viernes, 14 de febrero de 2014

LA REFORMA FISCAL: OTRO ESPEJISMO PARA CONSEGUIR VOTOS


Según se van acercando las elecciones europeas se van incrementando los mensajes optimistas de que ya estamos saliendo de la crisis. En España ese espejismo se esta fomentando aun mas, dadas las sombrías perspectivas que algunos sondeos otorgan al PP.

Tan solo a las 48 horas de la clausura de la Convención de Valladolid, los malos datos de evolución del desempleo echaron un jarro de agua fría a  los discursos triunfalistas de Rajoy, Montoro y Cospedal. Hasta el propio Presidente de Obama le tuvo que recordar a nuestro Presidente que el principal problema de España seguía siendo el altísimo nivel de paro.

No comparto la filosofía de cuanto peor, mejor. Bien que me gustaría que estuviéramos saliendo de la crisis, aunque fuéramos pilotados por un gobierno del PP. Por ello me alegra que haya descendido sustancialmente la prima de riesgo, que el PIB esté empezando a crecer, aunque sea milimétricamente, que se desacelere la destrucción de empleo o que el Estado coloque la deuda publica a unos intereses cada vez mas bajos. Si una coalición de la izquierda consigue  gobernar y habrá que hacer lo posible para que así sea, cuanto mejor esté la situación económica, mejor nos irán las cosas y viceversa.

Ahora hay quienes echan mano de la reciente historia y nos dicen que de la crisis de principios de los 70, de los 80 y de los 90, salimos con rapidez y el crecimiento llegó  pronto y con fuerza. Algunos olvidan que la duración e intensidad de esta crisis no tiene parangón con las de las ultimas décadas y con bastante probabilidad la recuperación será mucho mas lenta.

Pero dejando a un lado, por el momento,  si estamos saliendo o no de la crisis, lo que también tendremos que debatir es si al conjunto de la ciudadanía nos sirve cualquier salida de la crisis. Porque es cierto que en estos durísimos años ni a todos los países, ni a todos los sectores, ni a todos los colectivos sociales les ha ido igual de mal e incluso ha habido a quienes les ha ido bien y hasta muy bien.

No nos puede servir  una salida de la crisis con empleo precario, con temporalidad, sin convenios colectivos, con aun mayor poder empresarial, en definitiva con los derechos laborales arruinados. Ni tampoco una sociedad con reducción de las políticas de bienestar social, con un adelgazamiento generalizado e injustificado de los servicios públicos y en definitiva con un incremento de la desigualdad, de la pobreza y de la exclusión social. Ni desde luego seria aceptable dirigirnos a una nueva fase de crecimiento basada en la economía especulativa y en la sucesión de  burbujas. Esa salida no la quiero y supongo que la mayoría tampoco. Yo no deseo parecerme a Singapur.

El gobierno ha estado viviendo durante un tiempo de la ilusión de que el sector exportador jugaría un papel de motor de la economía española. Desde luego es mucho mejor tener unas empresas exportadoras competitivas,  aunque no olvidemos que una parte de esa mayor competitividad se debe a la caída de los salarios y al deterioro de las condiciones de trabajo. Pero la experiencia nos esta diciendo que la exportación tiene unos efectos muy limitados en la creación de empleo y en la reactivación del consumo. Es mas, hay empresas exportadoras pujantes que están reduciendo el empleo, como es el caso de algunas del automóvil.

Ahora nos están construyendo un nuevo espejismo: la reforma fiscal con una amplia reducción de impuestos. Nos quieren convencer que menos impuestos es más empleo (y más votos pensaran Rajoy y Montoro).

Vamos por partes. España esta muy por debajo de la presión fiscal media de los países de la Unión Europea y en consecuencia con un sector público y un gasto público sensiblemente inferior al existente en los estados más avanzados de Europa. Es cierto que si se bajan algunos  impuestos y en especial el IRPF, como reacción inmediata la gente que trabaja o percibe ingresos de diversa índole pública o privada, va a tener mas liquidez, pero eso no se traduce automáticamente en  que mejore su capacidad de consumo y su nivel de vida.

Porque la rebaja fiscal, en un contexto de todavía elevado déficit publico y creciente endeudamiento publico, supone menos ingresos para inversiones públicas, para educación, sanidad, servicios sociales, servicios públicos básicos, mantenimiento de equipamientos, I+D+I….etc. Es posible que aumente el salario directo pero a costa de bajar los efectos del salario indirecto y el diferido. Salvo…..salvo que el PP este pensando en una profunda reforma fiscal progresista: incrementar la presión fiscal a las empresas medianas y grandes, a los ricos, a las grandes propiedades, a los profesionales liberales y autónomos con alto ingresos, persiguiendo el fraude y la evasión, acabando con la ingeniería fiscal defraudatoria….etc. Entonces, sí: podría ser compatible bajar la presión fiscal del IRPF y selectivamente del IVA y mantener el estado de Bienestar Social y los Servicios públicos.

Si el PP hace esa reforma fiscal, me trago de inmediato lo escrito  y les pido disculpas por desconfiar de ellos. Pero me temo que va a ser otra ilusión óptica, impulsada por necesidades electorales.

La recuperación económica tiene que apoyarse en la activación del consumo privado,  mejorando los salarios y las prestaciones sociales y en un papel activo de la inversión pública, contando con más ingresos fiscales. Si a estas alturas esta todo inventado; cuestión distinta es que haya voluntad política para seguir un modelo u otro para salir de la crisis.





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