Aunque se masque en el aire que estamos
a las puertas de la campaña de las elecciones al Parlamento Europea, más vale
tarde que nunca. Mariano Rajoy se ha comprometido con los Sindicatos y la Patronal a abrir un
proceso de dialogo social. No es la primera vez que lo hace en esta
legislatura, pero esperemos que esta vez vaya en serio.
Los temas que inicialmente se ha
previsto tratar son de gran calado: la reforma fiscal, la protección social
para los colectivos más perjudicados por la crisis, la negociación colectiva
para el próximo bienio (esta materia a negociar exclusivamente por parte de los
Sindicatos y la Patronal )
y la reforma de la formación ocupacional. Estos son los temas sobre los que hay consenso tratar, pero a nadie se le oculta que para los Sindicatos este posible dialogo social no es un borrón y cuenta nueva. No se van a olvidar dos años de recortes y plantearan en alguna fase de la posible negociación la reversión de al menos los mas significativos retrocesos.
Habrá quien se pregunte qué sentido
tiene iniciar un proceso de negociación tras mas de dos años de recortes, tras
la obstinación en continuar con una política económica en que cuadrar el déficit
según las indicaciones de la troika ha sido
la prioridad número uno.
A nadie se le oculta y desde luego a
CCOO y a UGT en absoluto, que esta es una apuesta arriesgada, con posibilidades
de que no se llegue a ningún punto de acuerdo o que donde el Gobierno este dispuesto
a ceder sea en temas de segundo orden.
Los Sindicatos llevan dos años en la
calle. Un domingo sí y otro también. Solos o junto a la Cumbre Social , las mareas
sectoriales, las organizaciones feministas, el mundo de la cultura u otros
movimientos reivindicativos. El próximo sábado 22 de marzo tenemos una
importante cita en Madrid, con la culminación de las marchas por la dignidad, a
las que se han sumado CCOO y UGT. El 3 de abril están convocadas grandes movilizaciones
en toda España y en el conjunto de la Unión Europea por los Sindicatos Europeos,
exigiendo otra política económica y medidas eficaces contra el paro. Se han
hecho dos huelgas generales y varias sectoriales o territoriales. Hemos hecho política
de resistencia a tope.
Así que por movilizarse que no quede y
se va a seguir haciendo, mientras haya motivos para ello.
Pero las movilizaciones sin resultados
palpables corren el riesgo de ir debilitándose. Ejemplos elocuentes los hemos
tenido en los últimos meses. Los Sindicatos están para defender a las clases
trabajadoras y conseguir que mejoren sus condiciones de vida. Tienen que lograr
objetivos, no solo protestar, denunciar o exigir. No solo realizar una
contundente oposición, hay que lograr que las cosas cambien.
Y los cambios se hacen por dos vías.
Derrotando en las urnas a los gobiernos que actúan contra los derechos de la mayoría
de la población y ocasiones vamos a tener en los próximos meses. Y mientras
tanto, negociando con los que tienen el Boletín Oficial y los Presupuestos en
su mano.
Por ello han acertado Ignacio Fernández
Toxo y Candido Méndez aceptando inmediatamente la apertura de una negociación.
Son sindicalistas, no filósofos o estetas. Y, repito, no va a ser nada fácil,
como no lo fueron a priori las numerosas negociaciones en las que han
participado los Sindicatos desde el desarrollo de los Pactos de la Moncloa hasta hoy.
He tenido la ocasión y la gran suerte de
estar en muchas de ellas y los primeros momentos de negociación con Abril
Martorell, con Fuentes Quintana, con Solchaga, con Almunia, con Solbes, con
Zaplana, etc., no animaban mucho a pensar que se iban a dar avances positivos.
Y lo logramos, desde luego que no siempre ni en la medida que queríamos. Se
rompieron y frustraron muchas negociaciones. Pero también es verdad que detrás
de cada conquista social de los últimos 37 años ha estado el esfuerzo
movilizador y la inteligencia negociadora de CCOO y UGT.
Hoy las posiciones entre el Gobierno, la Patronal y los Sindicatos
están muy, pero que muy distantes. No nos hacemos ninguna ilusión al respecto.
Pero nuestra obligación es intentarlo, sin generar falsas expectativas, con
absoluta transparencia sobre el proceso negociador, informando puntualmente a
la sociedad de cómo van las cosas.
Los millones de parados de nuestro país,
las cientos de miles de familias en situación de pobreza, no quieren mas
bonitas palabras de los gobiernos, ni meras consignas o denuncias de los Sindicatos
y de la oposición política. Quieren soluciones, resultados. Tenemos que
intentarlo, a pesar de que quienes se sientan enfrente sean Rajoy, Montoro,
Guindos o Fatima Bañez, los mismos que llevan dos años imponiéndonos recortes.
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