lunes, 25 de marzo de 2013

¿PODEMOS HABLAR DE POLITICA?




En la adolescencia mis amigos y amigas eran los de los guateques. Normal. Mi objetivo era pasarlo bien y ligar lo mas posible, En la facultad, al principio siguieron siendo también los de los guateques, pero en la medida en que me politice pasaron a ser los afines políticamente, con los sucesivos cambios, cada vez a mas a la izquierda. Después, de abogado laboralista, fue la simbiosis perfecta de relación política y relación de trabajo. Así hasta que llegaron los hijos y el círculo de amistades fueron los padres y madres de la guardería, del colegio o del instituto.

Muchos años después aparecieron o reaparecieron  otros vínculos.

Primero fue la recuperación de los amigos del colegio, los de la clase de letras, pocos, menos de veinte, pero bien avenidos. Quedamos a comer el ultimo martes de mes, desde hace ya bastantes años. Al principio hablábamos del cole, de los curas y profes, de nuestras aventuras, de los amigos o compañeros que habían desaparecido sin dejar rastro, de los que habían ido muriendo. Claro que después de tantas comidas fue inevitable que surgiera hablar de política. Ay….

Mas tarde trace amistades por afinidades de gustos o aficiones: la música, claro esta. Y he logrado tener dos grupos de amigos, ambos enloquecidos por el rock and roll. Nos vemos con frecuencia, un grupo al menos todos los meses, el otro más o menos cada trimestre. Al principio lo teníamos claro, solo música, nada de futbol, nada de política. Pero años después, quisiéramos o no,  surgió la política, Ay…..

Tengo que aclarar que tanto entre los amigos del colegio como entre los de la música, somos mayoría los de izquierdas, en una diversa gama, desde luego ninguno radical. Pero lo cierto es que se nos hace difícil hablar de política los unos con los otros.

Recuerdo que a finales de los años 70, cuando iba a un gimnasio de mi barrio, era desesperante escuchar en la sauna las burradas que decían casi todos, empezando porque consideraban a Adolfo Suárez y a Abril Martorell unos rojos peligrosos y para que hablar de los partidos de izquierda o de los sindicatos. Yo alucinaba en silencio, con aquella gente que por otra parte eran agradables y simpáticos. Pensaba para mis adentros, ya madurara la democracia y se superara este cerrilismo. Como también recuerdo las comidas en casa de mis suegros, rodeado de militares y las cosas que se decían del Rey, de Suárez o de los generales demócratas. Lo achacaba a las dificultades de la transición y que todo se iría sosegando.

Mi padre, en los últimos años de su vida, en los que pasaba largas horas oyendo la radio, nos repetía “esto esta cada vez peor, vamos otra vez al 36”. Y lo le decía, “papa eso no volverá a pasar, escucha solo la SER y no te preocupes”.

Han pasado los años y las cosas no han mejorado. Es difícil, muy difícil hablar de política en términos civilizados, sin faltar al respeto de las ideologías opuestas.

Me pregunto si es que todavía la democracia esta poco asentada entre nosotros, si es que arrastramos los españoles una historia terriblemente dramática y violenta en la que la excepción ha sido la convivencia y la regla las guerras civiles, los golpes de estado, las persecuciones y los exilios. Si necesitamos aun más tiempo para conseguir el respeto democrático entre las opciones diferentes.

Desconozco como conviven las familias, los amigos, en otros países democráticos. Si pueden hablar tranquilamente de política los de derechas y los de izquierdas, o los que dicen beatíficamente que ni son de derechas ni de izquierdas, aunque siempre votan en la misma dirección.

Es una mala, muy mala, señal que sea tan complicado que un grupo de amigos, podamos hablar de política sin poner en peligro nuestros afectos y nuestra relación.

A lo mejor soy sectario, pero sinceramente creo que los de izquierdas, en general porque siempre hay excepciones, somos mas respetuosos que los de derechas.

Quizás necesitemos mas tiempo de vida democrática, mejor educación para la ciudadanía en los centros de enseñanza, mucha menos beligerancia en algunos medios de comunicación. Porque en mi opinión, sin convivencia entre los opuestos y sin respeto por la diversidad es muy difícil que nuestro país prospere. No es un tema de voluntarismo ingenuo, sino de exigencia para lograr un país con futuro.







No hay comentarios:

Publicar un comentario