El desencadenante de la huelga general ha sido la reforma laboral impuesta por el gobierno. Pero no es esa la única causa de la misma. La crisis que ni los trabajadores, ni la mayoría de la ciudadanía han provocado, sino poderosas minorías, una parte de las cuales además se están beneficiando mas aun, esta siendo aprovechado para recortar la democracia. Esta afirmación puede parecer demagógica, interesada, oportunista….Vayamos por partes.
Los países débiles de Europa que mas estamos padeciendo la crisis, estamos sufriendo un recorte de nuestra soberanía popular. Se cambian gobiernos, se modifican decisiones parlamentarias de política económica y social, se mandan controladores para ver si cumplen puntualmente los deberes. A mi no me parecería mal, que los Estados de la Unión Europea, todos, cedieran mas competencias nacionales a la Unión Europea a través del Parlamento de Estrasburgo, elegido democráticamente y siempre que todos asumieran las mismas medidas de control que se decidieran en Estrasburgo. Eso seria avanzar en el proceso de construcción de Europa. Muy distinto es lo que hoy esta pasando. Dos gobiernos y el Banco Central Europeo son los que marcan que han de hacer o deshacer los demás. Eso no es democracia, es un nuevo tipo de imperialismo, mas sofisticado que el que conocimos hace un siglo pero mucho mas efectivo.
También nos quieren recortar la democracia institucional dentro de nuestro país. O que es sino la supresión de órganos de participación social que están adoptando la mayoría de las Comunidades Autónomas o las que prepara el gobierno del Estado. O la supresión de órganos de control o reguladores de la gestión publica y privada que esta preparando Rajoy y que justifica en ahorro de sueldos y gastos de funcionamiento, como si no se pudiera ahorrar cambiando las condiciones económicas de sus miembros pero no las funciones de los órganos. O la descapitalización de RTVE, el único medio audiovisual independiente y respetuoso con el pluralismo y la calidad de lo que se emite.
Nos están recortando la democracia social. Los derechos de protección social por los que venimos luchando desde el franquismo y que el avaricioso capitalismo español quiere reducir para impulsar mas aun el beneficio privado en la educación, la sanidad, las pensiones o los servicios sociales. ¿O es que puede haber democracia sin derechos sociales? ¿O es que en Canadá, los países nórdicos, Austria, Nueva Zelanda y Australia, estados que todos ellos están resistiendo la crisis mucho mejor que nosotros y tienen unas políticas sociales muy superiores a las nuestras, se plantean sus gobiernos recortar los derechos sociales? Quieren vaciar de contenido la Constitución de 1978. Esos a los que se les llena la boca al hablar de nación, bandera e idioma, sea el PP en Madrid o CIU en Cataluña, querrían una patria solo para los mercaderes y olvidando que casi el 25% de su población están en riesgo o en situación de pobreza.
Y encima nos quieren quitar los limitados derechos democráticos en las empresas, Con la excusa de luchar contra la crisis y crear empleo, quieren que volvamos al siglo XIX, al capitalismo salvaje. Ya están diciendo que les sobran los sindicatos y los convenios colectivos y a lo mejor pronto les oímos decir que la edad de entrada al trabajo hay que rebajarla y retrasar aun más la edad de jubilación. Eso sí, algunos todavía se atreven a decir que la empresa es un interés común para el patrón y el trabajador.
Esta no debería ser una huelga obrera ni de los afiliados a los sindicatos, ni de la gente de izquierdas. En esta huelga deberían tener un protagonismo muy activo todas las clases medias y la inmensa mayoría de los votantes de la derecha. Porque que nadie se engañe, el recorte de derechos sociales y democráticos si no lo impedimos y se consolida, no hará distingos por ideología o si se tiene carrera universitaria, chalet adosado y dos coches. La inmensa mayoría hoy y nuestros hijos y nietos mañana saldremos perdiendo; también mis primos, mis cuñados, mis vecinos, que votan al PP mas pronto que tarde lo lamentaran intensamente.
Por ello esta es una huelga para defender la democracia. Y un último apunte. Esta es una huelga útil. Su sola convocatoria y la intensa campaña explicativa de los sindicatos y los partidos de izquierda ya ha dado un resultado.: Andalucía no tendrá un gobierno de la derecha. Las cosas se pueden cambiar a mejor, pero hay que ponerse a ello.
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