lunes, 17 de septiembre de 2012

ADIOS ESPERANZA, ADIOS


El pasado 12 de abril le dedicaba un post a Esperanza Aguirre. En el escribía textualmente:

"Hay muchos  en la izquierda que ya desde los tiempos del programa de televisión  “Caiga quien caiga” se ríen y menosprecian a Esperanza Aguirre. Yo nunca lo he hecho. Y no lo hago desde que un día en 1993, siendo Director del IMSERSO y en plena hegemonía socialista, la invite como Concejala del Ayuntamiento de Madrid a un acto institucional con el movimiento asociativo y sin ningún complejo se salto su papel de simple saludo y  nos dio una lección neoliberal sobre “la sociedad del bienestar”, que por cierto conecto con bastantes de los presentes, teóricamente gentes progresistas.

Alguien que es capaz de ganar por mayoría absoluta tres veces consecutivas, no es para tomársela a broma. Tiene la seguridad prepotente de las clases dominantes de toda la vida y la confianza en si misma que da unas sólidas y extremistas convicciones ideológicas. Y al igual que la alcaldesa de Valencia, Rita Barbera, otro animal político de cuidado, mezclan el neoliberalismo sin límites con la desfachatez del populismo mas descarnado. Ese cocktail les permite conectar con el sentir de mucha gente y barrer a la izquierda en las urnas. Así que, como quiero un gobierno de izquierdas en Madrid y no lo veo fácil,  me la tomo muy en serio."

Hoy ha dimitido. Ella ha alegado razones personales. Hay quienes no se lo creen y piensan que es el resultado de su enfrentamiento, desde posiciones mas a la derecha,  con Mariano Rajoy. Es muy posible que sea una combinación de ambas: su agotamiento personal y no encontrar eco suficiente en la dirección del PP a sus posiciones extremas. Cuando alguien esta con un fuerte stress emocional y no hay duda que haber atravesado un cancer es una situación nada fácil, si encima no consigue sacar adelante su proyecto ideológico por el que ha luchado  durante 30 años de intensa actividad política, es comprensible que se quiera ir a disfrutar de sus nietos, a cuidar a su madre, y a pasear con su familia. Así que prefiero creerla.

En todo caso lo importante no es la causa de su dimisión, sino el legado que nos deja. La Comunidad de Madrid ha sido la punta de lanza de las políticas mas ferozmente neoliberales. El deterioro de la enseñanza, la sanidad, la atención a la dependencia y en general los servicios públicos, los recortes de los derechos laborales del personal de la administración, los ataques a los sindicatos, la desregulación urbanística, las facilidades al gran comercio, la supresion de impuestos y por ultimo la autorización de Eurovegas,  son el resultado de sus dos legislaturas y media. Daños sociales y económicos que van a ser dificilmente reversibles.

Su heredero, Ignacio Gonzalez, no es un buen enemigo para la izquierda. Menos ideologizado, pero eficaz, frió, trabajador, ambicioso, pragmatico y sin prejuicios. Desde el IMSERSO tuve ocasión de trabajar con el a finales de los años 90 en los programas de actuación con los emigrantes de El Egido, victimas del acoso xenófobo de muchos habitantes de la zona y de la explotación empresarial. Gonzalez era Secretario de Estado en el Ministerio de Administraciones Publicas; se esforzó mucho y le robo el protagonismo al entonces Ministro de Trabajo, Manuel Pimentel y a la Secretaria General, Amalia Gomez, que fueron los auténticos impulsores del programa de acogida. 

Así que la izquierda madrileña tendremos que despabilarnos y mucho, si queremos llegar a desplazar a la derecha que ahora representara Ignacio Gonzalez.

   

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