miércoles, 5 de marzo de 2014

CHRISTINE LAGARDE NOS QUIERE GOBERNAR, AUN MAS


En los años 30 del siglo XIX se hizo muy popular en España una canción que empezaba con el estribillo “María Cristina me quiere gobernar”. Hacía referencia a la actitud dominante de la reina María Cristina Borbón Dos-Sicilias, viuda del nefasto Rey Fernando VII, al que éste en su testamento había dejado como regente hasta que la hija de ambos, la futura y no menos nefasta Isabel II, tuviera edad de gobernar.

Pues bien, Rajoy y con él todo el Consejo de Ministros, seguramente están acordándose de esta canción, a la vista de la actitud de Christine Lagarde, directora gerente del FMI.

La abultada trayectoria de errores cometidos por el FMI a lo largo de su historia y muy en especial en los años de esta crisis, no parece desanimar a sus directivos y a su cabeza a Madame Lagarde. Sigue machacándonos a los españoles con su obsesión de más reformas laborales, a lo que añade ahora la petición de un incremento de los impuestos indirectos.

Con mas del 25% de la población en paro, con una práctica de buena parte de las empresas que reiteradamente se caracteriza por utilizar la legislación laboral para despedir, abaratar condiciones de trabajo, precarizar los contratos o enterrar la negociación colectiva, pedir mas de lo mismo, resulta realmente indecente.

Desde la primera reforma del Estatuto de los Trabajadores en los años 80, a poco de haberse aprobado, hasta la ultima reforma de Rajoy de hace apenas dos años, la historia ha evidenciado que las reformas laborales no sirven para crear nuevo empleo neto sino para reducirlo o en el mejor de los casos empeorar las condiciones del trabajo existente.

Por lo general las reformas laborales en épocas de crisis pretenden manipular el clima de preocupación social que se genera, aprovechándolo para  recortar los avances que a través de la negociación colectiva consiguen los sindicatos en los periodos de crecimiento económico. Los empresarios crean empleo neto cuando tienen razonables perspectivas de reactivación de la actividad económica, cuando consideran que van a vender y exportar mas, que van a ver reducidos sus stocks. Por eso, por mucho que se reforme el mercado laboral o se rebajen las cotizaciones patronales a la Seguridad Social como acaba de hacer Rajoy, el empresario, si no ve expectativas de negocio, no contrata, todo lo mas sustituye empleo indefinido por temporal, empleo a tiempo completo por a tiempo parcial, trabajadores mayores con más altos costes salariales por trabajadores más jóvenes y con salarios más bajos.

Esto es algo plenamente sabido por cualquiera que conozca la realidad del mercado de trabajo de nuestro país y estoy seguro que Christine Lagarde lo sabe.

Como también debería saber que el incremento de la imposición indirecta, es decir fundamentalmente el IVA, a quien más perjudica es a las clases trabajadoras y a buena parte de las clases medias. Tiene efectos negativos en el consumo, ya que tras seis años de crisis, deterioro o perdida de los ingresos salariales, congelación de las pensiones, recorte de las prestaciones de desempleo, desvalorización de las propiedades inmobiliarias y de los activos en Bolsa, mucha gente se ha quedado sin ahorros, lo que ha reducido sustancialmente su nivel de consumo. Si ahora se incrementa el IVA, habrá aun menos consumo y si hay menos consumo, inevitablemente habrá menos actividad económica, menos empleo y las posibilidades de crecimiento económico o desaparecen o se ralentizan aun más.

Christine Lagarde defiende que en España hay que seguir reduciendo el déficit y que por tanto no es el momento de hacer alegres rebajas fiscales, como parece ser esta preparando el gobierno para salir airoso en las próximas convocatorias electorales. En eso tienen razón la directora del FMI: en España no se debe bajar la presión fiscal. Pero la vía que propone Lagarde es un nuevo error de apreciación del FMI. Hubiera sido más adecuado proponer un incremento de la base tributaria, combatiendo eficazmente el fraude fiscal, la ingeniería fiscal, la tupida red de exenciones y bonificaciones fiscales e incrementando de manera paulatina y selectiva el impuesto de sociedades, además de recuperar el impuesto de sucesiones y de patrimonio. Claro que esta política fiscal nunca le ha gustado al FMI, que tradicionalmente ha defendido los intereses de las minorías dominantes, sea quien sea la persona que haya estado al frente de este organismo.

Así que Christine no te queremos hacer caso, porque lo que propones para España es injusto y encima no sirve para salir de la crisis. Otra cosa es lo que haga Rajoy.    

¿Os imagináis al Consejo de Ministros entonando la vieja canción, con algunos cambios para la ocasión?

“Christine Lagarde nos quiere gobernar
y nosotros le seguimos, le seguimos la corriente
pero no queremos que diga la gente
que Christine Lagarde nos quiere gobernar”




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