Los economistas y los expertos financieros de la derecha se han vuelto a equivocar. La defensa a ultranza de los intereses de sus amos les ciega. La reducción de la inversión publica, el recorte de prestaciones sociales, la congelación o bajada de los salarios, cuando se mantiene en el tiempo y encima viene acompañado de la disminución tremenda del crédito bancario, provoca una profunda caída de la actividad económica, un retraimiento del consumo privado, lo que se traduce en caída del empleo, menos aportaciones fiscales...etc. No hace falta ser un lince para saberlo. Cualquier tendero lo sabe: sin consumo no hay nada que hacer. Los pocos economistas serios de la izquierda lo vienen anunciando. Han advertido del error que cometió el gobierno del presidente norteamericano Rooselvet en la segunda mitad de los años 30, cuando freno en seco la iniciativa publica que promovió en la primera mitad de esa misma década con los programas de la New Deal, y provocó un retroceso en la recuperación económica que ya había comenzado y una nueva caída en la recesión. Hitler saco a Alemania de la crisis con inversión publica, desgraciadamente una buena parte de ella, en industria armamentística. Hasta se ha dado cuenta de ello el Presidente de la Reserva Federal Norteamericana y ayer mismo la Directora del FMI, dos personas que no son precisamente de izquierdas.
Pero los grandes intereses especulativos han querido tirar por la borda los derechos sociales, el papel de la iniciativa publica, la presencia sindical y han convencido en sus pretensiones de saqueo a los gobiernos europeos, incluyendo a Rodriguez Zapatero y a su inefable ministra Salgado, a quienes habría que preguntarles de que les ha servido la reforma constitucional tras la que han recibido una brutal bofetada de los mercados. Es un viejo dicho, pero sigue estando vigente: "quien no aprende de los errores de la historia, esta condenado a repetirlos". En esas estamos y el bueno de Alfonso Guerra haciendo, por enésima vez, demagogia barata en el mitin de la UGT en Rodiezno, como si el no hubiera votado hace tres dias la reforma constitucional.
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