Aunque a nosotros tampoco nos dejan
tranquilos: nos dan una de cal y otra de arena. Reconocen que hemos avanzado
bastante en las reformas y medidas de contención del gasto, pero avisan que no
nos podemos conformar y que deberemos seguir apretándonos el cinturón, unos
mucho mas que otros, por supuesto.
Pero la Troika no esta tranquila
con la situación de Italia y Francia. Quieren dejar todo bien amarrado, por lo
que pueda pasar en las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de
mayo, no sea que las fuerzas progresistas tengan mayoría y haya un cambio en
las instituciones Comunitarias.
Es evidente que el tono que emplean con
Francia e Italia es mas suave y cuidadoso que con los demás países del Sur de
Europa. No en balde se trata de la tercera y cuarta potencia de la Unión. Pero aun y así,
el mensaje es claro: tienen que acelerar y profundizar sus reformas y muy en
especial la reducción de las administraciones públicas y los servicios públicos.
Es un evidente toque de atención a dos
gobiernos, “algo distintos”, con “políticas un poco diferentes”, que no encajan
a la perfección en el modelo que la
Troika considera el apropiado.
Hollande, a pesar de su reciente giro a
la moderación en relación con su
programa inicial, lo que dicho sea de paso le esta acarreando una intensa caída
de respaldo entre la ciudadanía francesa, sin embargo sigue siendo considerado
poco ortodoxo para los neoliberales, porque hasta el momento se ha negado a
reducir las políticas sociales y los servicios públicos en la medida que le gustaría
a la Troika.
En cuanto a Matteo Renzi, nuevo Jefe de
Gobierno de Italia, lo que ha recibido es un claro aviso, por si se le ocurre
sacar los pies del tiesto y hacer una política autónoma. La Troika tenía controlado al
anterior Jefe de Gobierno, Enrico Letta. No es que yo crea que Renzi sea muy de
izquierdas, es más pienso que podría ser el Tony Blair del centro izquierda
italiano, pero es un personaje aparentemente impulsivo, con ganas de marcar
territorio y que consideraba pusilánime a su antecesor. Por si acaso quiere ir
por libre, la Troika
le señala lo que tiene que hacer.
No podemos seguir así.
Las elecciones europeas de mayo tienen
que ser el punto y aparte de estas políticas neoliberales y de estas actitudes
de ordeno y mando por parte de una Troika que la ciudadanía europea ni ha
elegido ni controla.
El próximo quinquenio es el que va a
marcar la Europa
post-crisis, por eso es tan importante que al frente de las instituciones de la Unión estén otros políticos
que impulsen otras políticas. Los progresistas tienen que conseguir la dirección
de Europa para retomar el camino de la consolidación de una sociedad integrada,
cohesionada, solidaria. Tenemos que reconstruir el Pacto Político y Social que
en la segunda posguerra europea permitió el desarrollo de los Estados de
Bienestar Social y el proceso de la Unión Europea.
Si queremos que la Troika no imponga sus
recetas ni aquí ni en Francia ni en Italia ni en ningún otro país, debemos hacer un gran
esfuerzo de movilización para que el 25 de mayo nadie se quede en su casa sin
ir a votar y nadie vuelva a votar a los que nos han conducido al desastre.
Y algo mas cerca tenemos una cita
importante: el 22 de marzo las marchas solidarias a Madrid. Hay que llenar las
calles de la capital con nuestra presencia y nuestras propuestas.
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