Recupero la tradición de que los fines de semana hay que ver cine y escuchar música. Hoy, una interesantísima película de 1970 “The Molly Maguires”, traducida en España como “Odio en las entrañas”. Se centra en unos hechos poco conocidos de la segunda mitad del siglo XIX en Estados Unidos: las actuaciones de una organización secreta de mineros del carbón de procedencia irlandesa, que utilizaban la violencia para defenderse de las agresiones patronales. Esta organización hundía sus raíces en sociedades secretas de los campesinos pobres y católicos irlandeses para defenderse de los abusos de los terratenientes protestantes y de origen británico y que se remontaban al siglo XVII. Los emigrantes irlandeses las llevaron a Norteamérica y una de ellas fue precisamente The Molly Maguires. La historia como era previsible termino con una feroz represión orquestada entre la patronal, la policía y los jueces.
Martín Ritt, el director de la película, fallecido en 1990, perteneció a la generación de directores que desde finales de los años 50 renovaron el cine norteamericano con una visión crítica y unos planteamientos políticos y sociales progresistas. Ritt fue perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas del Senador McCarthy por su antigua colaboración con el Partido Comunista de Estados Unidos. Además de esta película realizo otras de interés como “Donde la ciudad termina”, “El largo y calido verano”, “El espía que surgió del frío”, “Hud”, etc.
“Odio en las entrañas” es una brillante película, rodada con muchos medios y dos grandes actores, Sean Connery y Richard Harris, además de Samantha Eggar; una esplendida fotografía y la música nada menos que de Henry Mancini. La película, 40 años después de su estreno resiste perfectamente el paso del tiempo, es entretenida, no es un panfleto, ya que si bien refleja la brutalidad empresarial y policial, tampoco oculta las contradicciones de una lucha obrera con practicas propias de las primeras épocas del movimiento obrero de raíz anarquista, en el que la destrucción de los medios de producción y las respuestas violentas eran el camino elegido para defenderse. En cualquier caso, Ritt no es neutral en ese enfrentamiento.
Buen cine político y de acción. Merece la pena verla, aunque hay que advertir que la versión que se estreno en España estaba censurada y por tanto hay escenas que en las versiones que hoy circulan permanecen en ingles.
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