No seré yo quien critique a los Sindicatos de clase, que no tienen ninguna responsabilidad en el desastre político y económico del país. Pero algo estamos haciendo mal. Llevamos varios años en los que, salvo contadas excepciones, las manifestaciones y otras formas de movilización sindical van perdiendo progresivamente participación. Se han barajado diversas explicaciones al respecto, a menudo poco convincentes. Pero el 15-M ha cuestionado algunas de esos argumentos. La gente en las calles durante el mes de junio, eran muy muy superiores a las ultimas convocatorias sindicales o políticas. Hoy, aunque los organizadores desde la tribuna han hablado de 25.000 participantes, la realidad era algo distinta, desgraciadamente. ¡Y con la que esta cayendo! Es difícil encontrar mas motivos para salir a la calle que los que tenemos aquí y ahora. Sin despreciar el efecto desmoralizador y desmovilizador en la ciudadania de una larga crisis, de renuncias y de actitudes incomprensibles de la izquierda en España y fuera de España, ademas algo no estamos haciendo bien. Hoy se ha hecho un gesto. No ha habido esas insoportables intervenciones que nos brindan algunos lideres sindicales, con esa verborrea que consiguen que la mayoría de los asistentes se marchen a los bares vecinos a tomarse una cerveza. Esta vez han sido dos jóvenes actores quienes han leído un manifiesto.
Los sindicatos tenemos que hacer un serio y profundo esfuerzo de reflexión de porque estamos perdiendo la interlocución con amplios sectores de los trabajadores y desde luego con los jóvenes. Tenemos que entrar a fondo, sin masoquismos, pero sin paños calientes, en esa escandalosa posición en la que nos sitúa la opinión ciudadana, como una de las instituciones peor valoradas, incluso por detrás de los empresarios. No podemos quedarnos tranquilos. Es algo gravisimo. Como es muy preocupante que una parte de lo jovenes del 15-M, (aunque estén claramente manipulados por organizaciones antisistema o extremistas, nos dirijan tan duras criticas e incluso saboten actos convocados por los sindicatos). Vamos a vivir tiempos muy duros en los próximos años, con el PP gobernando por todas partes. No podemos dar señales de debilidad, como las de hoy o la derecha nos correra a gorrazos y la reducción unilateral de liberados sindicales (mas allá de la opinión que podamos tener cada uno sobre algunas actitudes y abusos que se hayan podido producir) es un primer aviso. La izquierda política y social, los sindicatos, vamos a tener que defender nuestros derechos con inteligencia, firmeza y fuerza. Para ello es imprescindible pensar y cambiar lo que haga falta y pronto. Manifestaciones escasas como las de hoy habrán hecho felices a los del PP, que pensaran que Zapatero les esta dejando el camino expedito, incluyendo la debilidad del movimiento sindical.
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