miércoles, 19 de septiembre de 2012

JAVIER MARAVALL YA ES DOCTOR




Estoy en Riga (Letonia), preparando mi ponencia en un Seminario de la Unión Europea sobre Pobreza y Exclusión Social en la crisis.

He pasado un miedo horroroso con las turbulencias del primer avión, de los dos que he tomado. Aunque no se que me ha producido mayor malestar,  si los tumbos del avión o la lectura de un bochornoso articulo en El País de Santos Julia sobre Carrillo, donde la frivolidad y la falta de rigor contrastan con otros artículos, que siendo críticos con aspectos de la vida de Carrillo son mucho mas respetuosos con su figura. Pero en fin ese historiador, hoy tan encumbrado, nos tiene acostumbrados a articulitos alimenticios de esa índole.

Pero ya me he relajado. Aunque ayer fue un día muy triste por la muerte de Santiago y hoy no he podido ir a despedirle en la sede de CCOO, estoy eufórico. Tengo un hijo Doctor por la Universidad Autónoma de Madrid. Javier ha leído hoy la tesis y se la han aprobado “cum laudem”. La ha expuesto magníficamente y aunque alguno de los miembros del tribunal se ha pasado en su intervención, de nada menos que 40 minutos, la valoración ha sido por unanimidad.

El trabajo se centra en “Las mujeres de la izquierda Chilena”, la evolución de su compromiso, su vida militante, la doble represión sufrida durante la Dictadura de Pinochet como mujeres y como luchadoras y la discriminación que tuvieron en una sociedad tan clasista como la chilena, pero también en una izquierda sumida en el machismo patriarcal que mayoritariamente las relegaba a un papel secundario.

Realmente interesante y novedosa y con indudables aspectos de similitud con la historia de las mujeres de la izquierda española.

Pero mi hijo Javier, a pesar de ser Doctor y haberse especializado en innovadores cursos de formación a estudiantes y padres en colegios e institutos sobre superación de actitudes machistas, esta en paro. Ya veremos si su nuevo status académico le ayuda a conseguir trabajo o tendrá que coger el petate y largarse a otro país.

Espero que su hija y mi nieta, Violeta, algún día no tenga que preguntarse para que estudiar una carrera, si su padre Doctor se comió los mocos en el paro en los mejores años de su vida. Vale. Tengo un hijo Doctor y hoy eso es lo importante.

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