jueves, 12 de abril de 2012

ESPERANZA AGUIRRE: UNA PROPUESTA NADA INOCENTE



Hay muchos  en la izquierda que ya desde los tiempos del programa de televisión  “Caiga quien caiga” se ríen y menosprecian a Esperanza Aguirre. Yo nunca lo he hecho. Y no lo hago desde que un día en 1993, siendo Director del IMSERSO y en plena hegemonía socialista, la invite como Concejala del Ayuntamiento de Madrid a un acto institucional con el movimiento asociativo y sin ningún complejo se salto su papel de simple saludo y  nos dio una lección neoliberal sobre “la sociedad del bienestar”, que por cierto conecto con bastantes de los presentes, teóricamente gentes progresistas.

Alguien que es capaz de ganar por mayoría absoluta dos veces consecutivas, no es para tomársela a broma. Tiene la seguridad prepotente de las clases dominantes de toda la vida y la confianza en si misma que da unas sólidas y extremistas convicciones ideológicas. Y al igual que la alcaldesa de Valencia, Rita Barbera, otro animal político de cuidado, mezclan el neoliberalismo sin límites con la desfachatez del populismo mas descarnado. Ese cocktail les permite conectar con el sentir de mucha gente y barrer a la izquierda en las urnas. Así que, como quiero un gobierno de izquierdas en Madrid y no lo veo fácil,  me la tomo muy en serio-

Lo último que ha dicho no es ninguna ocurrencia ni metedura de pata. Proponer el desmontaje del Estado Autonómico, por ser un obstáculo para mantener los niveles de  bienestar  social y presentándolo como “un invento de los políticos para tener empleo”, es algo que, con mayor o menor grado de articulación ideológica, piensan cada vez más personas en nuestro país y desde luego no solo de derechas. Un discurso centralista que hasta les viene bien a la derecha nacionalista catalana y vasca, y por supuesto a Convergencia i Unio emperrada en obtener un insolidario régimen foral para Cataluña al igual que tiene el país Vasco. Ya ha salido Artur Mas diciendo que esta es la consecuencia del “café autonómico para todos” ideado por Adolfo Suárez para rebajar los derechos nacionales de vascos y catalanes.

Esperanza Aguirre se ha atrevido a decir en público y sin tapujos lo que piensan una buena parte del PP y otros políticos del arco parlamentario e incluso sindicalistas insignes. Ha puesto a rodar un debate que solo perjudica a la izquierda, que hasta ahora hemos sido incapaces de articular una propuesta convincente de convivencia del Estado Autonómico tal y como establece la Constitución y del Estado de Bienestar Social,  en un contexto de grave y prolongada crisis económica.

Los mas de izquierdas acomplejados por los sucesivos órdagos de la derecha nacionalista y la izquierda que ha sido gobernante condicionada por espesas redes de clientelismo político autonómico, no hemos articulado todavía una corrección del actual funcionamiento del Estado Autonómico que no sea una vuelta al centralismo, pero que supere el error de “café para todos” y que permita avanzar en la consolidación del Estado de Bienestar Social.

Como la izquierda no nos espabilemos pronto ofreciendo una alternativa constitucional, viable y creíble, el neoliberalismo demagógico y populista de Esperanza Aguirre nos volverá a ganar; seguiremos otra legislatura haciendo chistes sobre ella sentados en la bancada de la oposición. 

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