Una de las grandes películas de la primera etapa de Luis García Berlanga fue “Los jueves milagro”. El ayuntamiento de un pequeño pueblo sumido en una gran crisis, decide como mejor vía para atraer turismo y recuperar la actividad económica simular un milagro con la aparición de San Dimas todos los jueves. (Por cierto que la jerarquía católica se cabreo muchísimo y logro que la censura cortara escenas de la película a diestro y siniestro)
Rajoy, que no tiene ningún sentido del humor, ha decido emular a lo bestia la película de Berlanga y nos ha amenazado con que hasta el fin de la legislatura todos los viernes el Consejo de Ministros aprobara reformas, es decir recortes. Se siente seguro con sus mayorías absolutas, no tiene elecciones a la vista, espera que la crisis amaine, Europa empiece a recuperarse y tire de la economía española. Quiere convertir a España en el modelo de las reformas neoliberales, soñando con recibir el visto bueno de Merkel, el BCE y el FMI y sobre todo de las Agencias de Calificación, por ahora con pésimos resultados y mientras tanto el país sufre una continua fuga de capitales.
Así que para los que siguen ilusionándose con un posible pacto de estado frente a la crisis lo tienen claro. Rajoy no quiere el único pacto posible, el de acordar que la sociedad española no quiere cumplir con el ajuste del 5’3% del déficit en el 2012 y el 3% en el 2013. Y si el Presidente del PP esta en esa dinámica, sus congeneres autonómicos y la derecha nacionalista no se quedan cortos. Baleares decide cortar por lo sano y cerrar dos hospitales.La Generalitat Valenciana privatiza la gestion sanitaria. Veremos lo que proponen los demás.
La alternativa esta clara, si los viernes hay reformas-recortes, los domingos tendremos que seguir con las manifestaciones. Deberemos armarnos de paciencia, diseñar estrategias unitarias de movilización política y social a medio y largo plazo, que podamos aguantar sin desfondarnos y acumulando cada día mas seguidores y aliados.
Peor lo tuvieron los madrileños que salieron a la calle el 2 de mayo de 1808 y terminaron por echar a las tropas de Napoleón.
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