Nuestro país siempre ha tenido una amplísima red de bares, restaurantes y también de peluquerias. Pero cada día proliferan por todas partes más bares y restaurantes y más centros relacionados con técnicas de belleza y mantenimiento corporal.
En Madrid tradicionalmente había cuatro o cinco lugares de concentración
de sitios de tapeo y restaurantes. Hoy se multiplican por todos los barrios y ahora
con el invento de las terrazas y las chimeneas de gas contra el frío, raro es
el paseo o avenida que no tiene su zona de tapas y casi siempre llenas. Y hasta
han bajado algo los precios.
Y que decir de los spas, hamanes, wellnes, fitness, pilates, centros de belleza, gimnasios, masajes
diversificados, tratamientos naturales o exóticos. Da la impresión de que todos
quieren estar guapos/as, cachas/esculturales, estirados/as.
Todo ello es muy coherente; nos forramos los fines de semana y el resto
de los días a intentar a bajar kilos.
Como diría aquel a mal tiempo, buena cara. Ya que nos tienen aburridos
y asustados con la crisis, por lo que menos que no nos recorten las tapitas y el estar divinos/as de la
muerte. Eso es como cuando cuentan que
en tiempos de guerras y calamidades la gente hace mas y mas apasionadamente el
amor (¡que película tan bella la de John Houston “Paseo por el amor y la
muerte” con una adolescente Angélica Houston!)
Seguro que muchos pensaran, “que
se fastidie la Merkel y nos quiten lo bailado, lo comido y lo ligado”. Los mas
sensibles socialmente añadirán "además se crea mucho empleo y se da mucho
trabajo a inmigrantes", lo que encima es
cierto. Como también lo es lo mucho que va a contribuir a la llegada del
turismo y a mejorar nuestra imagen de pueblo bien comido, bebido y arreglado.
Así que este era el famoso modelo productivo alternativo del que tanto
se hablaba y nadie terminaba de concretar. Ni I+D+I ni zarandajas: copas y
belleza.
Y si se llegara a producir una burbuja en estos sectores, el público no
tendría que agobiarse, se haría el oportuno rescate y las tostas de jamón ibérico
con tomate saldrían a un euro y un
tratamiento de hidromasaje con aloe vera
a tres euros.
Así que todo son ventajas. Aunque quizás habría que mejorar la
desregulación, que no hubiera horarios de cierre, ni limitación de ruidos, ni
convenios colectivos para los trabajadores, ni condiciones de salubridad y
seguridad. Vamos como en Shangai.
Lo que pasa es que para acabar con los 5'8 millones de parados vamos a tener que abrir todavía muchisimos mas bares, terrazas y centros de belleza. Y Cristóbal Montoro que no se preocupe, porque aunque los presupuestos del 2013 no van a ser “los mas sociales de la democracia” (la verdad es que es gracioso el hombre), esto de la crisis se va a arreglar muy pronto con el nuevo modelo productivo que nos están montando.
Lo que pasa es que para acabar con los 5'8 millones de parados vamos a tener que abrir todavía muchisimos mas bares, terrazas y centros de belleza. Y Cristóbal Montoro que no se preocupe, porque aunque los presupuestos del 2013 no van a ser “los mas sociales de la democracia” (la verdad es que es gracioso el hombre), esto de la crisis se va a arreglar muy pronto con el nuevo modelo productivo que nos están montando.
Bueno, os dejo que me voy a tomar un albariño en el Buendi de Narváez, que esta genial. Y
un día de estos nos vemos en el spa.
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