MEDICAMENTAZO

Ya tenemos medicamentazo. La Ministra Ana Mato, tras sus loables consejos de la botica natural, ahora nos dice dos cosas contradictorias. Por una parte que se van ahorrar 2.220 millones de euros al año con las nuevas medidas de política farmacéutica y por otro lado que la expulsión de la financiación publica de 426 fármacos permitirá incorporar tratamientos de ultima generación necesarios para enfermedades mas graves e invalidantes. La Ministra debe pensar que la ciudadanía es tonta y además no sabe nada de matemáticas. Pero todos, menos al parecer ella, conocemos que los nuevos fármacos de “ultima generación” son por lo general mucho mas caros, que los que las medicinas mas antiguas. Así que no nos tome el pelo. Y por lo pronto el gobierno ha pensado que mas vale pajaro en mano, sacar medicamentos del sistema publico y el pájaro volando de los nuevos medicamentos que van a incluir ya se vera.

Lo peor del caso es que tampoco es cierto que se vayan a ahorrar lo que dicen. Porque la inmensa mayoría de los médicos son profesionales honestos, preocupados por la salud de sus pacientes y buscaran alternativas al “Voltaren”, al “Fluimucil”, al “Almax” o el “Bisolvon”, porque desde luego no van a mandar a casa a la gente para que haga vahos de agua caliente, gárgaras de limón con miel o se tome unas sopitas. Y es posible que lo que a partir del domingo vayan a recetar los médicos al final resulte más caro que lo que hasta ahora se estaba dispensando.

Y a todo esto las deudas a las oficinas de farmacia siguen sin resolverse, sobre todo en algunas Comunidades Autónomas como la Valenciana y siguen debiendo ingentes cantidades de dinero a la industria farmacéutica, en la que además hay de todo y no solo grandes multinacionales (que por supuesto tienen derecho a cobrar) sino también empresas nacionales mucho mas modestas.

Lo que sí va a ser un mayor problema es el sistema de reembolso del copago. La Ministra no ha debido ver a un pensionista normal y corriente  en su vida y menos aun de los que viven solos o en los 7.000 pueblos de nuestro país. Con el nuevo sistema de copago los pensionistas van a adelantar a las administraciones publicas su aportación al precio de las medicinas, que además no suelen ser ni una ni dos ni tres al día, y la administración se encargara, dicen que en un plazo no superior a 6 meses, en devolver lo pagado de mas, y así un mes, y el siguiente y el siguiente…Además del perjuicio económico que les supone a bastantes pensionistas, con pensiones por debajo de 1000 euros al mes que son la mayoría, les van a traer locos con el procedimiento de reembolso. Muchas personas mayores, sobre todo a partir de cierta edad, se agobian mucho con los temas económicos, con los trámites administrativos, con las gestiones en los bancos y en las cajas de ahorro y ahora tendrán un problema más en sus preocupaciones cotidianas.

Al final ¿cuánto van ahorrar con todos estos perjuicios que van a causar a la población? y a propósito ¿cuanto cuesta mantener cerrados y deteriorándose hospitales como el nuevo de Oviedo? ¿O hasta cuando van a seguir enterrando millones y millones de euros en el hospital de Valdecilla de Santander por razones de megalomanía de sus gobiernos autonómicos? ¿O cuanto dinero se esta malgastando por cada mes que se retrasa la tan prometida compra centralizada de equipamientos, servicios y medicamentos?  ¿No seria más racional y sobre todo más justo reformar las deficiencias en la gestión del Sistema Nacional de Salud antes que introducir recortes en las prestaciones?

Y la siguiente en llegar es el copago de los productos ortoprotesicos. Esperemos que las grandes organizaciones de personas con discapacidad y el CERMI por delante, monten un pollo de dimensiones parecidas a las que montaron a principios de los años 80 para conseguir la LISMI (Ley de Integración Social de Minusválidos). Como también seria deseable que las organizaciones de mayores, con el Consejo Estatal a la cabeza, prepararan un calendario de movilizaciones. Porque esa es de la única medicina que entiende la Ministra de Sanidad.