Le ha costado, se ha resistido pero al final no ha tenido mas remedio que irse. La corrupción ha terminado por pasar una factura que amenazaba los intereses de Rajoy. Ya nos habíamos acostumbrado a su desfachatez y la de su entorno. Las conversaciones telefónicas con sus compinches daban vergüenza ajena. No se cortaban un pelo, porque se creían intocables. Además, Dios, el Papa y el Opus Dei estaban de su lado.Pero se les ha ido la mano. Y que quede claro, lo de los trajes es la guinda pero es lo de menos. Las aventuras especulativas, el desastre urbanístico, las inversiones faraónicas, no son solo responsabilidad de Camps. Viene de mucho antes y esta. mucho mas extendido de lo que es la red Gurtel. Han terminado de masacrar la costa valenciana; han permitido la economía sumergida, han impuesto una television partidista, han introducido la privatización en los servicios sanitarios y sociales, han restringido el fomento de la cultura valenciana, han apoyado el catolicismo de extrema derecha...etc. Zaplana se fue de rositas. Rita Barbera sonríe con su aspecto populista y de matrona de telenovela. Es esa burguesía paleta, hortera, con aires de nuevos ricos, que tanto criticaron Blasco Ibañez, Joan Fuster o Manuel Vicent. Lo malo de todo esto es que han impregnado a amplios sectores de la ciudadania valenciana. El PP y su política están siendo nefastos, pero el PSOE y la izquierda desunida, especialmente fragmentada en el País Valenciano, han demostrado no ser capaces de convencer y a atraer a la gente. Algo han hecho muy mal y siguen haciendo muy mal los progresistas valencianos para resultar menos creíbles que la derecha. Algo o mucho tendrán que cambiar. Y un ultimo apunte, Camps, genio y figura hasta el final, no ha dejado entrar a TVE y RNE en su rueda de prensa de despedida. El, que tiene una television modelo de servilismo partidario.Ojala la izquierda valenciana sea capaz de aprovechar la huida de Camps para iniciar su recuperación.
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