viernes, 21 de febrero de 2014

LA IZQUIERDA ITALIANA A LA GRESCA: RENZI ECHA A LETTA


El laberinto italiano se complica por días y a veces se me viene la cabeza aquella inolvidable frase de Obelix “Están locos estos romanos!!!!”, porque me cuesta entender lo que sucede en ese país.

Si la izquierda ha dado un buen traspiés con el giro a la derecha del Presidente Hollande en Francia, que nos hace perder credibilidad a todos, incluidos, nos guste o no, a quienes no nos consideramos socialdemócratas, las maniobras de Renzi, Secretario General del Partido Demócrata de Italia para echar del gobierno a empujones a su correligionario Enrico Letta, son de vergüenza ajena.

Es posible que el gobierno de amplia y variopinta coalición de Letta mostrara escaso dinamismo o no estuviera a la altura de las circunstancias exigidas para sacar a Italia de la crisis, pero en todo caso había conseguido estabilizar mínimamente la situación económica y tener una cierta estabilidad política, lo que para un jefe de gobierno rodeado de tiburones y con la nefasta presencia de Berlusconi conspirando, no era un trabajo fácil.

Pero lo más asombroso es que la maniobra de Renzi no parece sustentarse en planteamientos políticos de cierta envergadura. No ha ofrecido por el momento ni un programa ni un equipo alternativo a lo que representaba Letta. Tan solo ha descalificado a su compañero de partido porque no le veía enérgico y presenta como mayor oferta un pacto con Berlusconi para reformar la ley electoral. Eso sí ha dicho que sus ministros tendrán que moverse “con un cuchillo en los dientes”, expresión de un calado político donde los haya.

Renzi abre una crisis política, desestabilizando la mayoría gubernamental y a su propio partido y no tiene preparado un gabinete alternativo y eso que venia diseñando la faena desde hace meses. ¡Esta improvisando y mientas Italia sin gobierno!, aunque es cierto que esto ultimo desgraciadamente no suele ser una novedad. ¿Cómo una persona que se considera en la izquierda puede ser tan frívolo e irresponsable?

Lamentablemente la aventura de Renzi y anteriormente la operación del Presidente de la Republica, Giorgio Napolitano, proponiendo como jefe de gobierno contra viento y marea a Letta para lograr un gobierno estable tras  el fiasco del anterior Secretario General del Partido Demócrata, Luigi Bersani, vencedor-impotente de las elecciones generales del 2013, refleja la gravísima crisis de la izquierda italiana y en especial del PD.

La precipitada e irresponsable voladura del Partido Comunista Italiano provocada tras la caída del muro de Berlín, ha desembocado tras múltiples y enrevesadas operaciones, en un partido hecho de retazos, sin una ideología clara que lo sustente y unifique y en el que algunos de los antiguos dirigentes comunistas como Occhetto y sobre todo Maximo D’Alema hicieron maniobras impresentables para llegar como fuera a tocar poder.   El resultado es un partido fragmentado cuyos dos actuales referencias políticas, Letta y Renzi, son, tiene narices, dos personas procedentes de la antigua Democracia Cristiana.

Habrá que ver lo que da de sí el nuevo gobierno de Renzi, los pactos que tiene que hacer para lograr la investidura, el coste de su acuerdo con Berlusconi, el malestar que su iniciativa ha podido generar en su propio partido o sus conocidas malas relaciones con los sindicatos. Y desde luego no es lo mismo ser alcalde de Florencia, casi coser y cantar, que jefe de gobierno de Italia. La arrogancia le puede costar cara a él y sobre todo a la izquierda italiana.

Lo peor es que esta maniobra política sin duda tiene repercusiones más allá de Italia. Vuelve a transmitir la imagen de que todos los políticos, sean de izquierdas o de derechas, son iguales, que lo único que les interesa es gobernar como sea; que se puede llegar a jefe de gobierno sin haber sido elegido por la ciudadanía (tercero ya en la lista reciente de Italia: Monti, Letta y ahora Renzi).

Estamos a las puertas de unas decisivas elecciones al Parlamento Europeo, donde la izquierda nos jugamos muchísimo, tanto la de raíz socialdemócrata como la de posiciones más a la izquierda, por lo que todos tenemos que movernos pensando en las consecuencias.

Y uno se pregunta que pensarían comunistas como Gramsci, Togliatti o Berlinguer o socialistas como Pietro Nenni, Lelio Basso o Sandro Pertini, si levantaran la cabeza de su tumba y vieran en lo que han convertido sus herederos a la izquierda italiana.





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