50 años escuchando a Raimon y cada día
me gusta más. Ayer estuvimos Elena y yo, con nuestros amigos Carmina y Ricardo
en un concierto en el Círculo de Bellas Artes. Tema único: los poemas de
Salvador Espriu.
Raimon, como otros cantantes de la Nova
Canço, siempre ha tenido un especial interés en musicar poesía de escritores en
lengua catalana. Pero hacerlo con Espriu es tarea bien difícil. Es un poeta
obligado durante el franquismo a expresarse de forma muy hermética, con unas metáforas
de gran belleza pero muy oscuras. Ya en 1966 publicó un disco, “Cançons de la
roda del temps”, dedicado íntegramente a Espriu, que he de reconocer que cuando
lo oí por primera vez me resultó muy duro, salvo dos o tres composiciones y
contrastaba de manera evidente con las canciones de lucha y protesta que en
aquellos años eran las mas conocidas y frecuentes de Raimon y las que mas nos
gustaban al rojerio.
Anoche comenzó su recital con “Inici de
cantic en el temple”, que es una preciosa canción sobre un poema, que explica
mejor que cien discursos de Artur Mas y sus amigos, la negación por la
dictadura de la lengua catalana y la voluntad de un pueblo por mantenerla viva
y recuperarla. Raimon estaba acompañado de cuatro jóvenes músicos, dos
guitarras, un contrabajo y un clarinete, con unos arreglos musicales que le
daban nueva vida y mucho más color a la dura poesía de Espriu, mediante un aire
de música folk mediterránea con algunas pinceladas jazzisticas.
Como ha ido demostrando en sus discos y
conciertos de los últimos años, Raimon, ya con 73 años, mantiene casi intacta la gran potencia de su
voz, pero es mucho mas madura y mucho mas modulada, lo que le permite abordar,
como hizo ayer, el gran esfuerzo de interpretar sin interrupciones las 12 canciones del disco “Cancons de la
roda del temps”, sin que en ningún momento decaiga el interés en los
espectadores.
El de anoche no fue solo un gran concierto, fue también un
bello recital de poesía, ya que Raimon antes de iniciar cada canción nos leyó
traducidas al castellano las letras de las canciones.
El publico estábamos entusiasmados. La
comunicación era total. Raimon estaba muy comunicativo y se sentía relajado y
contento Y al final, ¡como no!, le pidieron en los bises que cantara “Al vent”,
pero él dando muestras de su coherencia artística no lo hizo. Habíamos venido a
escuchar solamente a Espriu y se despidió repitiendo una de sus mejores
canciones, “He mirat aquesta terra”.
Lo he escrito otras veces. Raimon es uno
de los grandes valores de la cultura y de la música de España. Lamentablemente
hoy su conocimiento y reconocimiento es minoritario. Una pena porque estamos
ante un gran artista, con un extraordinaria obra musical que debería ser
cuidado, mimado y promocionado debidamente, pero los nacionalistas de derechas
no le quieren y los nacionalistas del PP tampoco, así que ni en su pueblo, mi
pueblo, ni en buena parte de Cataluña y del País Valenciano y no digamos en el
conjunto de España, le ofrecen las suficientes oportunidades de que le podamos escuchar.
Todo ello por no hablar de la
personalidad y los valores humanos de Raimon. No sé si a él le gustaría y como respondería,
pero poca gente dentro y fuera de España es tan merecedora del Premio Príncipe
de Asturias, además en diversas áreas.
Seguiremos disfrutando sus discos y sus
conciertos. Y seguiré estando muy orgulloso de ser de familia de Xativa, como
él.
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