Ya no necesitaremos ir a New York y visitar, entre otros, el Whitney Museum para poder disfrutar de la obra del hasta hoy mejor pintor norteamericano. El museo Thyssen acaba de inaugurar una magna exposición sobre Edward Hopper, que durara hasta el 16 de septiembre. En mi opinión una de las mejores muestras de pintura que hemos podido ver en nuestro país en mucho tiempo.
Hay 70 obras entre oleos, acuarelas, grabados y dibujos. No esta toda la obra de Hopper, faltan cuadros muy importantes, pero la selección es formidable y permite hacerse una idea muy certera de la creación de este gran artista.
Sus primeros cuadros influidos todavía por la pintura francesa del siglo XIX, los paisajes del campo norteamericano, las casas en la costa de New England y Maine, ¿seguirán siendo así estos dos estados fronterizos con Canadá, que además de su maravillosa costa dicen que tienen los bosques donde los otoños son de un colorido increíble?, las escenas en el mar, las habitaciones de hoteles, las oficinas siniestras, las estaciones de ferrocarril, los surtidores de gasolina, escenas de la vulgar vida cotidiana, o barrios industriales…todo ello esta presente en la exposición del Thyssen, de la que solo echo en falta alguna representación de sus preciosos faros.
La geometría de sus composiciones, la luz, las sombras, los colores fríos, la hermosa fealdad de las personas que en ellos aparecen, esa representación de Norteamérica que después hemos admirado en fotografías y películas, nos muestran a Hopper como el pintor mas moderno y a la vez clásico de la sociedad, las ciudades y los paisajes del siglo XX.
Hay también una reproducción en video de los carteles publicitarios que realizo entre 1910 y 1925, antes de alcanzar la fama, y recomiendo verlos. Son preciosos: una mezcla de modernismo, art deco y los artistas revolucionarios soviéticos. La pena es que no sean accesibles al público en ninguna publicación, al menos en el Thyssen.
En estos días aciagos de crisis y noticias a cual peor, disfrutar con Hopper nos alegra la vida y mucho. Para mi ha sido un consuelo encontrarme allí al vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia. Hemos hablado tres minutos y a pesar de lo preocupado que esta, como no iba a estarlo, la exposición también le estaba cargando las pilas de buenas energías.
Hoy la Thyssen estaba a rebosar, supongo que seguirá así estos tres meses, y es un poco incomodo, por ello recomiendo ir entre semana. Pero desde luego nadie a quien le guste el arte puede perderse este acontecimiento.
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