martes, 18 de marzo de 2014

DIALOGO SOCIAL: EL DIFICIL PAPEL DE LOS SINDICATOS


Aunque se masque en el aire que estamos a las puertas de la campaña de las elecciones al Parlamento Europea, más vale tarde que nunca. Mariano Rajoy se ha comprometido con los Sindicatos y la Patronal a abrir un proceso de dialogo social. No es la primera vez que lo hace en esta legislatura, pero esperemos que esta vez vaya en serio.

Los temas que inicialmente se ha previsto tratar son de gran calado: la reforma fiscal, la protección social para los colectivos más perjudicados por la crisis, la negociación colectiva para el próximo bienio (esta materia a negociar exclusivamente por parte de los Sindicatos y la Patronal) y la reforma de la formación ocupacional. Estos son los temas sobre los que hay consenso tratar, pero a nadie se le oculta que para los Sindicatos este posible dialogo social no es un borrón y cuenta nueva. No se van a olvidar dos años de recortes y plantearan en alguna fase de la posible negociación la reversión de al menos los mas significativos retrocesos.

Habrá quien se pregunte qué sentido tiene iniciar un proceso de negociación tras mas de dos años de recortes, tras la obstinación en continuar con una política económica en que cuadrar el déficit según las indicaciones de la troika ha sido  la prioridad número uno.

A nadie se le oculta y desde luego a CCOO y a UGT en absoluto, que esta es una apuesta arriesgada, con posibilidades de que no se llegue a ningún punto de acuerdo o que donde el Gobierno este dispuesto a ceder sea en temas de segundo orden.

Los Sindicatos llevan dos años en la calle. Un domingo sí y otro también. Solos o junto a la Cumbre Social, las mareas sectoriales, las organizaciones feministas, el mundo de la cultura u otros movimientos reivindicativos. El próximo sábado 22 de marzo tenemos una importante cita en Madrid, con la culminación de las marchas por la dignidad, a las que se han sumado CCOO y UGT. El 3 de abril están convocadas grandes movilizaciones en toda España y en el conjunto de la Unión Europea por los Sindicatos Europeos, exigiendo otra política económica y medidas eficaces contra el paro. Se han hecho dos huelgas generales y varias sectoriales o territoriales. Hemos hecho política de resistencia a tope.

Así que por movilizarse que no quede y se va a seguir haciendo, mientras haya motivos para ello.

Pero las movilizaciones sin resultados palpables corren el riesgo de ir debilitándose. Ejemplos elocuentes los hemos tenido en los últimos meses. Los Sindicatos están para defender a las clases trabajadoras y conseguir que mejoren sus condiciones de vida. Tienen que lograr objetivos, no solo protestar, denunciar o exigir. No solo realizar una contundente oposición, hay que lograr que las cosas cambien.

Y los cambios se hacen por dos vías. Derrotando en las urnas a los gobiernos que actúan contra los derechos de la mayoría de la población y ocasiones vamos a tener en los próximos meses. Y mientras tanto, negociando con los que tienen el Boletín Oficial y los Presupuestos en su mano.

Por ello han acertado Ignacio Fernández Toxo y Candido Méndez aceptando inmediatamente la apertura de una negociación. Son sindicalistas, no filósofos o estetas. Y, repito, no va a ser nada fácil, como no lo fueron a priori las numerosas negociaciones en las que han participado los Sindicatos desde el desarrollo de los Pactos de la Moncloa hasta hoy.

He tenido la ocasión y la gran suerte de estar en muchas de ellas y los primeros momentos de negociación con Abril Martorell, con Fuentes Quintana, con Solchaga, con Almunia, con Solbes, con Zaplana, etc., no animaban mucho a pensar que se iban a dar avances positivos. Y lo logramos, desde luego que no siempre ni en la medida que queríamos. Se rompieron y frustraron muchas negociaciones. Pero también es verdad que detrás de cada conquista social de los últimos 37 años ha estado el esfuerzo movilizador y la inteligencia negociadora de CCOO y UGT.

Hoy las posiciones entre el Gobierno, la Patronal y los Sindicatos están muy, pero que muy distantes. No nos hacemos ninguna ilusión al respecto. Pero nuestra obligación es intentarlo, sin generar falsas expectativas, con absoluta transparencia sobre el proceso negociador, informando puntualmente a la sociedad de cómo van las cosas.

Los millones de parados de nuestro país, las cientos de miles de familias en situación de pobreza, no quieren mas bonitas palabras de los gobiernos, ni meras consignas o denuncias de los Sindicatos y de la oposición política. Quieren soluciones, resultados. Tenemos que intentarlo, a pesar de que quienes se sientan enfrente sean Rajoy, Montoro, Guindos o Fatima Bañez, los mismos que llevan dos años imponiéndonos recortes.





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