DROPKICK MURPHYS

Esto esta que arde y que mejor que echarse al cuerpo un buen combinado. Unas gotas de los veteranos The Dubliners, una dosis de los gamberros The Pogues, un aliño de los marchosos The Ramones, el recuerdo de los inolvidables The Clash y aromas de los primeros y mejores U-2. Se agita bastante y aparecen The Dropkick Murphys.

Ahora mismo son un septeto,  descendientes de emigrantes irlandeses que viven en la zona de Boston y que con diversos cambios están en activo desde 1996. Tienen  siete cds en estudio y nada menos que tres en directo, además de tres anfetaminicas recopilaciones. También han participado en bastantes recopilatorios, entre ellos uno dedicado a poner a caldo a George Bush: “Rock against Bush”. Martín Scorsese eligió una de sus canciones, “I´m Shipping up to Boston”,   para su película “Infiltrados” y ya sabemos el buen gusto musical de este director de cine que cuida al máximo sus bandas sonoras.

Su música es para dar brincos y no parar, aunque en sus últimos discos en estudio habían acentuado la influencia de la música irlandesa y en el ultimo, “Going out in style”, ese cambio es mucho mas intenso.  Sus primeras grabaciones eran casi punk pasado por cierto aire irlandés. La verdad es que muy apropiadas para cuando tienes 15 años, pero un poco estresantes para cuando llegas a la edad adulta. No daban respiro y no había muchos matices estilísticos entre una y otra canción. Eso sí, ideales para olvidarte de la crisis. Sus conciertos, a tenor de lo que se oye en sus discos en directo, deben ser increíbles y el que quiera lo podrá comprobar el próximo 14 de junio en el festival Azkena Rock de la ciudad de Vitoria, (lastima que sea un día laborable).

“Going out in style”, publicado el año pasado, es un disco formidable, en el que como he dicho hay una notable influencia del folk irlandés, con una instrumentación mucho mas diversa, incluyendo acordeón, gaita, fiddle (violín), bouzouki, mandolina, whistle (flauta); las canciones son mas variadas y los arreglos instrumentales mas trabajados. Aunque hay dos o tres canciones que bajan el pistón del ritmo y se acercan un poco a lo que podría ser una balada, su música sigue siendo frenética. Y además cuenta con la voz de Bruce Springsteen en una de las mejores canciones, “Peg o’ my heart”. De las trece canciones, once son composiciones propias del grupo y dos tradicionales, entre ellas la popular “The Irish Rover”. El disco, como todos los de esta banda, es relativamente corto, no llega a 46 minutos, mas tiempo nos dejaría muy agotados.

Esperemos que la evolución  de este grupo siga por el derrotero de su último disco. En todo caso son una inyección de marcha en unos tiempos difíciles.