LOS ROBINSONES DE LOS MARES DEL SUR

Estamos a las puertas de la Navidad. Por unos días vamos a olvidarnos del nuevo gobierno, de la iniciativa de Carme Chacon y 30 socialistas críticos o la voz discordante de Tomas Gomez (tiempo habrá de volver sobre ellos) y  hasta del Señorito Camps, que sera un poco corrupto y gorrón, pero eso si muy educado, se fue de la tienda de trajes sin pagar, pero dio la mano a la cajera y por tres veces le dijo gracias, todo un detalle. Pues relajemonos con el cine, ahora que nos hemos quedado con un tercio de Ministerio de Cultura.

Y en estas fechas hay que ver películas con los hijos, sobrinos, nietos, películas divertidas, fantasiosas, de cuando no había efectos especiales y gafas tridimensionales y los directores de cine tenían que derrochar imaginación y buen hacer. Una de esas películas fue "LOS ROBINSONES DE LOS MARES DEL SUR", del año 1960, dirigida por el ingles Ken Annakin, que desde luego no era Orson Welles, pero sí lo que se llama un buen artesano cinematográfico. La peli esta basada en una famosa novela de principios del siglo XIX "El Robinson suizo" de Johann David Wyss. Es pura aventura, sencilla, sin grandes despliegues efectistas, en un marco natural precioso, con todos los ingredientes del cine de Walt Disney, con piratas, animales exóticos, rivalidad entre hermanos por una chica, algo de emoción y suspense y un final como mandan los cánones del cine familiar. Los protagonistas son poco conocidos salvo John Mills, el papa de Hayley Mills, la pecosa y empalagosa niña de "Tu Boston y yo a California".

Cuando iba al colegio era una de las películas favoritas para los festivales, entregas de premios, fiestas de la Virgen, etc. (la otra era "Molokai", biografía de un misionero que muere leproso en la Polinesia y claro no había color en las preferencias de los alumnos).  "Los Robinsones..." La he visto muchas veces, también de mayor y siempre me ha gustado. En estos días se la voy a poner a mi nieta Violeta, de casi cinco años, a ver que le parece. Seguro que disfruta. Y así nos descomprimimos un poco de este ultimo trimestre, tan tremendo por muchas razones y cogemos aire para los próximos meses, que tampoco van a ser divertidos.