viernes, 19 de octubre de 2012

HUELGA GENERAL




Los sindicatos españoles  y las organizaciones sociales que colaboran con ellos en la denominada Cumbre Social lo tienen difícil.

Las reformas legales, los presupuestos, las medidas adoptadas tanto por el gobierno de España como por los de casi todas  las Comunidades Autónomas, que perjudican a la inmensa mayoría de la ciudadanía y que se reiteran una y otra vez, no pueden dejarse sin adecuada y suficiente respuesta.

En los últimos meses, se han realizado dos Huelgas Generales y numerosos huelgas y paros sectoriales, se han convocado innumerables  manifestaciones y concentraciones. No se puede decir que no haya habido frecuentes y diversas iniciativas de movilización social. No todas han tenido la respuesta necesaria y esperada, pero la tendencia ha sido de incremento sostenido de la participación.

Es esta una lucha a medio plazo. El gobierno del estado y los autonómicos no van a cambiar fácilmente sus políticas, más aun con la presión que tienen desde los mercados financiaros y de las instituciones internacionales. Por ello los resultados, que en toda movilización se buscan y esperan, no van a producirse de manera inmediata.

Por eso los sindicatos y sus aliados sociales han ido modulando la respuesta. En los últimos meses se han sucedido grandes manifestaciones, la Marcha a Madrid y la Concentración en la Plaza de Colon y de manera muy reciente la campaña de exigencia de un Referéndum sobre las políticas del gobierno de Rajoy. Esta última es una iniciativa inteligente, que conlleva un ímprobo trabajo organizativo en las calles y centros de trabajo y que contribuirá a sensibilizar más a fondo a la ciudadanía sobre las razones de nuestra oposición a esta política económica y social y a explicar que son posibles otras alternativas.

La absoluta insensibilidad y la actitud ofensiva del gobierno y también la presión de las organizaciones más radicales, no dejan mucha capacidad de movimiento a los sindicatos y sus aliados sociales. La pretensión de los nacionalistas de una y otra tendencia a centrar todo en la cuestión de la identidad nacional, camuflando las políticas económicas y sociales que vienen realizando, exigen situar el protagonismo de la movilización social contra las políticas neoliberales en el centro de los debates.

Por su parte, la Confederación Europea de Sindicatos ha convocado una jornada de movilizaciones sociales para el día 14 de noviembre, contra las políticas neoliberales y en solidaridad con las luchas de los trabajadores del Sur de Europa. Los sindicatos españoles han concretado su participación en esa jornada europea con la realización de una nueva Huelga General.

Hay quienes están entusiasmados con la idea; parece que su objetivo en la vida es hacer una huelga general detrás de otra.

La Huelga General es un gran sacrificio y un tremendo esfuerzo para quienes la realizan. Los trabajadores en activo se juegan mucho, más aun en una situación de máxima facilidad para el despido y de inmenso desempleo. En el manual de todo sindicalista y desde luego en la historia del movimiento obrero,  esta escrito que es en periodos de crecimiento económico, de expansión del empleo, cuando hay mas  capacidad de movilización y de éxito de las huelgas generales; por el contrario en periodos de grave crisis y de altos niveles de paro, es cuando mas cuesta realizar huelgas.

No podemos olvidar que la acumulación de movilizaciones en los centros de trabajo, con las consecuencias económicas y disciplinarias que ello puede acarrear, no facilita la realización de una tercera Huelga General. Por eso resulta intolerable frivolizar alegremente con la Huelga General. Va costar mucho, muchísimo, sacarla adelante con éxito y no podemos cerrar los ojos a esa realidad. Porque en mi opinión, esta huelga (y en principio ninguna) puede sacarse a piquetazo limpio, y con todos los medios de comunicación (muy mayoritariamente adversos) encima.

La Huelga General tiene que servir para avanzar, para aglutinar, no para que dirigentes y activistas nos demos el gustazo. No puede ser un boomerang que lanzamos al gobierno y que de vuelta nos da en toda la cara y nos tira al suelo.

La Huelga General del 14 de noviembre no va a ser el final de nada, por eso no nos puede dejar sin aliento, porque después habrá que continuar movilizándose, ya que el 2013 va a ser otro año muy difícil. Por ello algunos, entre los que me encuentro, no teníamos muy claro que decisión tomar. Razones para una huelga general las hay más que de sobra, cuestión distinta es si hay condiciones adecuadas para convocarla y que sus resultados sean razonablemente satisfactorios.

Tenemos a favor el respaldo por primera vez de prácticamente todo el sindicalismo de España y el apoyo de numerosas organizaciones sociales, así como la coincidencia con la convocatoria europea. En contra, el miedo que hay  en amplios sectores de trabajadores y la sensación que tienen otros muchos de que no se va a conseguir nada, ya que el gobierno no va ceder.

La decisión ya esta tomada. Unos la compartirán más y otros la compartimos menos. Pero ya no hay vuelta atrás y ahora de lo que se trata es de lograr que sea un éxito. Esto requiere mucha, mucha labor de explicación al entorno de cada uno de nosotros para convencer de las razones para la participación.







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