lunes, 7 de octubre de 2013

EL TEA PARTY Y LA PERVERSION DE LA DEMOCRACIA NORTEAMERICANA





En la magnifica serie televisiva “El Ala Oeste de la Casa Blanca”, hay dos o tres capítulos que tratan el cierre precisamente de la Administración Demócrata, por un pulso que la mayoría Republicana en el Congreso le lanza al Presidente. Cuando los ví no me podía creer que pudiera suceder aquello, que suponía que incluso buena parte del personal al servicio de la Casa Blanca se marchaban a sus casas sin cobrar un centavo. Obviamente la crisis se resolvía en unos días tras un pacto entre los dos grandes partidos y tras una hábil y favorable negociación del Presidente.

Como en tantas otras ocasiones la realidad supera la ficción y el bloqueo político, administrativo y económico  que han provocado los Republicanos conducidos por el Tea Party es algo realmente inconcebible para la ciudadanía de otros países democráticos. Pero antes de entrar a valorar la actitud de la derecha norteamericana, me gustaría subrayar la complejidad y el calado democrático que tiene el entramado constitucional de los Estados Unidos, al que la izquierda europea a menudo no hemos valorado adecuadamente.

Los padres fundadores de los Estados Unidos, que lucharon no solo para independizarse de la Corona británica, sino también para conformar una sociedad libre (eso sí con esclavos negros y con indios masacrados) establecieron en su Constitución un sistema de contrapesos entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial, para evitar riesgos dictatoriales, excesos presidencialistas,  o el desmesurado protagonismo de uno de ellos. Las sucesivas reformas constitucionales, a través de las diversas enmiendas constitucionales, han consolidado esa estricta división de poderes, que es horizontal, pero también vertical entre el poder del Estado, los poderes de los 50 estados de la Unión y los poderes de los municipios. En otras palabras y resumiendo, el poder esta muy repartido en Estados Unidos, cuestión muy distinta es qué grupos o clases sociales acceden o detentan mayoritariamente ese poder y cuál es el papel del dinero en las trayectorias de consecución del poder.

Esos equilibrios de poder tienen indudables ventajas democráticas, pero tienen también sus indudables riesgos, cuando las mayorías parlamentarias son distintas de quien ocupa la Presidencia de la nación y lo mismo en cada uno de los Estados de la Unión. Aunque el juego Congreso/Senado es también otro factor de cierto equilibrio, finalmente el Congreso tiene la llave del legislativo y una mayoría en el Congreso puede paralizar una parte de la acción del gobierno, obligándole a negociar. Lo malo es que esa mayoría asuma posiciones radicales, como esta sucediendo en estos días. Lo que inicialmente es un acertado diseño de equilibrio de poderes, se convierte en una tremenda manipulación y abuso de poder y en definitiva en una perversión del sistema democrático.

Yo comprendo que para muchos Republicanos y para todo el Tea Party tener un presidente de raza negra es un trago imposible de superar, si tenemos en cuenta que hace tan solo 50 años a los negros en algunos estados no se les dejaba ir a la Universidad o mezclarse en los lugares públicos con los blancos. No han aceptado a Obama, al que le han acusado de los cosas mas insospechadas y demenciales, y eso que el Presidente ha hecho una política bastante moderada, mucho mas centrada de lo que le pedían buena parte de su electorado en las campañas presidenciales.

Obama no ha atacado Siria ni ha intervenido en Venezuela o Colombia y esta haciendo gestos para recomponer poco a poco las relaciones con Irán y además ha retirado tropas de Irak y Afganistán. Es decir ha desandado el camino belicista de los Bush. Y ha extendido las políticas de bienestar social, en un tiempo en el que lo que prima es precisamente lo contrario, abordando lo que no quiso o pudo hacer Bill Clinton y entroncando con otro presidente demócrata, Lyndon Johnson que fue muy progresista en lo interno (derechos civiles y política social) y sin embargo muy duro en la evolución de la guerra en Vietnam y la península de Indochina.

Obama ha sido el primer presidente desde los tiempos de Franklin D. Roosevelt que ha sido moderadamente de centro izquierda en las políticas nacionales y también en las internacionales y encima, vuelvo a insistir, negro.

El Tea Party no solo quiere cargarse la reforma sanitaria, busca desgastar y derrotar a Obama y  pretende crear una muralla y blindar el poder de la hoy ya minoría WASP (Blancos, anglosajones y protestantes). Si Obama termina su segundo mandato consolidando sus avances en política nacional e internacional, estará facilitando el camino a próximos presidentes de las minorías emergentes y en especial a los “hispanos”.

Obama se juega mucho con este pulso de los republicanos extremistas, pero a su vez el Partido Republicano arriesga mucho sus posibilidades de acceder a la presidencia en el año 2017. Si sigue permitiendo que el Tea Party les marque la política, el electorado moderado de este partido se lo pensara mucho antes de entregar el gobierno a una gente irresponsable a los que no les importa dañar la economía, el empleo y el buen funcionamiento de las instituciones de su país.







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