Una de las batallas mas importantes que se viene librando en nuestro país en los últimos años es en torno al sistema educativo. Todos sabemos que la dictadura nos dejo como una de sus herencias una educación publica muy limitada y de baja calidad y un predominio de la privada en manos de las ordenes religiosas.Los sectores progresistas y de renovación pedagógica de la transición sabían muy bien que hacer para cambiar el modelo educativo. La educacion como instrumento de igualdad de oportunidades había sido una piedra angular de los gobiernos socialdemócratas europeos y por ello la llegada del PSOE al gobierno en 1982 abrió grandes esperanzas al respecto. Las reformas educativas de los primeros años socialistas y en especial la LOGSE iban en esa dirección. Pero la reforma se quedo a medio camino. Felipe Gonzalez no dio suficiente importancia a la financiación adecuada de las reformas y no se atrevió a limitar el papel decisivo de la Iglesia. Y aunque hubo indudables e importantes avances, paulatinamente las reformas se fueron desdibujando. La llegada de la derecha al gobierno del Estado y de las Comunidades Autónomas en los años 90 permitió desandar el camino reformista.El regreso del PSOE en el 2004, no supuso un cambio apreciable en esa dinámica regresiva e incluso fue mucho mas permisivo con los privilegios de la Iglesia.
Las vacilaciones y errores socialistas, la prepotencia de la Iglesia y la desfachatez de la derecha autonómica en materia educativa tienen mucho que ver con la derechización de nuestro país, con el reforzamiento de la ideas conservadoras.Estamos entregando la educacion de los jóvenes a la Iglesia y adlateres, que están imponiendo unos valores muy alejados de los recogidos en la Constitución de 1978.La posible llegada del PP al gobierno del Estado puede ser la puntilla para el definitivo deterioro de la enseñanza publica y para que la enseñanza privada reaccionaria se imponga a todos los niveles.Encima la crisis económica y las políticas neoliberales del gobierno, están dando formidables argumentos a la derecha para ese desmantelamiento de la enseñanza publica. Por eso es tan importante la movilización social que esta surgiendo en el sector. Nos jugamos mucho en esta batalla, no solo los profesionales de la enseñanza. Todos los progresistas, los laicos, nos jugamos que estos valores constitucionales se conviertan en patrimonio de una pequeña minoría o aspiren a ser mayoritarios en la sociedad española. Además hay otra vertiente fundamental que no podemos olvidar. Una educacion publica al alcance de todos y de calidad, es la mejor garantía para conseguir un país competitivo y con mayor igualdad social. Si perdemos esta batalla, las clases trabajadoras, las clases medias y el conjunto de España sufrirá un retroceso en su calidad de vida, en el bienestar social, en la igualdad de genero, en la movilidad social. Así pues debemos tener claro que no podemos dejar solos a los profesores y a los estudiantes.
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