Tentado estoy de escribir sobre esos bandidos de cuello blanco que consiguen poner en aprietos a gobiernos de las principales potencias del mundo, con la mascara de agencias de calificación. Pero no van a lograr amargarme el fin de semana. Y para bandoleros los del siglo XVIII en Sierra Morena que aparecen en la novela y película EL MANUSCRITO ENCONTRADO EN ZARAGOZA. Inicialmente fue una novela escrita por el polaco Jan Potocki a caballo entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. En su día no tuvo especial repercusión y tan solo tras su recuperación y reconstrucción a mediados de los años 50 del pasado siglo XX en Polonia y después en Francia, se convirtió en un éxito y novela de culto. Una de sus ultimas y ya completa versión se edito en España en el año 2002. Es una novela fascinante, de casi mil paginas, eso sí muy difícil de leer y seguir, ya que se van entrelazando diversas historias, personajes y lugares, que aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer, todo ello con un tono fantástico y misterioso desorbitado.
En el año 1965, uno de los mejores y mas personales directores de cine polaco, Wojciech J. Has, realizo una película, con el mismo titulo, en la que adaptaba la primera y mejor parte de la novela. La película obtuvo un gran éxito en Polonia, en diversos festivales internacionales de cine y también en los circuitos de cine forum progresistas de nuestro país a finales de los años 60 y 70, colándose entre los resquicios de la censura fraguista. Aun recuerdo las bromas que nos gastabamos los fans de esta película con uno de sus personajes mas atrabiliarios, el pastor Pacheco.
La he vuelto a ver varias veces mas y siempre me ha impresionado. Desde luego es una película bastante difícil, poco comercial, dura de seguir en sus casi tres horas de duración, que hay que contemplar con atención para no perderse, pero que desde luego merece y mucho la pena. Es una historia ambientada en la España de principios del siglo XVIII en un camino que cruza Sierra Morena. En ella se suceden todas las situaciones y personajes tópicos-típicos de nuestro país de aquellos tiempos: bandoleros, soldados de infortunio, ermitaños, demonios, judíos y musulmanes camuflados, la Inquisición, caballeros prestos a batirse en duelo, bellas y seductoras huríes, hechiceras, cadáveres comidos por los buitres, posadas misteriosas, pueblos medio en ruinas, paisajes desolados... La película mantiene el estilo de la novela con historias dentro de historias, con un montaje entre expresionista y surrealista, con escenas y decorados que se inspiran en Los desastres de la guerra de Goya pero también en la época mas surrealista de Salvador Dali, con toques de erotismo, incluida relaciones lesbicas, menage a trois, etc. audaces para el tiempo y lugar donde se rodó.
El protagonista es Zbigniew Cybulski, uno de los mejores actores polacos, protagonista también de la inolvidable "Cenizas y Diamantes" de Wajda y que moriría en accidente de tren dos años después. La impresionante fotografía en blanco y negro, con un gran trabajo en interiores sombríos y escenas de noche, es de M Jahoda, uno de los mayores especialistas polacos. Y para redondear, la música es de K. Penderecki, quizás el mejor compositor polaco de música clásica contemporánea de la segunda mitad del siglo XX. Lo dicho, olvidemonos de Standar & Poor´s y disfrutemos con una de las mas interesantes y complejas películas de la historia del cine.
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