Cada día Ayuntamientos y Comunidades Autónomas anuncian nuevas medidas de recorte de gastos e inversiones, reducción de plantillas, retrasos en los pagos. A veces uno tiene la impresión de que estamos en una república bananera. ¿Como es posible tal desbarajuste en la gestión económica de las administraciones publicas autonómicas y locales?. ¿Como se puede admitir que haya Ayuntamientos que deban facturas desde el año 2008? ¿Como se puede tolerar que haya Comunidades Autónomas que como sistema paguen a sus proveedores con un año y dos de retraso? ¿Como se ha llegado al esperpento que el Ministerio de Defensa tenga una deuda de 26.000 millones de euros? ¿Como se puede justificar que la Generalitat de Catalunya anuncie que pagara a centros sociales y sanitarios concertados con meses de retraso? ¿Como pueden las Administraciones publicas españolas vulnerar de manera generalizada y masiva, disposiciones de la Unión Europea sobre penalizaciones por retraso en los pagos?.
Se ha gestionado mal desde hace tiempo. Se han presupuestado mal la relación de gastos e ingresos desde hace años. Se han reducido los impuestos de manera irresponsable. Se han abordado obras faraónicas de diversa índole sin medir las consecuencias a medio y largo plazo, guiados sobre todo por criterios de rentabilidad electoral. En definitiva numerosos responsables publicos han contraido una grave responsabilidad con la sociedad española. Pero eso al Fiscal General del Estado, obsesionado con Bildu, no parece preocuparle. Ni al Presidente del Gobierno, el mismo que hace tres años deliraba diciendo que ya habíamos adelantado a Italia y que pronto adelantariamos a Francia y que ahora tan solo dirige sus tijeras hacia los trabajadores y las clases medias. Ni a la CEOE, que con una visión suicida y cortoplacista pretende mantener sus beneficios recortando salarios, lo que, como todo el mundo sabe menos ellos, se traducirá en menos consumo y menos actividad económica. Y por si fuera poco el Rey nos advierte que la sociedad española tendrá que afrontar muchos sacrificios en el próximo futuro, eso si lo dice después de haber asistido en el extranjero a un salón de deportes náuticos.
Desgraciadamente una buena parte de la población de nuestro país considera que esto solo lo puede arreglar Mariano Rajoy. Pronto despertaran amargamente de ese sueño. Aun estamos a tiempo de evitarlo. Pero no volviendo a caer en los mismos errores. Es posible que a muchos no nos guste Cayo Lara, que Equo nos parezca un club de amiguetes o que nos nos fiemos de los nacionalistas de izquierda vascos, gallegos o catalanes. Pero solo una fuerte presencia de todos ellos en las próximas Cortes podrá ayudar a que salgamos de este marasmo.
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