miércoles, 20 de noviembre de 2013

LEY DE SEGURIDAD: UNA APUESTA ELECTORAL DEL PP




Nunca he menospreciado ni a la derecha ni a sus dirigentes y menos cuando consiguen aglutinar más seguidores y más votos que la izquierda. Después de cinco años de crisis y dos de gobierno del PP en el Estado y la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, su caída en las encuestas se ha frenado, e incluso han remontado algo. Mientras, el PSOE sigue estancado y mucho me temo que IU haya tocado techo en torno al 12-14%, un resultado sin duda excelente pero insuficiente para cambiar las cosas junto con los socialistas.

A pesar de todas las tensiones políticas, económicas, sociales, nacionalistas, etc. el PP mantiene unida toda la franja que va desde la extrema derecha al centro liberal, lo que en principio no es una mala noticia para la democracia. Prefiero que en España no surjan fuertes partidos de extrema derecha como esta ocurriendo en buena parte de Europa. Algunos dirán que “da lo mismo, que para que necesitan los extremistas un partido diferente si el PP ya hace la política propia de la extrema derecha”. Pues, no. Rajoy no es la hija de Le Pen, ni el PP es el FPO de Austria, ni el Partido de la Libertad de Holanda, ni el FRP de Noruega, ni el DF de Dinamarca,  ni el BNP de Gran Bretaña y menos aun  Aurora Dorada de Grecia o los xenófobos de los países del Este de Europa.

No son en absoluto iguales, pero eso sí tienen que alimentar políticamente y cuidar a ese extremo del electorado y dado los resultados no lo deben estar haciendo mal. Lo cuidan Aznar, Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Wert, Fernández Díaz y Ruiz Gallardón, entre otros, cada uno en su papel y con sus mensajes.

Ahora, el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con el respaldo e impulso de Ruiz Gallardón han propuesto una ley en clave seguridad ciudadana. El antiguo dirigente amante de la música clásica, con fama de liberal, ha dado un paso definitivo en su salida del armario centrista donde decía que estaba, aunque no engañaba ni a su padre, José María Ruiz Gallardón, azote de los abogados progresistas y demócratas en el Colegio de Abogados de Madrid en los años 60 y 70, y que decía “que para derecha su hijo y no él”.

No he podido leer el texto del anteproyecto de ley y por tanto doy una primera y provisional impresión. Lo que se ha trasladado a los medios de comunicación es bastante significativo. Quieren sancionar todas y cada una de las situaciones que molestan a sus votantes, pero ¡ojo! no solo a ellos. Es un guiño claro a la derecha, pero también a mucha gente que no comparte ni piquetes, ni escraches, ni botellones, ni escandaleras nocturnas, ni hacer el guarro por la calle, ni ocupaciones, ni manifestaciones delante de las Cortes, ni prostitución, ni….porque Fernández Díaz y Ruiz Gallardón, que no son tontos, han metido todos los malestares, quejas y agravios en el mismo saco, para a la vez que contentan a mucha gente, pasan de contrabando sanciones que a palo seco serian mas difíciles de tragar, como serian los recortes del derecho de reunión, manifestación o huelga.

Es cierto que lo que ha trascendido del anteproyecto tiene visos de recortar derechos constitucionales, de tener una fuerte orientación represiva, de dar una vuelta de tuerca a medidas ya contempladas en el Código Penal. Pero la izquierda política y social, los profesionales progresistas (los sectores vinculados a la justicia, el derecho, los servicios sociales, las asociaciones  de las Fuerzas de Seguridad, etc.), no podemos limitarnos a criticarla con expresiones sin duda ocurrentes, como también lo fue la que llamó a ley Corcuera, la de “la patada en la puerta”, pero que solo sirven para el consumo interno de la izquierda mas convencida y militante.

Insisto, una vez mas, ¡tenemos que ganar las próximas elecciones a la derecha! y solo hay dos  vías. Tirar de toda la izquierda desilusionada y refugiada en la abstención y a la vez quitarle  2-3 millones de votos centristas al PP. Y por eso tenemos que afinar y dejarnos de brocha gorda, pues nos jugamos otros cuatro años en la oposición y de manifestaciones y mientras tanto ellos gobernando y cambiando el país con el Boletín Oficial del Estado.

Ya sé que una de las señas de identidad tradicionales de la izquierda ha sido la libertad por encima de la seguridad. Pero algo tendremos que decir a millones de personas, que no son de derechas, que están afectadas por los efectos económicos de la crisis, por el paro y los recortes sociales, pero a las que pueden resultar atractivas las iniciativas de ”orden y seguridad” de Fernández Díaz y Ruiz Gallardón. Tenemos que convencerles que la solución no es más mano dura, sino más cohesión social.  Pero, además, también tenemos que ofrecer alternativas en el ámbito de la seguridad y sobre todo de la convivencia ciudadana. Y en este terreno nuestras propuestas, las de IU y las del PSOE, brillan por su ausencia, mas allá de algunas generalidades.

Garantizar la convivencia, el respeto de los derechos y deberes de todos y de cada uno, no es fácil en nuestras grandes ciudades y en las ciudades dormitorio. Requiere fomentar desde la escuela valores democráticos, pero también sentido de los derechos y los deberes y exige  un marco legal de convivencia claro y asumido y cumplido por todos.

La historia, la de nuestro país y la de otros muchos, es muy elocuente al respecto. Si le dejamos el banderín de la convivencia a la derecha, esta lo regulará de manera autoritaria y encima recibirá los aplausos de buena parte de la población. Por supuesto que seria nefasto competir con la derecha a través de los Corcuera o Barrionuevo, pero tampoco los ganaremos con titulares brillantes que no sirven para nada.

Resulta imprescindible que la izquierda seamos capaces de diseñar nuestra alternativa de seguridad y convivencia, nos estamos jugando mucho con esta propuesta de reforma legal del tándem Fernández Díaz y Ruiz Gallardón.








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