La propuesta del Fondo Monetario Internacional, respaldada parcialmente
por la Comisión Europea, de pactar una reducción del 10% de los salarios
españoles a cambio de acuerdos para generar empleo, aun siendo demagógica e
irreal, requiere una respuesta lo mas fundamentada posible.
Para empezar hay que recordar que la moderación salarial es una
constante en la historia de las relaciones laborales de nuestro país, al menos
en los últimos 20 años. Solo en contadas empresas y sectores con amplios
beneficios se han producido incrementos salariales muy por encima del Índice de
Precios al Consumo; en las demás, los convenios se han movido entre mantener el
poder adquisitivo de los salarios y ligeros incrementos en torno a 1 punto. En
las empresas con dificultades económicas los sindicatos han pactado en la mayoría
de los casos congelación salarial o reducción parcial de las condiciones de
trabajo (horas extras, pluses, jornada, beneficios sociales, etc.). Por ello
cuando los sindicatos españoles acudían a reuniones con sindicatos de otros países,
estos últimos a veces se sorprendían de los pactos que firmaban los sindicatos
españoles con la patronal, mucho mas moderados que lo que solía ocurrir en los países
del norte y centro de Europa. Y no es que los sindicatos españoles hayan sido más
moderados que sus vecinos, es que desde hace mucho tiempo han sido conscientes
de la debilidad de buena parte de las empresas españolas, de su limitada
competitividad y de la fragilidad del empleo existente.
CCOO y UGT, en la mayoría de las empresas y sectores productivos no han
jugado al corporativismo ni al radicalismo, aunque esto les haya creado a
menudo incomprensión y criticas desde afiliados y cuadros mas a la izquierda.
Con la irrupción de la crisis, los sindicatos han acentuado aun mas la moderación
de sus propuestas, anteponiendo siempre el empleo al mantenimiento o mejora de
las condiciones salariales. CCOO y UGT en estos últimos años han firmado
acuerdos que han generado polémica dentro de sus filas y que se pueden considerar
como de evidente riesgo, al acordar reducción de condiciones de trabajo, pájaro
en mano para la patronal, a cambio de mantenimiento de la plantilla, pájaro
volando para los trabajadores. Y los resultados están a la vista: el paro ha
seguido creciendo de manera exponencial, y la competividad de las empresas se
ha fortalecido por la vida de la devaluación del coste de la mano de obra. Han
sido los salarios de los trabajadores y no otros factores (inversión en I+D+I,
infraestructuras de transporte, coste de la energía, redes de comercialización
exterior, etc.) los que nos han conducido a tener un saldo positivo en la
balanza comercial, al notable incremento de la exportación.
Supongo que el FMI y Bruselas conocen perfectamente esta realidad. Ha
habido una fuerte devaluación interna de España, lo que antes se hacia a través
de la depreciación de la peseta, sostenida exclusivamente en las espaldas de la
clase trabajadora. Y los sindicatos lo han aceptado en aras del mantenimiento o
recuperación del empleo.
Ahora nos piden más, mucho más. Una perdida adicional del diez por ciento y lo adornan con compromisos
de creación de empleo, de nuevo el pájaro en mano y el pájaro volando.
Los que ya somos muy veteranos en esto, hemos conocido numerosas y
diversas propuestas con la misma cantinela. Por ejemplo cuando nos decían que había
que favorecer la incorporación de los jóvenes al trabajo, facilitando la
jubilación anticipada. Las grandes y medianas empresas echaron a centenares de
miles de trabajadores de 50 o mas años, con gran experiencia, en plenas
facultades productivas y con unas condiciones laborales consolidadas a través
de convenios colectivos que tanto habían costado conseguir, pájaro en mano, y a
cambio contrataron jóvenes en condiciones de máxima precariedad y sueldos
mínimos, pájaro volando. El rejuvenecimiento de las plantillas para supuestamente
tener trabajadores mejor formados y con conocimientos mas actualizados, en
realidad fue un recorte de derechos laborales.
Pero no solo tenemos ya suficientes argumentos para saber como han
funcionado los pactos salarios/empleo en la mayoría de las empresas y sectores
de nuestro país, que cuestionan a fondo las propuestas del FMI y la Comisión
Europea, es que estas propuestas entran en profunda contradicción con otros análisis
de estos organismos. La incapacidad demostrada de las medidas de ajuste para
generar demanda interna y salir de la recesión, había sido asumida por el FMI y
Bruselas, que apuntaban, es cierto que con timidez, a la necesidad de medidas
de fomento de la actividad.
¿Qué actividad se va a generar con una reducción adicional e intensa de
los salarios? ¿Qué les parece a los dueños de Mercadona, El Corte Ingles, Zara,
a los fabricantes de coches o electrodomésticos, a las empresas de hostelería y
turismo, una rebaja generalizada de los sueldos? ¿O es que piensan que la gente
ganando menos va a consumir lo mismo? Sorprende, a este respecto, como es que
los grandes empresarios de nuestro país, tan locuaces cuando hay que pedir
ajustes del gasto público, reducción de impuestos o cotizaciones sociales o
mayor flexibilidad laboral, guardan
ahora silencio ante las propuestas del FMI. Veremos que pasa este mes de
diciembre con las ventas de navidad, si llegan a prosperar las ideas de Christine
Lagarde y el Comisario Olli Rehn.
No estamos, por tanto, ante un rechazo por meras razones ideológicas,
por una negativa a que se aprieten el cinturón, una vez más, los de siempre, es
que son propuestas que en bastantes
casos ya se han practicado sin resultados apreciables y además acentuarían
la caída del consumo y en definitiva la recesión económica, alejando la salida
de la crisis. Porque no olvidemos que todo esto se esta proponiendo, a más a más,
de otras políticas que ya se están ejecutando: deterioro de la capacidad
adquisitiva de las pensiones, mayor y más extenso copago sanitario, incremento
de los costes educativos, recortes en servicios sociales y en atención a la
dependencia….
En definitiva, aunque ese no sea, quiero creerlo, el objetivo del FMI y
de la Comisión Europea, quieren llevar a la sociedad española a 1980, hacernos
retroceder 30 años, eso sí sin meter mano a la economía sumergida, al fraude
fiscal, a la evasión de capitales a paraísos fiscales, a un sistema impositivo
mas justo y progresivo…
Así que el FMI y Bruselas deberían ser más rigurosos y equilibrados en
sus propuestas. Y en todo caso que no se preocupen, los sindicatos, a pesar del
acoso que están sufriendo desde los
poderes públicos y de la mayoría de los medios de comunicación, seguirán
negociando empresa por empresa, sector por sector, acuerdos que permitan
mantener o crear empleo, dando por enésima vez muestras reales de
responsabilidad.
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ResponderEliminarhttp://filosofodetacna.blogspot.com/2013/07/espana-pobreza-y-tributos-municipales.html
Los mayores de 60 años por una propiedad o casa de hasta de 2 niveles o 2 pisos deben ser exonerados de tributos municipales en todos los países.