sábado, 10 de marzo de 2012

HUELGA GENERAL: TODOS PODEMOS PARTICIPAR


El abogado laboralista catalán Francesc Layret, asesinado en 1920 por un pistolero de la patronal, dijo “que los trabajadores hacen huelga, no porque no quieran trabajar, es porque lo quieren hacer en mejores condiciones”. Lo mismo se podría decir de la huelga general convocada para el día 29 de marzo por los sindicatos de clase.

Estoy seguro que a las direcciones de CCOO y UGT no les seduce para nada realizar una convocatoria de estas características en un país como el nuestro con mas de 5 millones de parados, una crisis que atenaza a la mayoría de las familias, un miedo a las represalias empresariales bastante extendido y unos medios de comunicación que en su mayor parte van a ser hostiles hasta la infamia. No es una decisión fácil de tomar, porque además los sindicatos arriesgan mucho con ella, así que han hecho y harán hasta el último minuto todo lo posible por no tener que acudir a esta medida ultima de lucha sindical.

Pero no hay otra salida. El gobierno del PP y de CIU no ha dejado otra posibilidad. Rajoy contaba con ello y hasta es posible que le venga bien para alardear ante sus colegas de la Unión Europea de su firmeza y de lo radical de la reforma. Una huelga general, sin elecciones políticas a la vista que puedan erosionar sus resultados, es un “aval de credibilidad”  para un gobierno neoliberal.

El desmantelamiento del derecho del trabajo, el recorte de derechos sociales, el deterioro de los servicios públicos, a la par que el dueño de Zara se convierte en el 5º hombre mas rico del mundo, no se puede dejar sin respuesta, pues de lo contrario no habrá limites a la ofensiva contra nuestras condiciones de vida y trabajo. Por eso es tan importante que la huelga sea un gran éxito, lo que no va a ser nada fácil. Nos jugamos mucho. Si sale bien, el gobierno, antes o después, tendrá que rectificar y sobre todo pensarse mucho cuales van a ser los pasos siguientes a dar.

Todos podemos hacer huelga, aunque es evidente que el sacrificio no va a ser igual para todos, unos corren más riesgos que otros y tendremos que estar muy atentos a las represalias laborales o policiales. Todos podemos hacer huelga, incluso los parados, los pensionistas, los niños, las amas de casa, los estudiantes que ya no tienen clase, se trata de paralizar cualquier actividad del país, vaciar las calles, las empresas, las oficinas publicas, los centros de ocio, las guarderías y colegios, los centros de salud y las iglesias. Como lo hicimos en la huelga general de diciembre de 1988.

Y tendremos que seguir moviéndonos. La ofensiva contra la ciudadanía va a ser larga e intensa. Nuestra respuesta deberá ser proporcionada, pero tendremos que seguir luchando, están en cuestión nuestros derechos y sus privilegios. Hay otra salida a la crisis y al paro.


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