Es imperdonable por mi parte. Llévo casi un año con el blog y todavía no he hecho ningún post sobre Billie Holiday. Confieso que tarde bastante en descubrirla. A principios de los años 70 me compré un disco recopilatorio suyo, pero no me causó especial impacto. Seguramente no estaba anímicamente preparado para disfrutar una belleza tan especial. Algo similar a lo que me ha sucedido con la opera.
En mi primer viaje de trabajo a Bruselas en 1987, en donde me pase todas las tardes en la tienda de FNAC, encontré una preciosa caja de tres cds, de la colección “Legacy” de la casa Columbia. Me pareció una oferta estupenda y la compré. Al llegar a Madrid empecé a escucharla y me fui enganchando, una y otra vez. Y me sorprendí de cómo era posible que hubiera podido vivir casi 40 años sin ella.
Sería pretencioso por mi parte aportar algo nuevo a lo mucho que se ha escrito sobre Billie, que nació en 1915 y murió en 1958 con apenas 44 años. Tan solo que hubiera nacido 25 años mas tarde su vida hubiera sido bien distinta y desde luego no una dura tragedia. Victima del racismo, de la miseria, de la discriminación que la obligaba a entrar en los conciertos que daba con las mejores bandas de jazz por la puerta de servicio, el alcohol y las drogas fueron el escape para un mente lúcida y un corazón sensible que no podía resistir el sufrimiento de su pueblo y el maltrato que daban los propios hombre de color a sus mujeres y que ella experimentó en numerosas ocasiones a lo largo de su vida.
Visitó demasiadas comisarías, fue detenida en varias ocasiones e incluso pasó varios meses retenida en la cárcel, a pesar de ser ya considerada la mejor vocalista de jazz y blues de su época. Su claro compromiso de denuncia del racismo, la valió frecuentes represalias de la policía y de los poderes públicos para impedirla actuar. Incluso ya muy enferma y hasta el día de su muerte estuvo vigilada por la policía por sus adicciones. Afortunadamente tuvo el soporte de dos grandes músicos de jazz, Teddy Wilson y Lester Young, con los que grabo maravilla tras maravilla, además de actuar y grabar con las orquestas de Count Basie, Artie Shaw, Benny Goodman o Ray Ellis-
Si hubiera vivido en los años 60 y 70 tras la abolición de la segregación racial y en los años de las grandes luchas por los derechos civiles, Billie hubiera sido una de las mayores figuras de la música norteamericana y todos los premios y reconocimientos que la tributaron ya fallecida los hubiera tenido en vida.
No se cual de las dos Billie me gusta mas, si la de los años 30 y principios de los 40, en plena facultad creativa y de voz, acompañada del saxo de “Pres” y el piano de Teddy o la de los años 50, en la que sus discos destilan tristeza y amargura, pero con una bellísima expresividad inencontrable en ninguna otra cantante.
En 1972 se realizó una película sobre su vida, “Lady Sings the blues”, protagonizada por Diana Ross y a pesar de lo buena que era la líder de The Supremes, no la llegaba a la altura del zapato. No hay mas que ver el video de Billie con la grabación de “The sound of jazz” de 1957, ya en plena enfermedad, para comprobarlo.
Dejó tras de si una legión de seguidoras y admiradoras, pero hasta hoy nadie ha sido capaz de interpretar una canción contra el racismo como “Strange fruit” con la emotividad de Billie, ni nadie ha cantado jazz como su composición “Fine and mellow” con tanta expresividad musical.
Afortunadamente hoy en nuestro país es fácil conseguir discos de Billie, eso sí ojo que hay muchas grabaciones de regular calidad, solo tienen garantía las de las discográficas Columbia, para su primera época, Decca para las de los años 40 y Verve para los años 50.
Los que ya la conocen, que serán la mayoría, volverla a escuchar y los demás descubrirla ya y no hagáis como yo que tanto tarde, no os arrepentiréis.
Tienes toda la razón. Te puedes encontrar con cualquier compilado de Billie Holiday que es para poner una denuncia a la discográfica. Es tremendo. Y lo mismo pasa con otros artistas como Cole Porter, Robert Johnson, Louis Armstrong...
ResponderEliminarHace pocos años compré uno en El corte inglés de Not Now Music titulado "The Great American Songbook" y de verdad que se me quitaron todas las ganas de seguir escuchando a Billie (lo mismo me pasó con otro de Marvin Gaye de la misma discográfica). La calidad de sonido era horrible.
Y de esto hasta que me topé con más opiniones de lo grandiosa que es la voz de la mejor y una de las más influyentes voces femeninas del Jazz y me compré el "Lady Day - The Best of Billie Holiday" de Columbia y y todo cambió. Eso ya era digno de escuchar. A partir de ahí ya quise saber más de su discografía e ir comprando álbumes.
Hay que tener mucho cuidado con lo que se compra, por que te pueden meter cada grabación que de verdad...
Buen artículo. Un saludo.