miércoles, 12 de septiembre de 2012

LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA Y LA IZQUIERDA





En los últimos años se han sucedido errores políticos que no han favorecido las relaciones con Cataluña. La errática negociación de la reforma del Estatut, que Rodríguez Zapatero no supo pilotar y el dejar en manos del Tribunal Constitucional, dividido y devaluado, la validación de una norma votada muy mayoritariamente en el Parlament de Cataluña y respaldada por el referéndum en el año 2006, genero un lógico  sentimiento de agravio. El gobierno del Tripartito tampoco fue capaz de reconducir las tensiones desde una óptica progresista y sus escasas consecuciones y su final desastroso permitieron la vuelta triunfante de la derecha nacionalista. Pero eso ya es historia y no tiene vuelta atrás.

¿Y ahora que? 

Ni hay que caer en alarmismos, no todos los que salieron ayer a la calle quieren lo mismo y además CIU, como partido de capitalistas, sabe negociar para mantener lo suyo y concretarlo todo en una cuestión de pasta. Pero tampoco minusvalorar lo que ha pasado, una impresionante manifestación reivindicando al menos los derechos nacionales y estas  espirales luego no son fáciles de reconducir.

Los catalanes tienen pleno derecho a la independencia. Como los andaluces, los asturianos, los vascos…España es un estado plurinacional y su diversidad esta sustentada en un pacto mutuo que hoy es nuestra Constitución democrática de 1978, por ello nadie puede imponer a nadie su permanencia o su separación.

Dicho esto, la izquierda de España y de Cataluña deberíamos tener una opinión propia sobre el futuro de Cataluña y no ir a la zaga de la derecha corrupta de CIU.

La izquierda en general no hemos sabido a lo largo de la historia situarnos bien en relación a los derechos nacionales, aunque siempre los hayamos defendido como una cuestión de principio. En los  primeros 30 años del siglo XX la bandera nacionalista, tanto en Euskadi como en Cataluña estuvo en manos de la burguesía. Durante la guerra civil esa hegemonía burguesa favoreció la pronta caída y rendición de Vizcaya y Guipuzcoa. El gobierno de la Generalitat al menos hasta junio de 1937 fue un desastre, incapaz de controlar el terror anarquista, de organizar bien la industria de guerra y de contribuir a la resistencia bélica en los frentes de Aragón y Baleares.

En el franquismo, la mayoría de las clases burguesas catalanas llego a un acomodo con el régimen, salvo algunas excepciones, entre ellas el propio Jordi Pujol. Pero en la transición volvieron a resurgir los ímpetus nacionalistas de la derecha, que paulatinamente, tras la voladura del PSUC, la indefinición de un variopinto PSC y la desigual trayectoria de ERC, volvieron a lograr la hegemonía política y cultural.

Ahora CIU esta camuflando su brutal política antisocial justificándola en el expolio fiscal del resto de España: “si fueran independientes, gestionarían todos sus recursos y no estarían con el agua al cuello”. Y han conseguido identificar el avance hacia la independencia como un logro de la propia CIU.

Todos los procesos independentistas de Europa nunca han favorecido a las clases populares y a la izquierda. Además, pensar que un Estado de las dimensiones económicas y  territoriales de Cataluña iba a tener peso político en la UE es un mal espejismo. Si ya España tiene modesta influencia en la UE, ¿Qué decir de Cataluña? Allí mandarían sin tapujos el Banco Central,  los Comisarios Comunitarios, y no lo olvidemos, las multinacionales. Si a Merkel, Cameron y Hollande, Rajoy les trae al fresco, ¿que pasaría con Artur Mas?  

Y si la izquierda catalana considera que disponiendo de todos los ingresos fiscales en Cataluña, van a tener mejor Estado de Bienestar Social y mejores condiciones de trabajo, están bien engañados. CIU es tan neoliberal o mas que el PP e incluso mas corrupta. Todo hace pensar que ese nuevo Estado de la Unión Europea, que legítimamente pretenden, será un estado dominado por la derecha. ¿O es que alguien cree que en el nuevo estado independiente iba a gobernar de nuevo el tripartito? En Cataluña independiente el PP, que ya apoya a CIU, se reciclaría y se aliaría con CIU frente a la izquierda.

La garantía de evitar que se sigan imponiendo durísimas políticas neoliberales en Cataluña es que los trabajadores de toda España consigamos frenar al PP y a su aliado CIU. Mas aun, lograr una salida progresista a la crisis solo será posible si aunamos fuerzas a nivel de toda la izquierda de la Unión Europea. El objetivo de la izquierda es que cada vez haya menos fronteras en Europa, no que haya una más.

Así las cosas, la izquierda española y catalana, debemos superar los complejos de que nos confundan con el centralismo españolista, no caer en el seguidismo oportunista de lo que digan CIU y sus terminales. Debemos tener un discurso propio, anclado en la Constitución democrática, exigiendo su pleno desarrollo y cumplimiento, que en mi opinión es compatible con un estado federal y a la vez solidario.

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