Visto lo que ha pasado hoy con la prima de riesgo y la bolsa, una de dos: o los mercados querían que en Grecia ganara Syriza, la izquierda alternativa, o nuestro problema no era Grecia (el 2% del PIB de la Unión Europea) y parece mas real lo segundo que lo primero.
El problema es esta Unión Europea. Los mercados no quieren el modelo social europeo que hasta ahora, a trancas y barrancas, representa la Unión Europea. No quieren reglas para el sistema económico, no quieren estado del bienestar social, no quieren instituciones políticas sólidas. Y van cortando el salchichón, primero Grecia, luego Irlanda, después Portugal, ahora España y a la vuelta de la esquina Italia.
La solución no es económica, es política y la desgracia es que al frente de la mayoría de los estados de la Unión, empezando por Alemania, no hay políticos con visión de futuro, hay tenderos, con perdón de los tenderos, haciendo sus cuentas particulares. Y ha bastado para que salga uno respondón, Francois Hollande, para que se agite el panorama. La solución es más unidad política y sobre todo más participación democrática de la ciudadanía.
Por ello resulta preocupante que desde la oposición mayoritaria de nuestro país se siga “implorando” un pacto de estado con el PP y los nacionalistas de derechas. Un pacto que el PP entiende como “pase y firme aquí abajo, donde pone la oposición”. Un pacto para compartir el desgaste político de nuevas medidas de recorte y que seria letal para el PSOE. Y lo que es peor, los socialistas se pringarían y al día siguiente los mercados seguirían pidiendo más y más.
¿Quiere esto decir que la izquierda se tiene que negar en rotundo a llegar a un acuerdo nacional? Como principio por supuesto que no. Pero primero hablemos de ingresos y de política fiscal y cuando tengamos eso amarrado, hablemos de cómo racionalizamos el gasto público. A ver si quiere ese pacto la derecha española.
Como muy bien ha dicho Tomas Gómez, secretario del Partido Socialista de Madrid, esta noche en 24 horas de RTVE, el PSOE tiene que escoger entre ser el Partido Socialista Frances, con una alternativa propia de gobierno progresista o ser como el Partido Socialista Griego, la muleta de una derecha causante del gran desastre de la economía griega. Una vía lleva al gobierno con mayoría socialista, la otra a una caída en picado. Tomas Gómez parece que lo tiene muy claro, no así Rubalcaba y su equipo.
Esperemos que en la reunión del G20 en México, Obama y Hollande impongan la salida política frente al discurso de los tenderos.
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