En mi opinión los discos de Bruce Springsteen son buenos,
muy buenos o fantásticos. “HIGH HOPES”, su ultima y reciente grabación, se
encuentra entre las simplemente buenas, aunque la verdad es que cuanto más lo
he escuchado, más me ha ido gustando y gana con nuevos matices.
Los primeros segundos de la primera canción,
titulada precisamente “High Hopes”, no parece que estés oyendo un disco de
Springsteen, sino mas bien de Coldplay o de los U-2 de los últimos años. Hasta
que empieza a sonar su voz y dices, sí, es un disco del “Boss”.
Son doce canciones potentes, algunas de
ellas brillantes, muy guitarrero, con fuerte presencia de teclados, a veces con
voz y guitarras distorsionadas, que en bastantes momentos le acerca incluso a
los sonidos de las bandas mas evolucionadas del heavy metal y en otras a los
grupos mas duros del tecnopop, pero en el que también suenan violines, el banjo
o las voces de dos de sus hijos pequeños.
No es por tanto un típico disco de
Springsteen, parece mas bien que Bruce, que ya ha superado con creces los 60
años (tiene un mes mas que yo), ha decidido con esta grabación hacer un guiño a
los grupos mas enérgicos del rock de nuestros días. De hecho le acompaña como
invitado muy especial Tom Morello, guitarrista del grupo post punk y metal,
Rage against the Machine, que personalmente no me entusiasma.
El sonido del disco de Bruce es
apabullante como casi todos los suyos, no en balde participan, además de su
impecable banda habitual, algunos otros grandes instrumentistas. Aunque contiene
canciones de diversas etapas de Springsteen e incluso aparecen en sus créditos
de colaboradores algunos de sus músicos ya fallecidos, al final el cd resulta
bastante homogéneo. Hay además dos curiosidades, una versión de una canción de
Suicide, grupo de culto de los años 80, “Dream baby dream” y una revisión de
una de las canciones folkrock mas bonitas del propio Springsteen, “The ghost of
Tom Joad”, de la que realiza una atronadora versión casi heavy metal, que en mi
opinión queda lejos de la original.
En todo caso hay canciones magnificas,
como “American Skin (41 shots)”, una revisión, en este caso formidable, de una
anterior canción suya, “Just like Fire would”, magnifica versión de una canción
del grupo The Saints, “This is your sword”, con ciertos aires irlandeses o “The
Wall”. Hay también rocks potentísimos como “Heaven’s wall” o “Frankie fell in
love” o el ya citado “High hopes”. Y luego están las baladas de medio tiempo en
clave metal, que sonando bien, no podía ser de otra manera con la banda que le
sustenta, son lo menos conseguido de esta grabación.
En definitiva, no todos los discos de
Bruce tienen que ser maravillas, máxime con los años que lleva en activo y el
numero de grabaciones que nos ha brindado. Como habréis comprobado, no es de
los que mas me ha enganchado, pero lo seguiré escuchando hasta que termine por
gustarme mucho. En todo caso este disco esta varios kilómetros por encima de
casi todo lo que se esta haciendo en estos tiempos, salvo algunos discos de
estilo “Americana”, algo de soul y hiphop y en nuestra tierra, el maravilloso
Miguel Poveda, de cuyo ultimo disco con Mederos, escribiré el próximo domingo.
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