Hoy la noticia ha sido la propia RTVE, con la dimisión de su presidente Alberto Oliart. Demasiado ha aguantado, aunque se ha ido en un mal momento, con una tremenda metedura de pata de el, o de su equipo, al conceder un contrato a una empresa de un hijo. Cuando se le nombro por acuerdo de Zapatero y Rajoy, los carcas de diverso pelaje se mofaron de su edad, 81 años. Cuando lo realmente criticable no era esto sino lo inadecuado de su perfil. Oliart desconocía todo lo referido del mundo audiovisual, una realidad que cambia día sí y día también.Hay que reconocer que en la UCD había politicos todo terreno como Oliart, que lo mismo asumían el Ministerio de Sanidad que el de Defensa o ahora RTVE. Pero aquí no ha podido ponerse al día, a pesar de los esfuerzos. Ni ha conseguido imprimir la arrolladora dinámica del anterior presidente Luis Fernandez. Pero lo que le ha faltado de conocimientos tecnicos y de impulso renovador, lo ha suplido con seriedad política. Siendo un hombre centrista, ha mantenido una linea de clara imparcialidad en los informativos y de orientación abierta y moderna en la programacion.Ha desesperado a la derecha, que ha tenido con el una actitud grosera y de critica brutal e injustificada. Mantuvo su compromiso de terminar con la entrada masiva de directivos externos practicada por su antecesor.Sus relaciones con los sindicatos han sido respetuosas.Su lucha por conseguir una adecuada financiación ha sido tenaz.¿Y ahora que nos deparan los dos grandes partido parlamentarios?. RTVE no puede permitirse el lujo de estar descabezada, con los retos que tiene que afrontar en los proximos meses.Veremos si prevalece el sentido común y la responsabilidad y se busca un responsable con experiencia y conocimiento del sector, respetuoso con la independencia y el pluralismo y con ideas innovadoras.El PP en su soberbia creencia que ya esta a punto de arrasar no va a facilitar nada las cosas.
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