martes, 13 de septiembre de 2011

ALIMENTANDO EL VICTIMISMO NACIONALISTA

En los últimos meses, el gobierno de CIU, en la medida que iba poniendo en marcha su política neoliberal, se ha ido encontrando con crecientes respuestas sociales de oposición, desde los sindicatos, a organizaciones de profesionales o asociaciones de vecinos, por no hablar del 15-M catalán.Ello le ha obligado a rebobinar o ralentizar sus decisiones. Pero mira por donde el poder judicial le ha vuelto a brindar en bandeja la excusa para un cierre de filas de la inmensa mayoría de la sociedad catalana, que el gobierno de Artur Mas ha querido capitalizar rápidamente. Los tribunales españoles, sobre todo en los últimos años, nos tienen acostumbrados a interferir en la política con escaso sentido de la oportunidad. El año pasado tuvimos la increíble sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Este año el no reconocimiento de SORTU. Ahora sobre la política lingüística del sistema educativo catalán.Y para mayor inri a unos días de la celebración de la Diada. Es que ni adrede. Me figuro al presidente Artur Mas frotándose las manos de alegría. Ya tiene un motivo para desviar la atención de sus intentos de graves recortes de derechos sociales. Quien le iba a decir hace unas semanas que iba a tener a la izquierda social y política de Cataluña movilizandose contra el nacionalismo español y el a la cabeza.

Frente a las torpezas del gobierno de Rodriguez Zapatero en todo el proceso del Estatut, la catalanofobia atizada por el PP y sus medios de comunicación, y el desastroso final del Tripartito, la derecha nacionalista catalana, cada día mas neoliberal, aprieta el acelerador, exacerbando el gran malestar existente en amplios sectores de la sociedad catalana contra el centralismo y el nacionalismo españolista. Hasta ahora CIU agitaba las banderas independentistas como elemento de chantaje negociador con los sucesivos gobiernos estatales para conseguir mas competencias y mas financiación. Es posible que la dirección de CIU, o una parte de ella, quieran seguir con el mismo sistema. Pero este es un juego cada día mas peligroso y ya dice el refrán que quien siembra vientos, recoge tempestades. El victimismo nacionalista catalan y el anticatalanismo de un aparte de la derecha española pueden conducirnos, ya hay sintomas mas que elocuentes, a una creciente separación entre la sociedad catalana y el resto de España. Lo que finamente hoy algunos políticos califican de "desafección de los catalanes", realmente se puede convertir en "hartazgo de los catalanes". Y ese camino ya veremos donde acaba.Por lo pronto algunos jueces han conseguido que una densa cortina de humo oculte las políticas neoliberales de CIU.

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