miércoles, 16 de octubre de 2013

DIA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACION DE LA POBREZA: ¡ACTUA!


Hoy se conmemora el ·Día Internacional  para la erradicación de la pobreza y sus causas”. Los convocantes han elegido un lema pleno de significado: “Contra la riqueza que empobrece, actúa”.

Aunque nunca debemos centrar nuestra preocupación solo o principalmente en  la pobreza en los países del mundo desarrollado, siendo ésta mucha mas extensa e intensa en otros muchos lugares del planeta,  tras cinco años de crisis las sociedades desarrolladas estamos conviviendo con dos fenómenos crecientes y contradictorios: cada día mas personas se encuentran en situación o en riesgo de pobreza y a la vez cada vez es mayor el numero de ricos y es mayor su riqueza. Riqueza y pobreza dos caras de la misma moneda que nos llevan a una evidente conclusión, en nuestros países no hay tanto un problema de escasez sino sobre todo de injusta distribución.

Y la crisis ha acentuado la desigualdad. En el reparto del Producto Interior Bruto de España crece la parte correspondiente a las rentas del capital y disminuyen las correspondientes al trabajo. La tarta de la renta se esta repartiendo cada vez peor.

Todo esto que es suficientemente sabido y conocido, nos puede arrastrar a una sensación de impotencia, de que no se puede hacer nada o que lo único que cabe es incrementar la caridad y la beneficencia social. Un querido amigo, hombre luchador como pocos, ya fallecido, un día me dijo que el desde que había caído el Muro del Berlín y se había desmoronado la utopia comunista había empezado a dar limosna a los que pedían por la calle.

Buena parte de la izquierda nos hemos quedado sin aliento transformador. El capitalismo nos ha arrebatado las banderas del estado del bienestar social, de la solidaridad, de la igualdad de oportunidades, desfigurándolas hasta hacer una caricatura de las mismas. Pero muchos de nosotros hemos sido vampirizados  por los neoliberales, hemos aceptado renunciar a la fuerza transformadora de las políticas públicas, de la capacidad del Estado como instrumento de cambio. No solo hemos abandonado la utopia socialista, es que ni siquiera nos aferramos al modelo socialdemócrata que reconstruyó en la posguerra mundial unas sociedades mas justas y solidarias. (Vuelvo a recordar y recomendar la película “The spirit of 45” de Ken Loach).

En cambio los conservadores bien que saben lo útil que es el Estado y las políticas públicas y por ello luchan denodadamente por ganar y gobernar, como lo ha hecho esa excelente política de la derecha que es Ángela Merkel, que sabe perfectamente para qué sirve el Estado, los poderes públicos y en definitiva la política.

Y sin  ese ideal de transformación social, la izquierda no volverá a gobernar y sin la izquierda la lucha contra la pobreza y la desigualdad será imposible.

Pero si la vieja izquierda marxista no somos capaces de organizar la lucha contra la pobreza, la derecha compasiva y los cristianos solidarios tampoco están luciéndose. Han delegado esa tarea en algunas organizaciones meritorias, muy meritorias, como Caritas, Intermon Oxfam o EAPN (Red Europea contra la pobreza), pero la mayoría de la gente se ha retirado del activismo, de la mano de la desmovilización que han fomentado por activa y pasiva las jerarquías eclesiásticas desde el Vaticano a la Conferencia episcopal española.

En mi opinión solo una alianza ética entre católicos comprometidos y la izquierda puede impulsar una estrategia eficaz de lucha contra la pobreza, contra la riqueza abusiva. Un nuevo compromiso histórico contra la creciente desigualdad y por la justa redistribución.

Es en este terreno de la ética, no como principio abstracto, de filosofía etérea, sino como programa de cambio social, donde podemos y debemos encontrarnos quienes desde los principios religiosos o desde la ideología transformadora queremos luchar políticamente y socialmente para otro modelo de sociedad, para avanzar en esa idea de que otro mundo es posible.

El Papa Francisco es una esperanza y una oportunidad que la izquierda no podemos minusvalorar o dejar pasar, como en su día no dejamos pasar las puertas para el dialogo entre marxistas y cristianos que propiciaron, cada uno con su estilo, Juan XXIII y Pablo VI. Hoy ese dialogo es posible y necesario, no ya sobre temas teológicos, ideológicos o de mutuo reconocimiento, sino sobre algo mucho mas tangible, trabajar juntos para erradicar la pobreza de nuestras sociedades.

No es tarea fácil. Católicos comprometidos e izquierda estamos muy desmovilizados y desmotivados. Pero no hay otro camino efectivo para hacer realidad ese lema del Día Internacional para la erradicación de la pobreza y sus causas.




  

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