viernes, 27 de enero de 2012

ACUERDO SINDICATOS Y PATRONAL


Parafraseando la canción de Pete Seeger, “Turn, Turn, Turn”, hay un tiempo para avanzar, hay un tiempo para retroceder y hay un tiempo para mantenerse en la trinchera. Ahora estamos en tiempos de trinchera. Así es como debemos situar el Acuerdo firmado entre la patronal y los sindicatos.

La derecha política, económica y mediática, sino toda buena parte de ella, pretendía aprovechar la conjunción de la agudización de la crisis económica y la llegada del PP al poder estatal, autonómico y local, para borrar a los sindicatos del mapa. Además desnaturalizar la negociación colectiva, sacar a las pequeñas y medianas empresas de los convenios estatales, aumentar el poder empresarial en los centros de trabajo….y todo ello por decreto del gobierno. Ayudando en ese objetivo, en los últimos meses muchos empresarios  han ido bloqueando la renegociación de numerosos convenios y en otros casos han puesto a la representación sindical en la tesitura de elegir entre reducción de salarios o reducción de plantilla. El PP, como es sabido, en su programa electoral llevaba propuestas muy concretas para el retroceso de los derechos de los trabajadores y de los derechos sindicales. Por su parte diversos gobiernos autonómicos han empezado ya adoptar medidas en esa dirección.

Mientras tanto la crisis sigue su marcha impertérrita, destruyendo puestos de trabajo, situando el crecimiento económico en números rojos, amenazando el sistema de protección social…Ante esta situación los sindicatos tenían tres escenarios. Lanzarse a una movilización intensa y sostenida en el tiempo, como se ha hecho en ámbitos sectoriales como la Enseñanza Publica. Movilización que en el sector privado es mucho más difícil, sobre todo para aguantar a medio plazo. Otra posibilidad o mejor dicho riesgo, es que las movilizaciones fueran insuficientes o no dieran resultado y que sufriéramos una profunda derrota, como la que experimento el movimiento obrero ingles hace 30 años o como la que representa lo que ha firmado la UGT en Portugal.

La tercera opción era negociar el mantenimiento de lo esencial de los derechos laborales y sindicales, evitar retrocesos sensibles y no quemar las naves para avanzar en el futuro. Es lo que en mi opinión se ha hecho. La recuperación del dialogo social y la concertación es un triunfo de los trabajadores y de los sindicatos frente a quienes pensaban que los tiempos de la negociación con CCOO y UGT habían pasado ya a la historia. De hecho hasta el último minuto el Acuerdo estuvo en peligro por las resistencias de sectores empresariales.

El Acuerdo tiene básicamente dos componentes. El primero es la perdida nítida de poder adquisitivo y el incremento de la flexibilidad interna en los centros  de trabajo. Esta cesion es la aportación de la clase obrera española para intentar recuperar la economía, evitar mas destrucción de empleo, recuperar la competitividad de la economía española y posibilitar a medio plazo la creación de empleo. Es la solidaridad de los trabajadores en activo con los parados o con los que están amenazados de perder el empleo. El segundo es blindar de forma razonable el instrumento más poderoso que tienen los sindicatos para defender los derechos laborales: la negociación colectiva, evitando que el gobierno legisle rompiendo o debilitando la misma.

Que duda cabe que la apuesta sindical comporta renuncias económicas y por tanto no será bien aceptada o será denigrada  por mucha gente. Es una apuesta inteligente, pero no exenta de riesgos. Rajoy y su gobierno puede hacer dos cosas: respetar el Acuerdo y no entrar en una dinámica de recortes en los temas contenidos en el mismo o bien, como apunta el Ministro Luis de Guindos cuando comenta que es positivo pero insuficiente, tomar el Acuerdo como punto de partida y no como punto de llegada. Seria una grave irresponsabilidad que aprobando una brutal reforma laboral el Gobierno se cargara en la practica este Acuerdo, deslegitimara el dialogo social y dejara a los sindicatos con el culo al aire.

Los sindicatos además tienen un importante reto con este Acuerdo, como es trabajar mucho más la negociación colectiva, que va a ser más compleja a partir de ahora. Es un cambio en la cultura sindical que no va a ser fácil, pero que de hacerlo bien y esperemos que así sea, fortalecerá al sindicalismo y la ligazón de los sindicatos con los trabajadores en el centro de trabajo.

Los sindicatos han dado una prueba de solidaridad con la sociedad española. Ahora los demás tienen que tomar buena nota y mover pieza.

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