viernes, 29 de noviembre de 2013

UGT TIENE QUE TOMAR MEDIDAS, YA (Y P.D.:MAS VALE TARDE QUE NUNCA)


Hace 20 años, el escándalo de la gestión de la cooperativa de viviendas sociales de la UGT, la PSV, se llevó por delante al histórico y honesto Secretario General de este sindicato, Nicolás Redondo  y a su equipo. Aquella crisis, estimulada por sectores del propio gobierno de Felipe González, sobre unos hechos sin duda reales,  fue muy mal gestionada por la dirección ugetista, se pudrieron los problemas y el final fue un desastre.

En aquellos tiempos el sindicalismo de clase tenía un sólido arraigo y prestigio en la sociedad española, que tan solo unos pocos años antes había secundado de manera unánime el llamamiento a la Huelga General hecho por CCOO y UGT el 14 de diciembre de 1988 (fecha de la que pronto se van a cumplir 25 años).

Hoy de nuevo una mala gestión de la crisis abierta por las irregularidades en la gestión de los ERES en Andalucía por UGT, puede terminar con parecidos resultados.

UGT esta bloqueada, mas aun, noqueada y sin reflejos. El desgaste que esta sufriendo mes a mes, semana a semana, día a día, siendo portada de periódicos y en general de los medios de comunicación, incluso de los pocos progresistas que quedan, es tremendo y esperemos que no sea irreversible. Dejar para dentro de mes y medio la reunión de su máximo órgano de dirección andaluz para analizar la situación y tomar medidas es impresentable y demuestra un profundo alejamiento del sentido de la realidad.

Nadie en su sano juicio se puede alegrar de la situación por la que atraviesa la UGT, un sindicato fundamental para la defensa de los intereses de los trabajadores, de toda la ciudadanía. Debilitar a un sindicato como el ugetista es tirar piedras contra el tejado de todos los que vivimos de nuestro trabajo, de una pensión, de  prestaciones de desempleo y por supuesto para los millones de parados que no tienen nada.

Además la crisis de UGT afecta en gran medida a CCOO, a todo el sindicalismo de clase. La perdida de credibilidad no entiende de matices concretos o de diferencias, sin duda importantes, entre ambos sindicatos,  se extiende a los dos grandes sindicatos.

Lo que nos faltaba en medio de la larga y profunda crisis económica y social es que los sindicatos de clase se debilitaran. Que más quieren y esperan quienes desde el ámbito publico o desde los negocios privados trabajan con grandes medios por una salida neoliberal a la crisis, por un recorte de los derechos laborales y sociales, por una reducción del Estado de Bienestar Social.

Porque si este momento es duro, la salida de la crisis, el reparto de sus consecuencias y la gestión de la sociedad post-crisis, va a ser bien difícil y exigirá unos fuertes, activos, responsables, prestigiados, sindicatos de clase. Que nadie sueñe que las mareas y otros valiosos movimientos sociales van a gestionar la post-crisis; son  instrumentos de movilización pero tienen un evidente techo en su actuación, en su consolidación y permanencia. Las desvaídas manifestaciones de las últimas semanas son un toque de atención al respecto.

Que necesitemos como el aire a UGT y a CCOO, no puede ser, por supuesto, un cheque en blanco ni se puede justificar todo con paranoicas alusiones a las campañas de la derecha política, la patronal, juezas conservadoras y los medios de comunicación. Se han hecho muchas cosas mal y hay que asumirlo y pagar el precio político correspondiente, además de tomar las medidas oportunas que garanticen que nunca más vuelva a pasar.

Fernández-Toxo lleva desde el Congreso Confederal de CCOO,  el pasado mes de febrero, forzando un debate en profundidad en el sindicato sobre la necesidad de cambios en nuestra organización y acción sindical y a veces tengo la impresión  que sus esfuerzos no siempre son suficientemente correspondidos. Esperemos que la urgencia y dramatismo de la situación despejen el camino para afrontar con energía, valor y prontitud las transformaciones que tenemos que hacer.

Pero UGT no puede esperar ni un día más. Es una desgracia que el actual Secretario General de UGT-Andalucía lleve muy poco tiempo y que los problemas se hayan generado con el Secretario General anterior, pero así son las cosas. O se marcha todo el equipo de dirección andaluz o antes o después pueden arrastrar en su caída al propio Candido Méndez y su equipo.

(Horas después de haber escrito este post, se ha anunciado la dimisión del Secretario General de UGT-Andalucia. Prefiero no cambiar el post y solo añadir este párrafo. Estamos ante una buena noticia porque mas vale tarde que nunca. UGT ha dado un primer paso de carácter sobre todo simbólico y ahora tienen que adoptar otras medidas, dar explicaciones exhaustivas, depurar todas las responsabilidades, en su caso devolver lo que haya que devolver y garantizar que una y no mas. Y una apostilla final: en España casi nadie dimite por responsabilidades políticas, así que, aunque a trancas y barrancas, hay que resaltar positivamente cuando se produce una dimisión)  




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