Nunca he menospreciado ni a la derecha
ni a sus dirigentes y menos cuando consiguen aglutinar más seguidores y más
votos que la izquierda. Después de cinco años de crisis y dos de gobierno del
PP en el Estado y la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas y
Ayuntamientos, su caída en las encuestas se ha frenado, e incluso han remontado
algo. Mientras, el PSOE sigue estancado y mucho me temo que IU haya tocado
techo en torno al 12-14%, un resultado sin duda excelente pero insuficiente
para cambiar las cosas junto con los socialistas.
A pesar de todas las tensiones políticas,
económicas, sociales, nacionalistas, etc. el PP mantiene unida toda la franja
que va desde la extrema derecha al centro liberal, lo que en principio no es
una mala noticia para la democracia. Prefiero que en España no surjan fuertes
partidos de extrema derecha como esta ocurriendo en buena parte de Europa.
Algunos dirán que “da lo mismo, que para que necesitan los
extremistas un partido diferente si el PP ya hace la política propia de la
extrema derecha”. Pues, no. Rajoy no es la hija de Le Pen, ni el PP es el FPO de
Austria, ni el Partido de la Libertad de Holanda, ni el FRP de Noruega, ni el
DF de Dinamarca, ni el BNP de Gran
Bretaña y menos aun Aurora Dorada de Grecia
o los xenófobos de los países del Este de Europa.
No son en absoluto iguales, pero eso sí
tienen que alimentar políticamente y cuidar a ese extremo del electorado y dado
los resultados no lo deben estar haciendo mal. Lo cuidan Aznar, Mayor Oreja, Esperanza
Aguirre, Wert, Fernández Díaz y Ruiz Gallardón, entre otros, cada uno en su
papel y con sus mensajes.
Ahora, el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con el respaldo e impulso de Ruiz Gallardón han propuesto una
ley en clave seguridad ciudadana. El antiguo dirigente amante de la música clásica,
con fama de liberal, ha dado un paso definitivo en su salida del armario
centrista donde decía que estaba, aunque no engañaba ni a su padre, José María
Ruiz Gallardón, azote de los abogados progresistas y demócratas en el Colegio
de Abogados de Madrid en los años 60 y 70, y que decía “que para derecha su
hijo y no él”.
No he podido leer el texto del anteproyecto
de ley y por tanto doy una primera y provisional impresión. Lo que se ha
trasladado a los medios de comunicación es bastante significativo. Quieren
sancionar todas y cada una de las situaciones que molestan a sus votantes, pero
¡ojo! no solo a ellos. Es un guiño claro a la derecha, pero también a mucha
gente que no comparte ni piquetes, ni escraches, ni botellones, ni escandaleras
nocturnas, ni hacer el guarro por la calle, ni ocupaciones, ni manifestaciones
delante de las Cortes, ni prostitución, ni….porque Fernández Díaz y Ruiz Gallardón, que no son tontos, han metido todos los malestares, quejas y agravios en el mismo saco, para
a la vez que contentan a mucha gente, pasan de contrabando sanciones que a palo
seco serian mas difíciles de tragar, como serian los recortes del derecho de reunión,
manifestación o huelga.
Es cierto que lo que ha trascendido del anteproyecto
tiene visos de recortar derechos constitucionales, de tener una fuerte orientación
represiva, de dar una vuelta de tuerca a medidas ya contempladas en el Código
Penal. Pero la izquierda política y social, los profesionales progresistas (los
sectores vinculados a la justicia, el derecho, los servicios sociales, las
asociaciones de las Fuerzas de
Seguridad, etc.), no podemos limitarnos a criticarla con expresiones sin duda ocurrentes,
como también lo fue la que llamó a ley Corcuera, la de “la patada en la
puerta”, pero que solo sirven para el consumo interno de la izquierda mas
convencida y militante.
Insisto, una vez mas, ¡tenemos que ganar
las próximas elecciones a la derecha! y solo hay dos vías. Tirar de toda la izquierda desilusionada
y refugiada en la abstención y a la vez quitarle 2-3 millones de votos centristas al PP. Y por
eso tenemos que afinar y dejarnos de brocha gorda, pues nos jugamos otros
cuatro años en la oposición y de manifestaciones y mientras tanto ellos
gobernando y cambiando el país con el Boletín Oficial del Estado.
Ya sé que una de las señas de identidad
tradicionales de la izquierda ha sido la libertad por encima de la seguridad.
Pero algo tendremos que decir a millones de personas, que no son de derechas,
que están afectadas por los efectos económicos de la crisis, por el paro y los
recortes sociales, pero a las que pueden resultar atractivas las iniciativas de
”orden y seguridad” de Fernández Díaz y Ruiz Gallardón. Tenemos que convencerles que la solución
no es más mano dura, sino más cohesión social.
Pero, además, también tenemos que ofrecer alternativas en el ámbito de
la seguridad y sobre todo de la convivencia ciudadana. Y en este terreno
nuestras propuestas, las de IU y las del PSOE, brillan por su ausencia, mas allá de algunas generalidades.
Garantizar la convivencia, el respeto de
los derechos y deberes de todos y de cada uno, no es fácil en nuestras grandes
ciudades y en las ciudades dormitorio. Requiere fomentar desde la escuela
valores democráticos, pero también sentido de los derechos y los deberes y
exige un marco legal de convivencia
claro y asumido y cumplido por todos.
La historia, la de nuestro país y la de
otros muchos, es muy elocuente al respecto. Si le dejamos el banderín de la
convivencia a la derecha, esta lo regulará de manera autoritaria y encima recibirá
los aplausos de buena parte de la población. Por supuesto que seria nefasto
competir con la derecha a través de los Corcuera o Barrionuevo, pero tampoco
los ganaremos con titulares brillantes que no sirven para nada.
Resulta imprescindible que la izquierda
seamos capaces de diseñar nuestra alternativa de seguridad y convivencia, nos
estamos jugando mucho con esta propuesta de reforma legal del tándem Fernández Díaz y Ruiz Gallardón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario