miércoles, 12 de octubre de 2011

EDUCACION EN CHILE Y ESPAÑA: UNA MISMA LUCHA

Los estudiantes chilenos llevan varios meses movilizados. Les apoyan enseñantes, sindicatos, familias, partidos de la izquierda y otros sectores sociales. Han realizado grandes manifestaciones. Han mantenido reiteradas huelgas. Han sido duramente reprimidos. Como es frecuente con los gobiernos y la prensa reaccionaria, han sufrido ataques de manipulación y tergiversación política, amparándose en desordenes de pequeños grupusculos extremistas. Pero ahí siguen. Su lucha es por  la universalización de una educación publica de calidad. Algo tan sencillo y tan básico como ese derecho, que los países democráticos avanzados han conseguido hace décadas (los españoles gracias a la dictadura tardamos bastante mas). Derecho que ahora los neoliberales cuestionan aprovechándose de la crisis económica, como de nuevo es el caso de los conservadores españoles.

La educación en unas sociedades clasistas y Chile es profundamente clasista, es un instrumento decisivo de igualdad, de movilidad social, de cohesión territorial y también de competitividad nacional en un mundo globalizado. Para que la educación juegue ese papel social, tiene que ser accesible a todas las personas, vivan donde vivan y sean cuales sean sus circunstancias socioeconomicas, tener mecanismos de apoyo para evitar el abandono y el fracaso escolar, contar con un profesorado cualificado, motivado y bien retribuido, disponer de suficientes centros adecuadamente dotados, etc. En definitiva: derecho universal en todo el proceso formativo y calidad. Ese binomio solo lo puede garantizar la enseñanza publica. Y esa enseñanza publica solo es posible con una política fiscal solida, progresiva y eficaz que facilite la financiación necesaria. Política fiscal que también es un déficit de la sociedad chilena.

Las grandes movilizaciones pusieron nervioso al gobierno del presidente Piñera, que ante la caída de su popularidad acepto abrir un proceso de negociación de las reformas educativas, admitiendo algunos puntos del movimiento estudiantil y de la comunidad educativa. Pero las negociaciones se han atascado y el gobierno a vuelto a las andadas, encontrándose de nuevo con  la respuesta en la calle y en las aulas.  Ahora los estudiantes chilenos necesitan y buscan aliados y respaldo internacional. Esta siendo una larga lucha, que no se sabe cuanto va a durar y por ello requieren la solidaridad en otros países y la presión sobre el gobierno chileno. Si los estudiantes chilenos y los enseñantes consiguen total o parcialmente sus objetivos, sera un gran avance social para todos los chilenos, pero también sera un notable ejemplo a seguir para quienes en nuestro país se están movilizando contra las reformas neoliberales. Por ello tiene todo sentido decir que la lucha de la comunidad educativa chilena y la española es una misma lucha.

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