Hay una percepción muy generalizada
entre expertos, empresarios, sindicalistas, etc. de que la economía española ha
mejorado notablemente su competitividad, fundamentalmente por la caída de los
salarios. Este es un argumento que incluso el propio Presidente Rajoy ha
esgrimido ante los inversores japoneses. Hay también informes de organismos
internacionales que han puesto de relieve que la depreciación de los salarios,
aunque aumenta la competitividad de nuestras exportaciones deprime el consumo
interno en España. Incluso la mismísima patronal ha reconocido que en el año
2013 los salarios bajaran en España (por cierto, vaya morrro, como si la cosa
no fuera con ellos).
En esta valoración ha coincidido todo un
amplio espectro menos el Ministro de Hacienda, que ha declarado que “los
salarios no están bajando sino que están moderando su subida”. Frase digna de Giulio
Andreotti, de un seguidor de Maquiavelo o de un consumado sofista.
Conocí a Cristóbal Montoro a finales de
los años 90, acompañando a la entonces Secretaria General de Asuntos Sociales,
Amalia Gómez. Siempre íbamos a lo mismo: pedirle mas presupuesto para los
programas del IMSERSO de acogida de inmigrantes subsaharianos en Ceuta, Melilla
y Almería. Tenia gracia verles discutir. Era simpático pero chuleta. Nunca nos
hizo caso. Admito que es una persona ocurrente, unas veces divertido, otras
provocador. Tiene dos pegas, que no le gusta el cine español y que es Ministro
y además de Hacienda.
El personal de las Administraciones
Publicas llevan varios años con sus sueldos congelados, a lo que se añade reducción
de pluses diversos, supresión de pagas extras, etc. La mayoría de los convenios
firmados en el sector privado han pactado subidas entre el 1% y el 2%, es decir
por debajo de la evolución del coste de la vida. En bastantes empresas no se ha
subido el salario y también ha habido muchas en las que, a condición de
mantener las plantillas, han reducido los sueldos, pluses u otras condiciones
laborales.
Únicamente en algunas empresas con muy
alta rentabilidad y beneficios, los salarios han superado ligeramente la
inflación, pero estas han sido la excepción que confirma la regla.
Y a esa evolución negativa de los
salarios hay que sumar no solo el incremento del coste de la vida en general,
sino también la evolución de otros factores que condicionan la capacidad
adquisitiva de los salarios y que vienen determinados por la intervención de
los poderes públicos, como p.e. el copago farmacéutico, que se ha incrementado
para la inmensa mayoría de la población, el aumento de los costes en las
diversas etapas de la educación publica, la desaparición o reducción de
bonificaciones para diversos servicios públicos o el incremento de otros
precios sometidos a diversas formas de autorización publica por ser productos de primera necesidad (luz, agua,
gas…)-
Esta realidad contrasta con lo que esta
sucediendo en buena parte de los Estados de la Unión Europea, con crecimientos
salariales muy superiores a los de nuestro país. Con esta reducción del poder adquisitivo de
los salarios, no solo se deterioran las condiciones de vida de la mayoría de la
gente, es que inevitablemente se reduce el consumo, la actividad económica y el
empleo. Con lo que ese retroceso salarial es una mala receta para salir de la
crisis económica. Una cuestión es que haya moderación salarial, algo que vienen
defendiendo los sindicatos en los últimos años
y otra bien distinta lo que esta pasando en España.
Aunque quizás Cristóbal Montoro pueda
tener algo de razón, porque es posible que haga otros cálculos con una metodología
diferente a la que usa el resto: hace la media con lo que están ganando
sectores empresariales, ejecutivos, directivos, profesionales liberales,
algunos autónomos, etc. y entonces las cuentas cambian. Porque es evidente que
la crisis no afecta a una parte de la población de nuestro país, de tamaño no
desdeñable, que mantiene o ha mejorado su nivel de vida.
La desigualdad social ha crecido, el número
de millonarios ha aumentado. Se siguen vendiendo coches de alta gama, yates,
joyas; sigue habiendo restaurantes de súper lujo, vacaciones a los lugares mas exóticos
y selectos del mundo, siguen manteniéndose escandalosos bonus para gestores de
confianza…. Sí, hay sueldos o ingresos fuera de control fiscal que han crecido
y mucho.
Ese es el problema más acuciante de
España: de ser uno de los países con mayor cohesión social nos estamos
convirtiendo en uno marcado por profundas diferencias sociales. Montoro debería
preguntar a sus inspectores de Hacienda que piensan al respecto y dejar de
hacer declaraciones que no sé sí son fruto de la ignorancia o de la mera
provocación y que incluso han merecido el desmarque de uno de sus antiguos
compañeros, el exministro Piqué, al que le queda bastante sentido común, no en
balde de jovencito fue comunista.
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