entre ellos los comunistas, apelaron al sentimiento patriótico para defender la Republica frente a la intervención de nazis  alemanes y fascistas italianos. Pero tras la derrota nos quedamos sin patria.

En la transición parecía que las cosas iban a cambiar.   Y aunque en aquel PCE de abril de 1977 aceptamos la bandera roja y gualda, la mayoría lo hizo por obediencia militante a la dirección a la que pocas cosas se le discutían. De hecho en cuanto Santiago Carrillo dejo de tener mando en plaza en el partido y más aun cuando fue excluido del mismo con sus seguidores, de nuevo empezó a resurgir la bandera tricolor de la II Republica en las actividades del PCE y después de IU.

Las cosas ahora no son muy propicias para una convivencia bajo una sola bandera y una identificación con la patria española. Y eso no es positivo para nuestra sociedad ni desde luego para hacer frente a los retos de la salida de la crisis.

No se trata de hacer gestos formales hacia la galería, como la gigantesca bandera que coloco José Bono siendo Ministro de Defensa en la Plaza de Colon, ni las adulaciones que algunos Ministros socialistas hacían a las Fuerzas Armadas. Ni mucho menos volver a las esencias del rancio nacionalismo españolista, que propugnan sectores del PP y de  UPyD.

Se trata mas bien que la ciudadanía se sienta participe y protagonista de la historia de nuestro país; que los jóvenes no se vean por tercera o cuarta vez en los últimos cien años a coger la maleta y marcharse a buscarse la vida fuera de España; que no se tenga toda la consideración con los bancos y las multinacionales españolas y se olvide al 25% de la población que vive en riesgo de pobreza o exclusión social; que no se den todas las facilidades para que un especulador extranjero venga a Madrid a explotar a nuestros parados en un negocio de juego, drogas y prostitución, mientras se siguen recortando derechos.

Yo quiero ser patriota, sentirme orgulloso de ser español, colgar la bandera roja y gualda en mi balcón los días de fiesta, conocer y recordar los grandes hitos de nuestra historia, pero esa España que quiero, tiene muy poco que ver con la España secuestrada por especuladores, corruptos, banqueros, multinacionales,….

Desde luego no desisto de conseguirlo. Me gustaría que el día de mi muerte pudieran poner encima de mi ataúd la bandera roja del movimiento obrero y la bandera de España.

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