El triunfo de Hollande ni era fácil ni estaba cantado. Todos los progresistas europeos hemos estado estas dos últimas semanas con el alma en vilo. Las elecciones presidenciales francesas podían ser una frustración o el comienzo de un cambio en Europa. Como otras muchas veces la izquierda francesa en la segunda vuelta electoral ha dado un ejemplo de unidad y disciplina de voto y Hollande ha conseguido también votos del centro, lo que sin duda ha sido muy importante para superar el 50%.
Hollande ha vencido el primer y decisivo round, pero tiene aun un difícil reto en el próximo mes de junio: que el centro-izquierda y la izquierda ganen las elecciones legislativas, evitando así la difícil cohabitación entre un presidente de izquierdas y una mayoría parlamentaria de derechas. Y supongo que la derecha europea, los mercados, las bolsas, no se lo van a poner fácil, como ya hicieron cuando triunfo Mitterrand.
Grecia de una manera mas compleja también ha dicho que no esta de acuerdo con estas políticas neoliberales de salida de la crisis. El avance de la izquierda postcomunista y sus aliados, siendo impresionante, sin embargo no puede compensar la debacle de la socialdemocracia del PASOK, con resultados bien merecidos tras su desastrosa gestión de gobierno, pero que van a hacer muy complicada la gobernabilidad del país, con la derecha siendo el primer partido y con el crecimiento, siempre relativo, del fascismo. En todo caso las autoridades comunitarias tendrán que asumir que el dogal en el cuello de los griegos no puede seguir atenazándolos y tendrán que aflojar y pronto.
En otro plano diferente, aunque también significativo, la izquierda se recupera en otro estado alemán y lo pierde Merkel y la actual coalición gobernante.
En definitiva, siendo un error que echáramos las campanas al vuelo, hoy se ha abierto una puerta a la esperanza en la Unión Europea, las cosas ya no serán iguales que con el eje Sarkozy-Merkel. Otras voces y otras propuestas se van a oír en las instituciones europeas. Incluso gobiernos de la derecha como el nuestro o el de Portugal se pueden ver favorecidos por los nuevos vientos de cambio en las políticas de estricto ajuste.
Ahora es el momento de exigir e imponer la ampliación de los plazos de cumplimiento de déficit y de impulsar políticas de moderada expansión que favorezcan a medio plazo el crecimiento y detengan el desmoronamiento de las políticas de bienestar social.
Debemos tener claro que Hollande no es el Capitán Trueno ni Indiana Jones y que la batalla contra el neoliberalismo no la puede dar el solo. Tenemos que estar todos los sectores progresistas europeo empujando sin cesar en la misma dirección, esa es la única garantía de que el cambio que hoy se vislumbra se convierta en una realidad en poco tiempo, porque no podemos olvidar que hoy por hoy la derecha sigue siendo muy mayoritaria en Europa.
En todo caso, gracias amigos y amigas francesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario