No todo vale en política para llegar a una responsabilidad de gobierno.
Lo sucedido en el ayuntamiento de Ponferrada es una vergüenza para el PSOE,
pero que salpica a toda la izquierda. Juan José Millas, en un durísimo y
magnifico articulo en El País, lo ha denunciado desde una posición progresista
y nada tendría que añadir al respecto. Pero voy a aprovechar esta desgraciada
experiencia para hacer dos reflexiones más amplias.
Es cierto que la moción de censura es una figura legal que esta
prevista en nuestro ordenamiento constitucional y es una práctica reconocida en
la mayoría de las democracias. Pero que sea legal no equivale a que siempre sea
oportuna y legitima. Es un instrumento excepcional y por tanto tiene que estar
muy justificada y contar con un sólido respaldo de la opinión ciudadana. No
debe ser por tanto un mero “quítate tu, que me pongo yo”. Tras una moción de
censura debe haber un programa de gobierno alternativo que justifique la
expulsión del equipo gobernante.
Nada de ello ha trascendido en el contubernio de Ponferrada, todo lo
mas la alucinante explicación dada por un patético Oscar López de que han
logrado expulsar a un acosador de la política. Pero ni una sola mención de cual
va iba ser la política alternativa que el nuevo alcalde socialista pensaba
hacer. Y es que es muy difícil que hubiera tal propuesta cuando el pacto se ha
cerrado con unos tránsfugas del PP, seguidores de un exalcalde acosador y con
fundadas sospechas de mafioso. ¿Pero que alternativa podían pactar los
socialistas de Ponferrada con ese grupo impresentable? Todo lo mas un nuevo
reparto de cargos municipales. La demostración de gozo de los seguidores del
nuevo alcalde socialista, echándole al aire, refleja mejor que mil palabras de
que va la cosa. Un mero reajuste de cuotas de poder político local. Algo que
tampoco nos puede extrañar mucho dada el ansia de tocar poder que tienen
algunos sectores del PSOE.
Y esto me lleva a la segunda reflexión. Mal camino lleva el PSOE. Nos
retrotrae al caso de corrupción de dos de sus diputados, que en el año 2003
evitaron la elección de Simancas en Madrid, entregando el gobierno de la
Comunidad a Esperanza Aguirre. Ningún partido esta exento de tener arribistas e
indeseables en su seno. También en IU los hemos tenido y los tenemos; sin ir
mas lejos sigue disfrutando de altos niveles de responsabilidad un personaje
como Miguel Reneses que se aprovecho de su cargo para pasear a su ligue por
Paris o Moral Santin del que todos estamos esperando que de una explicación creíble
de qué es lo que hizo durante largos años en el Consejo de Administración de
Caja Madrid, además de cobrar un pastón.
Lamentablemente en sectores del PSOE esta muy arraigado que con tal de
darle a la derecha vale todo. Y Oscar López su secretario de organización, responsable
final de esta operación, es un modelo al respecto. Tuve ocasión de escuchar
muchas de sus intervenciones como portavoz del PSOE en la Comisión
parlamentaria de control de RTVE y a menudo se me caía la cara de vergüenza con
los argumentos que utilizaba para atacar al PP y defender la buena gestión del
equipo dirigente de la corporación pública. Es un prototipo de ejecutivo que
esta en la cúpula del PSOE como podría estar en la de Mercadona o en la de
Endesa. Muy poco de pensamiento político y mucho de marrullerías de corto
alcance.
Así les va. Otra vez han metido la pata. Y aunque hay que reconocer que
Oscar López ha asumido su error sin paliativos, algo inédito en el PP, sigue al
frente de la secretaria de organización. Y no es suficiente la autocritica.
Como no es suficiente que hayan echado
del partido al nuevo alcalde y a los concejales socialistas de Ponferrada.
Tienen que erradicar de sus filas esas practicas, tienen que promocionar dirigentes con principios socialistas y suficiente
formación política, tienen que asumir que en política el que la hace la paga. Será
la única manera de que la ciudadanía progresista vuelva a confiar en ellos.
Casos como el de Ponferrada refuerzan en mucha gente la idea de que
todos los políticos son iguales y que solo buscan la poltrona. Esto es
tremendamente injusto, pero solo lo podemos combatir siendo impecables en
nuestras practicas e implacables con quienes las infringen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario