Los viejos izquierdistas decían “que el capital no tiene patria”. Y si antes era cierto, ahora es más verdad que nunca. Incluidos algunos prohombres de la economía de nuestro país, como Amancio Ortega, creador y propietario del gran emporio Inditex, con sus marcas “Zara”, “Pull & Bear”, “Massimo Dutti”, “Bershka” o “Zara Home”. No seré yo quien se sienta molesto con el hecho de que un compatriota sea el impulsor de una de las mas importantes multinacionales del mundo, mas aun cuando lo ha conseguido con mucho esfuerzo, riesgo, creatividad, olfato comercial, etc. Pero tampoco es cuestión de cerrar los ojos ante la realidad de Inditex.
Para empezar y sin caer en la envidia malsana hacia los grandes nuevos ricos y sin negar su talento y capacidad, hay que pensar que de algún lado debe salir la inmensa plusvalía de ese inmenso negocio. El dinero no sale de la nada, como la energía se transforma. Y para que Inditex haya acumulado esos ingentes beneficios, muchos han tenido que aportar su granito de arena. No se si el secreto esta en los talleres de Malasia, de Singapur, de la India, de China o de Latinoamérica. Pero muchos en muchos sitios han tenido que trabajar por muy bajos salarios y condiciones laborales para que Inditex logre esa plusvalía. Por supuesto que no descubro nada nuevo, pero a veces da la impresión de que la plusvalía es un concepto obsoleto, propio de malvados patronos del siglo XIX. No, hoy, mas que nunca la plusvalía es una palpable realidad, aunque tengo el rostro amable de Amancio Ortega. Por cierto, a diferencia de otros grandes multimillonarios surgidos de la nada, especialmente los norteamericanos, Ortega no ha sumido ese nuevo concepto de la responsabilidad social empresarial y su Fundación para obras sociales da risa por sus microscópicas dimensiones.
Dejando a un lado esto, que ya es dejar, hay algo que resulta especialmente sonrojante, como es su evasión fiscal, aunque sea con métodos muy sofisticados. Supongo que Inditex tendrá excelentes asesores jurídicos y fiscales, no como el bobalicon de Urdangarin, pero mas allá del cumplimiento estricto de la legalidad es impresentable que una parte de los negocios de este imperio se localicen y tributen fuera de España, para ahorrar costes. Estoy convencido que con lo que deja de tributar Inditex en España se podría pagar mas que de sobra el recorte del gasto en atención a la dependencia, que empezó Zapatero en mayo del 2010 y ha acentuado Rajoy en sus primeras decisiones de ajustes sociales.
Me parece estupendo que el nuevo gobierno anuncie medidas de lucha contra el fraude fiscal, ¡ya era hora! Y de paso vaya vergüenza para sus antecesores que muy poco hicieron al respecto. Pero también hay que luchar contra la “evasión de guante blanco”. Y si este gobierno no se decide a ello, los ciudadanos tendremos que sacar los colores a Inditex, al Sr. Amancio Ortega y a su primer ejecutivo Pablo Isla. Y empezaremos por decir que devuelva inmediatamente la Gran Cruz del Merito Civil que el Ministerio de Asuntos Exteriores le concedió en el año 2009, porque lo que esta haciendo ni tiene merito ni es civil, es simplemente una vergüenza y es una conducta muy poco patriótica. Y a todo esto ¿qué dice Rouco Varela, porque el Evangelio es muy claro y tajante en lo que se refiere a ricos y pobres?
Que gran razón en cada una de las palabras escritas. Un atento saludo.
ResponderEliminarINDITEX ZARA DENUNCIAS